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El mercado de los combustibles y el petróleo sigue agitado por la invasión de Rusia a Ucrania. El Brent se ubicó ayer en 127.98 dólares y el West Texas Intermediate (WTI) cerró en 123.70 dólares, luego que Estados Unidos anunciara un embargo total a las exportaciones de petróleo y gas de Rusia, que el lunes advirtió que de adoptarse esa medida el barril de crudo puede alcanzar los 300 dólares o más, lo que supone un desafío enorme para los países dependientes de esta materia, como Nicaragua.
El presidente Joe Biden, anunció que Estados Unidos —sin la participación de sus aliados europeos— prohíbe todas las importaciones de petróleo de Rusia. “No se aceptará en ningún puerto estadounidense. No vamos a financiar la guerra de (Vladímir) Putin”, sostuvo.
La prohibición también incluye el carbón y el gas natural licuado, según indicaron fuentes de Bloomberg a OilPrice.com. Los precios del petróleo experimentaron otra alza a raíz de esta noticia, aunque se mantuvo por debajo del máximo del lunes 139.13 dólares por barril.
En Estados Unidos el precio de la gasolina alcanzó un nuevo récord: cada galón (3.78 litros) se cotizó en promedio en 4.17 dólares, por encima del récord anterior de 4.11, que se remonta a 2008, según la asociación de conductores AAA. En un mes, el precio promedio de la gasolina aumentó 20 por ciento.
Si bien es cierto que Estados Unidos no importa mucho petróleo ruso, esta acción podría desencadenar la toma de medidas similares por parte de algunos países europeos y asiáticos que sí compran grandes cantidades.
Por consiguiente, a nivel mundial se observaría una oferta mucho más restringida de petróleo (si se expulsa a Rusia) en un momento en que el mercado ya se encuentra en una situación muy tensa, con disminución de inventarios y déficit mensual de producción respecto a la demanda.
Barril podría alcanzar los 300 dólares
Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo después de Arabia Saudita y el primero de gas natural, advirtió el lunes de las “consecuencias catastróficas” en caso de que Estados Unidos y la Unión Europea llevaran en marcha su plan de aplicar un embargo sobre el petróleo ruso.
“Es bastante obvio que la negativa de comprar petróleo ruso tendrá consecuencias catastróficas para el mercado mundial”, sostuvo el viceprimer ministro ruso de Energía, Alexander Novak. “El aumento del precio podría ser imprevisible y alcanzar más de 300 dólares por barril o más”, agregó, según informaron medios internacionales.
El caso de Nicaragua
En ese contexto, ¿qué significaría para Nicaragua un barril de petróleo a 300 dólares o más?, ¿cuántos días podría soportar el país frente a una posible escasez de petróleo y derivados en el mundo, según la capacidad de almacenamiento?
Lo máximo que desembolsó Nicaragua en 2021 por cada barril de petróleo, que de por sí ya era caro, fue 90.6 dólares en noviembre, lo que ha tenido un efecto devastador en los precios a los consumidores, porque los alimentos y bebidas se han encarecido sustancialmente. Solo la canasta básica subió el año pasado más de 1,700 córdobas.
El año pasado, con un aumento del WTI, de referencia para Nicaragua, de 51.36 por ciento con relación a 2020, los combustibles subieron más de 30 semanas y en lo que va del año este crudo se ha disparado 56.65 por ciento respecto al 2021. En el país, los nicaragüenses están pagando precios históricos en las gasolineras, donde el diésel supera los 40 córdobas desde hace tres semanas.
Si el país llegara a pagar 300 dólares por cada barril se traduciría a combustibles y energía más cara, y, en consecuencia tarifas más elevadas y productos y servicios más costosos, lo que sin duda impactaría significativamente el bolsillo de los nicaragüenses, agobiados por la crisis sociopolítica, tres años de recesión y los efectos de la pandemia de la covid-19.
Sobre la capacidad del país
Pero ¿qué capacidad real tiene el país para afrontar una escasez de combustibles en caso de que Rusia decida suspender sus ventas al mundo?
Nicaragua no es importador de petróleo ruso, pero el cierre de grifo de ese país supondría una mayor presión en la demanda internacional, ya golpeada por menor disponibilidad de crudo, por la decisión de la Organización de Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) de no ajustar el bombeo diario al mismo ritmo que la reactivación de la economía mundial tras el impacto de la pandemia.
En ese contexto, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, con datos hasta el 2020, Nicaragua se ubicó como uno de los países con más capacidad de almacenamiento de gasolinas y diésel, en comparación con los demás países de Centroamérica.
En concreto, en ese año el país mantenía capacidad para 84 días de consumo de gasolina y tenía suficiente diésel para abastecer al territorio nacional por 120 días. Cifras que son superiores a las de sus pares centroamericanos.
