Líderes del sector empresarial en el exilio consideraron este miércoles que cualquier diálogo que se establezca con el Gobierno y que no incorpore el componente político y de derechos humanos, significará un retroceso en esta lucha que los nicaragüenses emprendieron en abril del 2018, la cual ha costado sangre y exilio forzado incluso a empresarios.
Lo anterior, a propósito de las declaraciones del presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), César Zamora, que este martes confirmó en declaraciones a Canal 12 que existen conversaciones de índole y exclusivamente económicas entre las cámaras de la organización y el Ejecutivo, además de que no descartó el establecimiento de un diálogo con Daniel Ortega, aunque aclaró que en todo caso esto deberá contar con la aprobación de la junta directiva de la organización.
Lo más polémico de la entrevista fue que Zamora apeló al perdón, mientras en las cárceles Ortega mantiene a más de 140 nicaragüenses que reclaman justicia y democracia, así como más de 325 asesinatos siguen en la impunidad y el régimen ha sido señalado por los organismos de derechos humanos de cometer crímenes de lesa humanidad.
LA PRENSA en reiteradas ocasiones y desde que Zamora asumió las riendas de Cosep en octubre del año pasado, tras el encarcelamiento de sus dos principales directivos (presidente y vicepresidente), ha contactado al también presidente de la Cámara de Energía de Nicaragua (CEN) sobre diversos temas, pero este no responde las llamadas y deja en visto los mensajes a su WhatsApp, una política de censura similar que la dictadura de Ortega también ha impuesto contra los medios independientes.
“No podemos vivir permanentemente en confrontación y para el tema económico requerimos de honestidad, de sabernos perdonar, y saber enfrentar el futuro con conocimiento de causa”, dijo Zamora, quien reveló que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) está fungiendo como “facilitador” entre el sector privado y el Gobierno.
El representante empresarial manifestó que hay que “hacer esfuerzos para tender puentes de comunicación, entendimiento y generosidad”, porque a estas alturas “de la coyuntura, el país requiere más diálogo que gritos (…) y sabernos perdonar”.
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Cabe destacar que el objetivo del diálogo, según explicó, es buscar acuerdos sobre temas económicos para “poder sentirnos un poquito más aliviados por los dolores que todos tenemos en el país”. Es decir, que en las negociaciones no se está abordando la situación política y social del país, el encarcelamiento de opositores, o el exilio de estos, que son puntos clave para poder salir de la crisis que agobia desde hace años a Nicaragua, según especialistas consultados.
“El empresariado nicaragüense está secuestrado”
En ese contexto, Luciano García, presidente de la ONG Hagamos Democracia, considera que las declaraciones de Zamora son como un balbuceo de una institución “que está totalmente invisibilizada” por el régimen.
“Ellos sienten que no están en comunicación con el régimen y prácticamente lo están haciendo con la intención clara de poder tener los privilegios económicos que tenían antes del 2018”, sostuvo. Al mismo tiempo, agregó que “el empresariado nicaragüense está secuestrado y está balbuceando porque sabe que está desplazado y no quiere dejarse morir, busca que se apiaden de él. De ahí no va a salir ninguna solución a la crisis que vive el país”.
A su criterio, el empresariado de Nicaragua está tratando de poner la estabilidad económica por encima de la estabilidad institucional. “La crisis económica de Nicaragua se resuelve cuando se resuelva la crisis política”, mencionó al respecto.
“Sobre el perdonar que aboga el señor César Zamora y el no pegar gritos, pues es fácil decirlo cuando no tenés un hijo preso o cuando no te han matado a alguien, o cuando no has salido al exilio, entonces me parece una soberana irresponsabilidad de parte del presidente del Cosep, hacer ese tipo de declaraciones que están totalmente aisladas y que no representan el sentir de la inmensa mayoría de los nicaragüenses”, manifestó.
Por su parte, una exintegrante de la directiva del Cosep, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, compartió a LA PRENSA que hasta donde tiene entendimiento “lo que Zamora habló de que exista un mecanismo de diálogo entre las cámaras y el Gobierno con la intermediación del BCIE es totalmente falso, eso no es cierto”.
