Mientras caravanas con miles de migrantes cruzan el río Bravo por Ciudad Juárez para entrar a Estados Unidos por El Paso, Texas, en el otro extremo del país, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México cerró su centro de atención humanitaria en el municipio de San Pedro Tapanatepec, en Oaxaca, donde antes les entregaban a los migrantes permisos temporales para transitar por México.
Se supone que seguirán extendiendo estos permisos en otras sedes del INM en el sur del país, pero según medios locales, miles quedaron varados en la zona y se teme que el cierre retorne la crisis migratoria a Tapachula, Chiapas.
“Vamos a seguir atendiéndolos con humanismo, con respeto a los derechos humanos y a darles los documentos, a fin de que sean migrantes regulares, ordenados y seguros. Y que no sean presas del coyotaje, del crimen organizado y de la trata de personas”, aseguró el comisionado del INM, Francisco Garduño Yáñez.
Durante los 134 días que funcionó el centro de atención humanitaria de San Pedro Tapanatepec, entregaron una cantidad indeterminada de permisos temporales, que le permitió a miles de migrantes, muchos de ellos nicaragüenses, llegar sin mayores tropiezos hasta la frontera de Estados Unidos. También les brindaron atención médica a quienes la requerían.
Incluso, desde finales de julio cuando se abrió el centro, tomó auge el uso de peligrosas rutas acuáticas. Estas llevaban a los viajeros directamente, desde la frontera con Guatemala hasta las costas de Oaxaca, donde los viajeros tramitaban el documento.
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Permisos, atención médica y guía
A través de un comunicado el INM anunció el desmantelamiento del centro el pasado 12 de diciembre. Y dijo que durante los 134 días de operación, agentes federales de Migración de los Estados de Oaxaca y Chiapas brindaron atención sin interrupción a los migrantes extranjeros de 104 países. Sin embargo, no detalló cuántos permisos temporales entregaron.
La institución se limitó a detallar que durante todo el periodo de operación brindaron 7,535 consultas médicas. También, el Grupo Beta Ixtepec ofreció 3,048 asistencias. Durante su funcionamiento, el centro contó con el apoyo y supervisión de la Cruz Roja Internacional; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y de otros organismos, dice el comunicado emitido por el INM.
El lugar estuvo habilitado con carpas, sillas, ventiladores, agua potable, lavamanos, sanitarios y regaderas. La demanda era inmensa, con filas interminables en las que se priorizaba la atención a las personas vulnerables; entre estas menores de edad, adolescentes, mujeres embarazadas, adultos mayores y con discapacidad.
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Cierre deja a miles de migrantes varados en Oaxaca
El comisionado Garduño se presentó al lugar para oficializar el cierre del centro. Durante la actividad estuvo acompañado del padre Alejandro Solalinde, reconocido defensor de los derechos de los migrantes y director del albergue Hermanos en el Camino. Las autoridades del INM aseguraron que seguirán entregando documentos para garantizar que los migrantes transiten de manera regular por el territorio mexicano.
Con esto se busca evitar que sean víctimas de los «coyotes» o traficantes de personas; de la trata de personas y del crimen organizado. En los últimos días bandas de delincuentes, de las que forman parte los «coyotes», incrementaron los secuestros de migrantes; se han conocido varios casos de nicaragüenses a cuyas familias les exigen entre 10 mil y 15 mil dólares para liberarlos.
Pese a esta supuesta cooperación, medios de comunicación mexicanos siguen denunciando que las fuerzas del orden público no permiten que los buses de transporte público, e incluso buses que ofrecen viajes expresos, transporten a migrantes aunque lleven el permiso temporal. Esto los sigue exponiendo a usar transporte informal e incluso a caminar extensos trayectos en los que están expuestos a robos y secuestros.
También advierten que con este cierre miles de migrantes quedaron a la deriva, por lo que temen que la crisis regrese a Tapachula, Chiapas. Hace algunos meses en esa zona la aglomeración de miles de migrantes, en ese momento de mayoría venezolana, provocó disturbios ante la lentitud con que eran atendidos.

