Merbelina trabajó 11 años de su vida en las maquilas. Las pésimas condiciones de salubridad le ocasionaron graves consecuencias de salud que le impidieron continuar laborando. “Me duele todo lo que es la espalda”, dijo. No puede mantenerse mucho tiempo de pie o sentada.
Su historia, contada en un video institucional, es una de las cientos a las que el Movimiento María Elena Cuadra (MEC) ha dado acompañamiento en sus casi 28 años de fundación. Este martes, la Asamblea Nacional le canceló la personería jurídica y, pese a esto, la directora del MEC, Sandra Ramos, afirmó que el movimiento “no son las cuatro paredes”, sino las mujeres con quienes trabajan en diferentes departamentos del país y a quienes continuarán apoyando.
El Movimiento de Mujeres Trabajadoras y Desempleadas María Elena Cuadra fue fundado en mayo de 1994, es un movimiento de mujeres autónomo que impulsa y trabaja por la incorporación y participación plena, en condiciones de igualdad, de las mujeres en la sociedad nicaragüense. Aunque no hay un dato general, se sabe que solo en el 2021 apoyaron legalmente a casi 1,700 mujeres y psicológicamente a otras 387.
Su trabajo principal está enfocado en el apoyo a las mujeres de la zona franca que eran víctimas de violencia laboral. Pero además atienden a mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de los barrios de Managua, Tipitapa, Ciudad Sandino, Estelí, Juigalpa y Chinandega.
Mujeres con las que trabaja el MEC
De acuerdo con Ramos, el objetivo de esta organización es la dignificación y la emancipación de la mujer. Se dedica a impulsar el derecho a un empleo digno, que las mujeres puedan tener libertad y bajo ninguna forma de violencia, ya sea laboral o sexual.
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Asimismo, bajo el enfoque de acompañar y facilitar la defensa de los derechos de las mujeres, el MEC trabaja con trabajadoras del hogar y mujeres jóvenes. Se enfoca en la concienciación sobre el valor del amor propio. “Estos 28 años hemos visto pasar casi tres generaciones de mujeres por esta organización”, contó Ramos. “Las mujeres, cuando ya no tienen su vida laboral productiva, nos envían a sus hijas para que podamos seguirlas preparando”, indicó.
De igual forma, mencionó que en estos 28 años les ha tocado enfrentarse a los gobiernos que han estado en el poder. “Nosotras sabemos que los derechos de las mujeres no es solo responsabilidad de nosotras mismas, sino que es responsabilidad del Estado de Nicaragua tutelar los derechos de las mujeres”, agregó.
Dentro de sus actividades está la promoción para crear y sostener programas sociales de apoyo que contribuyan al mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de las mujeres y sus núcleos familiares. “Promovemos la educación de las mujeres organizadas en el MEC en seguridad ocupacional, así como en salud y el medioambiente”, dijo la directora del MEC.
Los acompañamientos que brindan
Uno de los servicios que brinda la organización para acompañar a las mujeres es el bufete jurídico gratuito para resolver situaciones legales, mismas que difícilmente las autoridades correspondientes resuelven cuando una mujer asiste sola a las instancias. “Por ejemplo, si hay un empleador que se niega a pagarle sus demandas laborales, (la mujer) va al Ministerio del Trabajo y no puede conciliarse con el empleador, entonces la mujer no puede quedar en el aire. Vienen acá, aquí se les hace el trámite y se lleva a juicio al empleador que incumple. Ese proceso es totalmente gratuito porque nosotras pagamos el salario de las abogadas para que atiendan a las mujeres que no pueden pagar el servicio”, detalló Ramos.
Esta organización además incide en el mejoramiento de la salud de las mujeres por medio de un grupo de psicólogas que brindan atención a víctimas y sobrevivientes de violencia, así como a los hijos de estas si así lo piden. “También se les acompaña a las instancias pertinentes, porque si van solas es mentira que las atiendan”, aclara.
También están en constantes capacitaciones para que las mujeres puedan elevar su nivel cultural y de estudios. “Contribuir a la capacitación de las mujeres en situación de vulnerabilidad para defender sus derechos humanos (incluidos los derechos sexuales y reproductivos) y desarrollar sus habilidades para enfrentar los problemas de forma autónoma”, se lee en uno de los objetivos de la organización.
Durante los 28 años, el movimiento se ha definido como un espacio de reflexión con perspectiva de género y ha promovido la participación de las mujeres en las diferentes esferas sociales, económicas, políticas y gremiales.
También afirman que potencializan la participación penal e integral de las mujeres como sector productivo, organizado y económico de la sociedad. Asimismo, señalan la importancia de impulsar la formación de dirigentes femeninas de cara a los intereses particulares de las mismas.