Por ejemplo, otro de los países que presentó altas cifras fue Costa Rica, con una capacidad para abastecer con gasolina al mercado local por 98 días y con diésel por un periodo de 70 días. El Salvador también se encuentra encabezando el ranking con 50 y 82 días, respectivamente.
Los valores más bajos se observaron en Panamá, puesto que el país canalero mantenía gasolina almacenada que podía dar cobertura por 47 días y en el caso del diésel, era para 48 días.
Por otro lado, los datos de la Cepal también revelaron que Nicaragua mantenía petróleo almacenado para 67 días de consumo. Asimismo, tenía gas licuado de petróleo para 24 días, kerosén para 152 días y fuel oil para 97 días.
El almacenamiento en volumen
En volumen, las estadísticas de la Cepal también señalan que en 2020 Nicaragua tenía una capacidad de almacenamiento de 730,400 barriles de petróleo, 100,800 barriles de gas licuado de petróleo y 669,000 barriles de gasolina.
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Asimismo, tenía las condiciones para mantener un almacenamiento de 42,000 barriles de kerosén, 1.43 millones de barriles del cotizado diésel y 531,000 barriles de fuel oil, este último clave para producir energía.
Los volúmenes no han experimentado importantes variaciones si se comparan con los datos registrados en 2019, lo que indicaría que el país hasta la fecha puede tener esa misma capacidad tomando en cuenta que a la fecha no se han anunciado nuevas ampliaciones de capacidades en el 2021.
Cabe destacar que todos los valores antes mencionados (con excepción de las gasolinas y diésel) se ubican entre los más bajos de la región. En el caso del petróleo, en el documento solo se presentan las cifras de Nicaragua.
A nivel de Centroamérica y República Dominicana, la región tiene una capacidad de almacenamiento de 6.51 millones de barriles de gasolinas, 7.73 millones de barriles de diésel, 5.33 millones de barriles de fuel oil, así como 1.42 millones de gas licuado de petróleo.
Perspectivas del precio del petróleo en marzo
Este martes la Agencia de noticias AFP dio a conocer que los precios del petróleo han subido alrededor de un 30 por ciento tras la invasión rusa a Ucrania.
Además, el sitio web de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) detalla que el lunes el precio del diésel en el Golfo cerró en 4 dólares por galón y en el caso de la gasolina, fue 3.36 dólar por galón.
Un especialista en hidrocarburos, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, compartió que la EIA proyectó este 8 de marzo el precio promedio anual del petróleo WTI en 101.2 dólares por barril.
“Y los precios promedios internacionales respecto a 2021 subirían para la gasolina regular 0.77 dólares por galón, la gasolina súper 0.77 dólares por galón y el diésel 1.06 dólares por galón. Asimismo, los precios de venta subirían (en Nicaragua) dependiendo de las ventas y márgenes de las petroleras, estarían a niveles para la gasolina regular 4.76 dólares por galón, gasolina súper 4.87 dólares por galón y el diésel 4.34 dólares por galón”, precisó.
Gobierno de Ortega guarda silencio
Hasta el momento, el gobierno de Daniel Ortega no se ha pronunciado sobre la tendencia alcista en los precios del barril de petróleo y sus derivados, tampoco ha anunciado medidas para sobrellevar esta situación.
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Por su parte, el especialista indicó que una alternativa ante la escalada de precios podría ser que el Gobierno retire el impuesto al combustible que se retiene a través del Fondo de Mantenimiento Vial (Fomav).
En octubre de 2005, el expresidente Enrique Bolaños envió a la Asamblea Nacional el Proyecto de “Ley de Creación del Impuesto Especial para el Financiamiento del Fondo de Mantenimiento Vial (IE-Fomav)”.
Específicamente, se propuso establecer un impuesto especial a los bienes derivados del petróleo para financiar al Fomav. El impuesto inició con 6 centavos dólar por galón de combustible, y se incrementó gradualmente hasta alcanzar en un período de cuatro años (2009) 16 centavos dólar por galón de combustible.
Actualmente, según el Comité de Cooperación de Hidrocarburos de América Central (CCHAC), por las gasolinas, los nicaragüenses pagan 0.70 dólares en concepto de Impuesto Específico Conglobado (IEC) y 0.16 dólares por el Fomav, lo que suma un total de 0.86 dólares.
En el caso del diésel, en Nicaragua se paga 0.54 dólares por el IEC y 0.16 por el Fomav, es decir, 0.70 dólares en total.
Hasta septiembre del año pasado, el Gobierno había recaudado 1,354.7 millones de córdobas, lo que representaba 97.2 por ciento de su meta anual, lo que indicaría que al finalizar el 2021 se habría creado una sobrerrecaudación.
