En medio del dolor de familiares, amigos y conocidos fueron sepultados en el cementerio municipal de San Dionisio, Matagalpa, cuatro de los cinco nicaragüenses asesinados el fin de semana en Guanacaste, Costa Rica. La quinta persona que perdió la vida en ese suceso también fue sepultada este miércoles 12 de julio, pero en el cementerio de Terrabona, Matagalpa.
El martes 12 de julio repatriaron los cadáveres gracias al apoyo de personas solidarias que respondieron a la solicitud de ayuda de los familiares de los fallecidos. En el puesto fronterizo de Peñas Blancas, las autoridades nicaragüenses retuvieron la caravana que trasladó los féretros. Allí permanecieron hasta que vehículos de instituciones estatales nicaragüenses llegaron para concretar su traslado hasta Matagalpa. Posteriormente, a cuatro de ellos los llevaron a San Dionisio, y al quinto a Terrabona, también en el departamento de Matagalpa.
La tragedia en la que perdieron la vida cinco miembros de una misma familia ocurrió el sábado 9 de julio en el distrito de Tempate, Santa Cruz, Guanacaste. Las autoridades consideran que es posible que los pistoleros los confundieron con las personas que anteriormente habitaban en la casa que los nicaragüenses estaban alquilando.
Masacre: cinco muertos y un sobreviviente
Según medios costarricenses, una de las fallecidas es Amparo Cardoza Orozco, de 55 años, quien desde hace cinco meses laboraba como cocinera en una soda. Ella fue la primera de la familia en viajar a Costa Rica hace varios años, y al igual que muchos otros nicaragüenses emigró en busca de mejores oportunidades laborales y de vida. Los otros cuatro son dos de los hijos de Amparo, un sobrino y el cuñado de uno de los asesinados.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) identificó a los otros fallecidos como Jonathan Cardoza Rivas, Pedro Hernández Cardoza, Miguel Jarquín Cardoza e Isidro Orozco Loáisiga. Todas las víctimas presentaban múltiples heridas de arma de fuego. Orozco Loásiga fue sepultado en Terrabona, Matagalpa y las otra cuatro víctimas fueron sepultadas en San Dionisio, Matagalpa.
El único sobreviviente de la tragedia fue Fernando Cardoza, quien al escuchar los disparos se escondió debajo de una cama.
Los cuatro hombres que perdieron la vida solo tenían dos semanas de haber llegado a Costa Rica y según sus familiares tenían sus documentos migratorios en regla, pues ingresaron por el puesto fronterizo de La Cruz con la ilusión de encontrar mejores oportunidades de vida. Recientemente habían comenzado a trabajar en el sector construcción.
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El ataque no era para ellos
Es por ello que Oniel Rayo Cardoza, de 33 años, hijastro de Amparo Cardoza Orozco, considera que el ataque no era para ellos, ya que era la primera vez que estaban en ese país y ninguno tenía problemas ni amenazas de nadie. En el barrio donde ocurrió la tragedia se especula que el ataque era para la familia que anteriormente ocupó la vivienda.
Amparo Cardoza, de 22 años, relató a medios costarricenses que el sábado 9 de julio, como a las 7:00 de la noche, fue la última vez que conversó con su madre antes de irse a trabajar. Los familiares han explicado que al llegar al país los cuatro hombres vivieron en Villarreal, Tamarindo, pero luego vieron la casa que estaba en alquiler en Huacas y el sábado anterior a la tragedia todos se trasladaron a esa vivienda.
Las autoridades costarricenses capturaron a dos hombres como sospechosos del múltiple crimen, uno de 21 años y otro de 24, ambos con antecedentes criminales vinculados a la tenencia de drogas.