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“Lo que sí ha habido es que las cámaras están tratando de resolver situaciones particulares, pero más que todo a nivel técnico, nada que ver con un diálogo y mucho menos un diálogo político, que es lo que ayudaría a resolver la situación económica y general del país. Hasta el día de hoy no hay señales de que eso esté sucediendo y ni de que se vaya a dar”, consideró.
No es la posición de todo el sector privado
Ambos empresarios coincidieron en que las palabras de Zamora no representan los intereses de los demás integrantes del sector privado nicaragüense. “Las cámaras no están en ningún tipo de diálogo con las autoridades del Gobierno. Más bien cada una está tratando de ver cómo resuelve algunos problemas puntuales de carácter técnico que tienen que ver más con temas, por ejemplo, de Aduana, de la DGI, etcétera”, sostuvo la fuente empresarial.
Asimismo, añadió que “es la primera entrevista que da desde que asumió el cargo, no sé cuál habrá sido el objetivo de don César, pero definitivamente no es cierto que exista un diálogo entre las cámaras y las autoridades y menos que esté siendo intermediada por el BCIE”.
Por su parte, García de Hagamos Democracia, agregó: “Me atrevo a decir que es la posición de la mayoría de las cámaras que en este momento no tienen voz porque tienen miedo a decir lo contrario. Tengo confianza con varias cámaras que no están de acuerdo, pero que callan por temor a la represión de Ortega. César no está siendo transparente en sus declaraciones porque sabe que hay personas que no están de acuerdo con lo que dice, porque están más en favor de la resolución a la crisis política del país”.
“Quieren lavarle la cara al Gobierno”
En consultas con otro exdirectivo del Cosep, quien también solicitó el anonimato, coincidió con García en que Zamora “recoge la opinión de un sector del Cosep que anhela regresar a los tiempos de antes del 2018 y que en aras de eso están dispuestos de sacrificar y vivir en una situación de una Nicaragua sin democracia y sin oportunidades para todos, con represión y bajo la bota militar y dictatorial de Ortega”.
“Actuar de esa forma es condenar al país a mantenernos en pobreza y sin los principios necesarios para que exista institucionalidad democrática, que es lo único que nos garantizaría progresos sostenibles. Limitar el diálogo a lo económico es miope y falta de humanidad”, señaló.
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A su criterio, esta situación refleja un mensaje “para decirle a los demás países que han estado apoyando en encauzar de nuevo a Nicaragua en los caminos democráticos, ´bueno aquí estamos dialogando con el Gobierno en lo económico, sin tomar en cuenta los temas neurálgicos que realmente resolverían la crisis del país´”.
“Ellos quieren lavarle la cara al Gobierno para que sea más aceptable internacionalmente después del fraude electoral, de la violencia y la represión, después de que se ha sometido Nicaragua a una anulación absoluta de nuestros derechos ciudadanos y políticos, para mantenerse en el poder indefinidamente, como pretenden”, lamentó.
Agregó que la idea del diálogo “no viene de todo el Cosep, eso viene del sector que Zamora maneja y que debe ser en contubernio con el régimen, porque El Carmen quiere ese tipo de declaraciones, porque quieren que les laven la cara, pero eso es condenarnos a todos. Entonces al final es un tonto útil”.
No mencionó a los empresarios exiliados
Entre tantos temas que Zamora no abordó se suma el hecho de que no mencionó a los empresarios que se han visto obligados a exiliarse por la fuerte represión que Ortega ejerce en contra de todos aquellos que no avalan y se oponen a su Administración.
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Al respecto, García sostuvo que a Zamora “no le interesa ni está realmente pensando en los empresarios. Yo soy un empresario que salí de Nicaragua y dejé tiradas mis empresas por culpa de la represión. Al presidente de la cúpula empresarial no le interesa cuántos empresarios han tenido que salir de Nicaragua a buscar nuevos horizontes en otros países porque el régimen les despojó de lo que les perteneció por muchos años”.