El especialista indicó que al eliminar este impuesto el Gobierno podría crear un subsidio temporal para reducir un poco el precio de estos productos a nivel nacional y aliviar la tarifa para los consumidores. No obstante, agregó que “las petroleras pueden hacer más”.
Siguiendo esta línea, añadió que Puma y UNO, que dominan el mercado de refinación, importación y distribución —sobre todo luego de las sanciones a DNP Petronic— deben bajar el sobreprecio promedio de venta de 0.07 dólar por galón (unos 2.5 córdobas por galón).
Asimismo, recordó que, por ley, en su inventario las distribuidoras deben tener almacenadas reservas de combustibles para 30 días, “240 mil barriles de gasolinas y 370 mil barriles de diésel. A menores costos de importación y refinación pueden amortizar las alzas de los precios de 0.14 dólares por galón para las gasolinas y 0.25 dólares por galón para el diésel, mientras se estabilizan los precios”, recomendó.
Es decir que esos barriles que fueron importados a menores costos hace 30 días atrás se trasladan a los consumidores, lo que crearía una especie de respiro temporal junto con la combinación de otras medidas de índole gubernamentales.
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Cabe destacar que la acción relacionada con más subsidios y menos impuestos en los combustibles la están proponiendo en varios países de Centroamérica para hacer frente a la volatilidad del mercado petrolero.
¿Qué acciones están tomando en la región para hacerle frente a las alzas?
A diferencia de Nicaragua, los demás países de la región están analizando ciertas medidas para sobrellevar las constantes alzas en los precios de estos productos.
Por ejemplo, en esta semana en Guatemala los diputados criticaron que el Gobierno no hace nada para tratar de resolver el problema de la escalada de precios, mientras la población soporta el encarecimiento de diversos productos de consumo básico.
Por lo tanto, algunos de ellos trabajan en iniciativas de ley para autorizar un subsidio al galón de gasolina y de diésel, así como al cilindro de gas licuado de petróleo. De momento, en el Congreso se habla de brindar un tratamiento temporal al impuesto sobre la distribución del petróleo y sus derivados, que puede ser un subsidio o una eliminación por un periodo de tres meses.
Diputados opositores también proponen otorgar transferencias monetarias temporales, utilizando y depurando el padrón del Ministerio de Desarrollo que se implementó en el 2020 por los efectos de la pandemia.
En paralelo, según el medio de comunicación guatemalteco, Prensa Libre, para el jueves 10 de marzo están convocados al Congreso varios funcionarios del Gabinete Económico para que presenten escenarios sobre la tendencia de los derivados del petróleo, dada la coyuntura actual, así como una propuesta oficial sobre las medidas a aplicar para apoyar a la población.
Costa Rica propone congelar el impuesto por 1 año
Por su parte, el 25 de febrero el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, rechazó reducir el impuesto a los combustibles —como había propuesto José María Figueres— a raíz del incremento del barril de petróleo, pero aseguró que enviaría un proyecto de ley a la Asamblea Legislativa con el propósito de congelar el tributo durante 12 meses.
Alvarado aseguró que esa es una medida “preventiva, pero responsable con el equilibrio de las finanzas públicas”, para evitar que el precio de los combustibles se dispare dramáticamente en el país por el conflicto entre los países europeos.
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El diario La Nación explicó en ese momento que el poder ejecutivo no considera correcto impulsar una rebaja en el impuesto a los combustibles, como la planteada por el candidato presidencial de Liberación Nacional, José María Figueres, quien abogó por una disminución de 100 colones por litro durante 12 meses.
Acciones en Honduras y El Salvador
Por otro lado, en Honduras, El Heraldo compartió el 7 de enero que ante las constantes alzas, el presidente de la Asociación Hondureña de Distribuidores de Productos del Petróleo, Juan Carlos Segovia, explicó que la propuesta es que el Gobierno tome medidas para evitar el impacto al bolsillo de los consumidores, entre estos que reduzca los impuestos, que son los segundos más altos en la región centroamericana, solo superado por Costa Rica.
“Si el Gobierno establece que lo que se decretó en 2014, que fueron 25 centavos de dólar por galón, si decide derogar serían unos seis lempiras, que rondan los 3,000 millones en impuestos para el Estado”, detalló Segovia al anunciar que estaban esperando reunirse con las autoridades del nuevo gobierno de Xiomara Castro para exponer la temática.
Mientras, el 8 de febrero se informó que el partido opositor salvadoreño Alianza Republicana Nacionalista (Arena) anunció que propondría a la Asamblea Legislativa retirar el impuesto al valor agregado (IVA) a los combustibles y alimentos básicos ante la inflación que enfrenta el país. Hasta ahora Nayib Bukele no se ha pronunciado sobre una acción al respecto, aunque el año pasado adoptó medidas de alivio a la población en esta área.