Fuentes ligadas a la parroquia San Juan Bautista en Masaya confirmaron a LA PRENSA que una comitiva especial de la Arquidiócesis de Managua, encabezada por el padre Boanerges Carballo, vicario de Pastoral, llegó hasta el templo con el objetivo de que oficiales de la Policía orteguista permitieran la salida del sacerdote Harving Padilla, quien permaneció asediado en el templo durante diez días.
También se conoció que el padre Padilla salió de Masaya y que, por ende, la parroquia y la casa cural estarán a cargo de otro religioso. “Se retiraron por ahí del mediodía, ya hay acceso a circular en las calles hacia la parroquia”, indicaron las fuentes que solicitaron el anonimato.
LA PRENSA intentó contactar al padre Padilla, sin embargo, no responde los mensajes ni llamadas realizadas a su número telefónico desde horas del mediodía. Padilla es uno de los religiosos que ha sido objeto de persecución del régimen orteguista en Nicaragua desde abril de 2018.
Asedio incrementó
Tras haberse retirado temporalmente el 18 de mayo, los agentes policiales incrementaron la presencia en la parroquia a partir del fin de semana reciente, al punto que cerraron todas las vías y negaron el ingreso de los feligreses al templo para participar de las celebraciones religiosas.
“Tengo la parroquia por cárcel, prácticamente”, dijo el religioso, quien al ser consultado sobre una posible detención en las próximas horas solo respondió: “Que se haga la voluntad de Dios”.
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El primero en denunciar el asedio policial a la parroquia San Juan Bautista fue el opositor oriundo de Masaya, Yubrank Suazo, quien dijo que el padre técnicamente tenía casa por cárcel, porque no lo dejaban salir.
Tras brindar declaraciones a varios medios de comunicación, Suazo fue detenido el 18 de mayo por la Policía tras ingresar violentamente en la casa de sus padres en Masaya y fue trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote, donde está siendo investigado por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional”.
Desde 2018 hasta la fecha más de 190 agresiones
El informe presentado por la investigadora Martha Patricia Molina, sostiene que los casos de ataques documentados ascienden a más de 190, desde 2018 hasta mayo de 2022.
Entre el tipo de hostilidades y agresiones en contra de la Iglesia católica destacan pintas en las paredes y mensajes anónimos en templos católicos; agresiones, amenazas y exilios a sacerdotes, obispos y laicos católicos; obstáculos a organizaciones sin fines de lucro (OSFL) de la Iglesia católica; mensajes orales agresivos contra sacerdotes y religiosos, profanaciones de templos, robos, entre otros.