La cineasta Leonor Zúniga, realizadora del cortometraje Exiliada, manifestó que la reforma a la Ley creadora de la Cinemateca Nacional es la materialización jurídica de la censura que viven los cineastas en Nicaragua desde hace 15 años.
“Desde que llegó Daniel Ortega al poder, hacer cine independiente y crítico en Nicaragua es muy difícil y se volvió con el tiempo imposible”, expresó Zúniga, quien por ironías de la vida terminó la producción de Exiliada en el exilio. El corto documental es sobre la vida de Zoila América Ortega Murillo, hijastra de Daniel Ortega, a quien denunció por violación sexual en 1998. Sin embargo, en un país como Nicaragua, que vive bajo un régimen dictatorial, no se permite ningún tipo de crítica contra Ortega, así que esta obra le hubiese costado caro a sus creadores si se hubiesen quedado en el país.
Lea además: Cinemateca Nacional: Nueva arma contra la libertad de expresión
Zúniga es socióloga y máster en Bellas Artes en Cine Documental de la Universidad de Stanford. Otras de sus producciones son El canto de Bosawas y Sueños de birrete. Dice que para ella y otros cineastas nicaragüenses la Cinemateca Nacional siempre fue “una institución inoperante y más bien obstaculizadora de hacer películas en Nicaragua”. Ahora eso se transformó en ley.
Tras examinar los cambios hechos a la Ley 909, Ley de la Cinemateca Nacional, Zúniga valoró que es otra pieza en el proceso de criminalización de los espacios críticos y de libertad de expresión, al igual que lo es la Ley Especial de Ciberdelito, que acusa al periodismo crítico de propagación de noticias falsas.
“Esta ley viene a justificar con un lenguaje completamente ambiguo la legalización de un ambiente de confiscación, censura y persecución del cine libre, crítico e independiente en Nicaragua”, dijo la cineasta.
Señaló que los elementos nuevos en la Ley anteponen el interés político del Gobierno de Ortega a la libertad del arte cinematográfico.
La reforma establece en la exposición de motivos que tiene el objetivo de preservar la institucionalidad y los intereses de la nación nicaragüense “en el sentido de modernizar y dotar de capacidades a la Cinemateca Nacional, como institución reguladora, con atribuciones para el fomento y fiscalización de las producciones audiovisuales y cinematográficas, incentivando las artes y la cultura nacional; especialmente para promover el desarrollo y realización de producciones audiovisuales que aporten a una cultura de paz, de valores y de respeto”.
Para Zúniga, “el primer criterio que debería regular una ley de cine es la libertad individual y la libertad de creación y la libertad de profesión”.
“El cine es una actividad a la que todos tenemos derecho, al igual que tenemos derecho a escribir poesía, igual que tenemos derecho a pintar un cuadro, nuestra actividad tiene derecho a existir libremente, no está supeditada al Estado. Se puede regular si uno quiere participar en concursos a nivel internacional y representar a Nicaragua, si querés ir al Óscar, pero solo en esas circunstancias debería haber un reglamento voluntario. Pero vos no podés regular toda la actividad creativa del cine basado en los intereses del Estado-Gobierno sino en los intereses de la libertad creativa y de la libertad de expresión que son superiores en ese sentido”, agregó.
Lea además: Régimen orteguista controlará las producciones audiovisuales en Nicaragua a través de la Cinemateca Nacional
Zúniga no duda que en la actualidad “todos los cineastas críticos están produciendo desde el exilio”, porque asegura que “Nicaragua realmente vive en términos de acceso al cine una censura, que viene por el miedo a la persecución que se ve en todas las otras instancias”.
“La gran mayoría de los cineastas de una generación alrededor de la mía que estaban produciendo cine, que estaban tratando de hacer cosas, la gran mayoría están fuera del país y ese es un gran indicativo de hacia dónde va la producción del país”, añade.
“El documental que yo hice Exiliada, sobre la historia de Zoila América Murillo, lo hice en total silencio”, agregó.