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Isabel II, la reina de la democracia

LareinaIsabel II ejerció su reinado del Reino Unido y la Mancomunidad de Naciones, durante 70 años. Ha sido el período más largo de un rey o reina en la historia de ese país.

La reina Isabel II nació en 1926, el mismo año que se comenzó a publicar el Diario LA PRENSA de Nicaragua. También las dos, Isabel II y LA PRENSA murieron después de cumplir 96 años;  la reina por causa natural y LA PRENSA al ser confiscada por el régimen autoritario de Nicaragua. Ambas, la reina y la institución periodística, consagraron su existencia a promover la cultura de la libertad y la práctica de la democracia.

A pesar de la muerte de una y la confiscación de la otra, la reina Isabel II y LA PRENSA siguen existiendo en una nueva dimensión y en otra forma.

Isabel II vive y vivirá en el recuerdo amoroso de su familia y el afecto de todo su pueblo multinacional.  Por su ejemplar reinado de 70 años ella vivirá también en la historia, de su país y del mundo. Y LA PRENSA, a pesar de haber sido despojada de su propiedad material, pero no de su patrimonio moral e histórico, continúa publicándose ahora en el formato digital.

Isabel II fue la reina de la democracia. No solo porque el sistema político democrático de Inglaterra y ahora del Reino Unido es el más antiguo y consistente del mundo. También porque durante las siete décadas de su reinado ella fortaleció la democracia británica.

La Carta Magna de Inglaterra, aprobada el 15 de julio de 1215 (¡hace más de 8 siglos!), fue la primera constitución política en la historia de la humanidad, mucho tiempo después de la desaparición de la democracia griega y la república romana de la antigüedad. La Carta Magna de Inglaterra ha sido el modelo de todas las constituciones democráticas del mundo.

En Inglaterra se creó el modelo gubernamental de la monarquía parlamentaria o constitucional. La cual ha demostrado que no importa si un país es monárquico o republicano, lo importante es que sea democrático. Inclusive, es preferible una monarquía parlamentaria democrática —con su rey, reina, nobleza y todo eso—, en vez de una república autoritaria, autocrática dictatorial y corrupta. Como abundan en el mundo actual.

En la monarquía parlamentaria el rey o reina tiene facultades limitadas y reguladas por la ley constitucional. El monarca es símbolo del Estado, encarna las mejores tradiciones de su pueblo y nación o naciones, pero sus poderes son representativos, más que todo ceremoniales. El que gobierna es el Parlamento, mediante un primer ministro elegido por el voto popular.

Como dicen algunos juristas constitucionalistas e historiadores políticos, en una monarquía parlamentaria como la del Reino Unido que durante 70 años lideró Isabel II, el monarca carece de potestas (potestad, poder) pero tiene auctoritas, o sea autoridad, que nace de su calidad moral y su prestigio personal. Autoridad que en casos como el de la reina Isabel II del Reino Unido ha sido inmenso y es reconocido por sus súbditos y en todo el mundo.

En los años de la II Guerra Mundial, cuando la ciudad de Londres era bombardeada sin piedad por la aviación alemana, la joven princesa Isabel acompañaba a su padre, el rey Jorge VI, en sus recorridos por los refugios para confortar y ayudar a la gente. Y aprendió a conducir ambulancias y a reparar vehículos a motor, para servir a su país y su pueblo de manera práctica y ejemplar. Si ella era así, ¿cómo no iba a tener una enorme autoridad moral?

Isabel II murió este jueves 8 de septiembre de 2022, envuelta en la inmensa dignidad con la que vivió y reinó. Cumplió su deber hasta en el último momento de su existencia. El martes 6 de septiembre, solo dos días antes de morir, recibió a la señora Liz Truss para confirmarla como nueva primer ministro del Reino Unido.

Misión cumplida, Isabel II. Descanse en paz la  reina de la democracia.

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