Sandor Guido recibió la mañana de este jueves una papa caliente al ser nombrado mánager de la Selección Nacional de Beisbol. Es la oportunidad de cambiar su destino a corto plazo para moldear el camino e instaurarse como uno de los mejores “mánagers” de la historia o ver cómo sus planes a futuro se vuelven oscuros. Nunca Nicaragua ha estado en un evento de tanta calidad como es el Clásico Mundial de Beisbol: lo intentó Dennis Martínez en 2012 y Marvin Benard en 2016, sin suerte. Ahora, una emergencia en la familia de Benard, le abrieron las puertas a Guido a escribir su nombre en la historia.
Hay muchos nombres míticos como timoneles en el país: Argelio Córdoba, Omar Cisneros, Julio Sánchez, Tony Castaño y Noel Areas por mencionar algunos de ellos, sin embargo, Guido ha ganado títulos similares a los de ellos y la diferencia ha sido el corto periodo, además que actualmente se juegan eventos de un nivel mayor a los de antes por la incursión de jugadores profesionales, incluyendo Grandes Ligas.
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En su primer año como mánager acabó con la sequía de 16 años de León en el Pomares, posteriormente ganó tres títulos de Liga Profesional (dos seguidos), una Serie Latinoamericana, fue cuerpo técnico en la Serie del Caribe, se convirtió en campeón invicto del Premundial Sub-23 y en un giro inesperado por la muerte del papá de Julio Sánchez, tomó las riendas de la Selección Nacional en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, ganando la medalla de bronce, una de las tres que consiguió toda la delegación nacional.
Sandor Guido estaba siendo preparado por Feniba para ser el próximo mánager a futuro de la Selección Nacional, por eso había sido parte del cuerpo técnico de Benard en los últimos años para aprender de él, sin embargo, las circunstancias aceleraron su nombramiento. En Lima, recibió al equipo con una derrota y sin triunfos, logrando despertar al team con triunfos sobre República Dominicana (4-2) y Perú (10-0). Luego cayó doblegado por KO ante Colombia (11-1) y Canadá (10-0), sin embargo, en el duelo clave por la medalla de bronce el equipo reaccionó con una dulce venganza de 6-0 sobre Colombia.