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La patria de los expatriados

Los expatriados nicaragüenses son

los compatriotas que se han ido y se siguen yendo del país, obligados por la represión política, o por las penurias económicas, con la esperanza de encontrar una vida mejor en otras partes.

Igualmente son expatriados quienes desde hace mucho tiempo ya vivían fuera de Nicaragua, la llamada diáspora nicaragüense por asociación de idea con la antigua dispersión del pueblo judío.

     Se conoce que para la mayor parte de los nicaragüenses expatriados, la vida fuera de su patria es muy difícil. Y a las dificultades materiales se les suma la carga emocional de estar lejos de su país, de su tierra natal, de sus familias, amistades, costumbres y tradiciones.

     La definición más sencilla, pero  precisa, de patria es la que da el  diccionario de la lengua española. Patria, dice, es la “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”. Todas las personas, pues por muy pobres que sean sus condiciones de vida, profesan un gran afecto a su patria, se sienten vinculadas a ella por lazos emotivos invisibles e irrompibles.

No tenía razón Maximiliano Robespierre, quien dijo a finales del siglo 18, en los días trepidantes de la Gran Revolución Francesa, que “en los Estados aristocráticos la palabra patria no tiene sentido más que para las familias patricias, o sea para aquellos que se han apoderado de la soberanía. Solamente en la democracia —aseguró el célebre revolucionario liberal—  el Estado es verdaderamente la patria de todos los individuos que lo componen…”

Tampoco tuvieron razón Carlos Marx y Federico Engels, quienes apropiándose  de la tesis de Robespierre proclamaron en el Manifiesto Comunista que “¡los trabajadores no tienen patria!” Señalaron que los trabajadores solo tendrían patria cuando los comunistas tomaran el poder, pero donde esto ocurrió fue para peor.

Ciertamente, donde quiera que los comunistas en sus diversas variantes se apropiaron del poder, ya fuese por medio de la fuerza o del engaño, los trabajadores empeoraron su existencia y multitudes se fueron de su patria, perseguidos o por su voluntad, huyendo del infierno comunista.

Todos los nicaragüenses, independientemente de su condición económica y social, tienen patria y el  derecho de amarla y honrarla, inclusive o sobre todo cuando está sojuzgada y humillada por una tiranía local o una fuerza extranjera.

El amor a la patria significa lealtad hacia ella, anhelo de libertad y bienestar para todos, cumplimiento de los deberes cívicos incluyendo el de luchar para que haya democracia y prosperidad para todos. Y que se respeten los sagrados derechos humanos

También los nicaragüenses que han tenido que irse del país, dan fe de su patriotismo. Ellos se fueron de Nicaragua pero la llevan en el corazón donde quiera que están. Los nicaragüenses expatriados también son patriotas que  merecen tanto respeto como los compatriotas que, por la razón que sea, no han podido o no han querido abandonar el suelo nacional.

Editorial
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