“Entonces no se trata de pegar gritos, o pedir perdón, se trata de establecer diálogos coherentes, un diálogo con el régimen poniendo sobre la mesa que para superar la crisis tiene que haber liberación de presos, libertades irrestrictas, retorno seguro de exiliados, estabilidad para los medios de comunicación, entre otras cosas”, ejemplificó.
Por otro lado, una de las fuentes empresariales en el exilio refirió que no es posible que Zamora “no dijo ni una sola palabra sobre esa situación que ha obligado a un montón de empresarios a tener que salir del país para evitar la cárcel”.
“También debió de haberse expresado más con respecto al encarcelamiento de Michael Healy, Álvaro Vargas y de José Adán Aguerri, o sea solo dijo que estaban apoyando a las familias, pero no se refirió a su arresto injusto, no hubo ni una sola palabra al respecto”, recordó.
De hecho, cuando Zamora fue consultado sobre la situación de los directivos Healy y Vargas, condenados a 13 y 9 años de cárcel, respectivamente, solo mencionó: “Nos duele, pero estamos apoyando a sus familias y de eso se trata, de ser solidarios en estos momentos difíciles. Quiero agradecer el apoyo de cada una de las cámaras del Cosep que son los que han sacado adelante al Consejo Superior de la Empresa Privada en estos momentos difíciles”.
Al respecto, una de las fuentes ligadas al Cosep consultada destacó la “falta de humanidad” de Zamora, “sobre todo, porque sus grandes amigos, por ejemplo, su excuñado José Adán Aguerri está preso y garantizarles a las familias su sostenibilidad mientras el cabeza de familia está preso no es lo que los parientes esperan, probablemente”.
¿Esta situación puede acelerar la expulsión de Nicaragua del DR-Cafta?
Estados Unidos ha amenazado con suspender a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta) si no se logran cambios democráticos en el país. Sobre este punto, los especialistas consultados coinciden en que las acciones y posición de Zamora no influirían en las decisiones del país norteamericano.
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García comentó que la posible suspensión de Nicaragua del DR-Cafta está en estudio desde hace mucho tiempo y lo que diga César es irrelevante “porque lo que se está haciendo en Estados Unidos es la revisión en temas sensibles, si está cumpliendo con temas democráticos”.
“Además, César ya no tiene credibilidad en el departamento de Estado casualmente por ese tipo de posiciones. Si él tuviera una posición diferente de ver cómo se resuelve la crisis, pues se le haría caso”, refirió.
Por su parte, una de las fuentes ligadas al Cosep consideró que “el DR-Cafta es un tema que está en el tapete y que está siendo evaluado por Estados Unidos. Hay muchas especulaciones alrededor de ese tema, pero no creo que esta situación vaya a influir para expulsar a Nicaragua o no del tratado. Ellos están evaluando otras cosas y fundamentalmente la violación de parte de Nicaragua a los acuerdos del DR-Cafta con respecto al respeto a los derechos humanos, las libertades y la institucionalidad del país. Creo que es lo que están valorando más”, concluyó.
A finales de enero, Voz de América informó que Estados Unidos apoyaba una negociación con Ortega. En detalle, Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, indicó que el país norteamericano estaba dispuesto a apoyar un proceso de negociación con el Gobierno de Nicaragua para buscar una salida a la actual crisis sociopolítica.
“No hemos visto ningún tipo de indicación de que el régimen esté interesado en algún tipo de negociación (…) si llegáramos a verla, sería algo bueno y lo apoyaremos”, aseguró Price durante una rueda de prensa, desde Washington.
En su momento, el portavoz añadió que Estados Unidos “está buscando ver la restauración, por medio de vías pacíficas, de una democracia genuina en Nicaragua”. Es decir, que el Gobierno estadounidense ha dicho que avala un diálogo, pero uno donde se tomen en cuenta la liberación de presos políticos, la restitución de la democracia y el respeto a los derechos humanos de la población, no uno donde solo se aborden temas económicos.