CONTENIDO EXCLUSIVO.
CONTENIDO EXCLUSIVO.Dennis Martínez
Quitarle el nombre de Dennis Martínez se inscribe en esa lógica perversa de que solo puede existir afín al régimen. Las letras del coloso de concreto fueron arrancadas de su frontispicio porque Dennis Martínez no rinde pleitesía a los Ortega Murillo y, al contrario, critica su deriva autoritaria y la represión con que se sostiene. Matones, les ha llamado.
Lecciones
El historial deportivo de Dennis Martínez es indiscutible. Sus números gritan. Hasta ahora, ningún otro beisbolista nicaragüense puede acercarse a sus hazañas. Puso a Nicaragua en el mapa. Si como deportista debería ser una inspiración para otros, como persona también da grandes lecciones. Sometido por el alcoholismo, supo levantarse y recuperar su vida. Martínez es un monumento vivo al “sí se puede”. De hecho él procuraba contar su vida, con sus victorias y fracasos, porque así son las vidas verdaderas, a quien quisiera escucharla, para que saque de ella las enseñanzas que quisieran.
Lealtades
Para el régimen, sin embargo, el único criterio para medir a las personas es la lealtad perruna que puedan demostrar. O sea, un deportista no es deportista, por mucho que haya destacado en el mundo, si no demuestra complacencia con los Ortega Murillo. Un literato, podrá tener lo más grandes reconocimientos del planeta, pero en Nicaragua no existirá si no simpatiza con el régimen. En su mezquindad son incapaces de reconocer el talento ajeno, porque para ellos el mundo se divide entre los que están bajo su sombra y los que están en contra. Nada más.
Sergio Ramírez
Recuerden nomás que cuando Sergio Ramírez ganó en 2017 el premio Cervantes, el más importante del idioma español, ni Daniel Ortega ni Rosario Murillo tuvieron la decencia, aunque sea por cuidar las formas, de felicitarlo. Silencio. No existe para el régimen un gran novelista nicaragüense que se llama Sergio Ramírez. En tanto, detractor, para ellos Ramírez es solo “un terrorista”, “un delincuente”, al igual que dicen ahora de Dennis Martínez. Si no son orteguistas, nadie es homenajeable. Solo perseguible.
Muertos
Otro espacio en que se mueven con comodidad es el de los muertos. Es que los muertos no pueden criticarlos. Huérfanos de hazañas y talentos en su granja, buscan en los difuntos las glorias que ellos no tienen. Así, viven homenajeando a ilustres personas ya fallecidas, con la retorcida intención de hacerlos aparecer como unos más de los suyos. Claro, los muertos no pueden reclamar con voz propia al ser usados.
Roberto Clemente
Es bastante probable, que la anunciada intención de convertir al pelotero puertorriqueño Roberto Clemente en un héroe nacional sea, como suelen hacer, una buena idea con intención perversa. Nadie tampoco va a discutir los méritos de Roberto Clemente, como deportista ni como persona. Ese no es un problema. Lo retorcido sería que con esa iniciativa estén buscando crear la cama, para luego ponerle ese nombre al estadio del que quieren borrar a Dennis Martínez solo porque no les ha rendido la pleitesía que ellos exigen para reconocer a alguien vivo.
Guion
Es un guion muy repetido por ellos. Crean el homenaje, invitan a familiares, y cobijan sus pobres figuras bajo la sombra de un ilustre que no puede reclamar porque está muerto. Roberto Clemente merece este homenaje y muchos más en Nicaragua, lo que no merece es ser usado para fines politiqueros y, peor aún si fuera el caso, para desplazar a una gloria nacional.
Mezquindad
Al final es pura mezquindad. Mezquindad inútil además. Nadie va a dejar de ver a Dennis Martínez como el gran pelotero que fue y como la gran persona que es. Las novelas de Sergio Ramírez se seguirán leyendo en cien y más años, por mucho que Ortega y Murillo lo desconozcan. Si años más tarde se va a estudiar a este régimen y a sus dictadores, será por criminal, represivo, desquiciado y también por mezquino. Así es la historia.