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El CNU es el rector de la educación superior en Nicaragua. LA PRENSA/ARCHIVO

CNU deja a universidades sin dinero para becas y lo destina para gastos burocráticos

Mientras deja sin posibilidad de otorgar becas a universidades privadas, el CNU infla las asignaciones del 6% a su Secretaría Técnica que en 2019 destinó el 97% del presupuesto a gastos corrientes

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En los últimos años el Consejo Nacional de Universidades (CNU) le ha reducido considerablemente a tres universidades privadas los recursos provenientes del seis por ciento del Presupuesto General de la República, que por ley reciben los centros de educación superior. Por este recorte, tres de las diez universidades que pertenecen al CNU han quedado sin posibilidad de otorgar becas y, mientras esto ocurre, los recursos destinados a la Secretaría Técnica de esa entidad han crecido como la espuma.

Las asignaciones a la Secretaría Técnica pasaron de 107.13 millones de córdobas en 2017 a 439.07 millones en 2021. Es decir, un crecimiento de 310 por ciento. Esto ocurre mientras las asignaciones a las siete universidades que no han sido castigadas con grandes recortes se han mantenido estancadas o registrado reducciones leves.

A criterio de especialistas, la decisión deja a cientos de jóvenes de familias de escasos recursos, en su mayoría provenientes del interior del país, sin la posibilidad de hacer realidad su sueño de obtener una beca para estudiar en las universidades afectadas. Además, viola el artículo 125 de la Constitución Política de Nicaragua, ya que allí se establece que el seis por ciento debe entregarse a las universidades y centros de educación técnica superior.

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Reduce becas para promover burocracia

“Es una clarísima violación de la ley, porque la Constitución lo que dice es que el 6 por ciento del Presupuesto General de la República se asigna a las universidades según la ley, y no se menciona a la Secretaría Técnica, ni siquiera el CNU aparece como beneficiario de esos recursos. La Secretaría Técnica se creó como un órgano, como su nombre lo dice, técnico y fue para apoyar al CNU. En algún momento se le asignó un presupuesto pero era mínimo, solo para pagar al personal”, detalla el académico y expresidente del CNU, Ernesto Medina.

Según Medina, en sus inicios la Secretaría Técnica empleaba a dos o tres personas, un secretario y una o dos asistentes y posteriormente se creó un aparato administrativo. A los cargos existentes se sumó un contador porque tenía que ver los informes de ejecución de las asignaciones que entregaban a las universidades. Y en ese tiempo las oficinas funcionaban en una casa pequeña.

Medina dice además que siempre quedó claro que la Secretaría no tenía que ejecutar ningún proyecto porque eso era competencia de las universidades. Pero con el crecimiento de las asignaciones indudablemente han tenido que contratar más personal para administrar esos recursos.

Entonces, la situación es totalmente irregular, ya que ni siquiera el CNU aparece en la ley como un beneficiario de fondos. Por tanto es importante saber cómo y a quién le rinden cuentas del manejo de esos recursos.

¿Millones para pagar lealtad partidaria en las universidades?

Por su parte, un investigador en temas de educación que solicitó el anonimato, asegura que el incremento de las asignaciones a la Secretaría Técnica se origina principalmente de la reducción drástica que le han hecho a la Universidad Centroamericana (UCA) en los últimos cuatro años. Y añade que esos fondos, más que para el cumplimiento de los deberes de la Secretaría, son utilizados para “pagar” el trabajo político e ideológico realizado dentro de las universidades.

“Al existir una nula cantidad destinada a la UCA, esta sirve para pagar trabajos realizados desde el CNU hacia las universidades que son adeptas a los Ortega-Murillo. Por ejemplo, a los docentes de la UNAN Managua se les está dando un bono de 16,000 córdobas como compensación a su trabajo partidario con los estudiantes y en contubernio con UNEN (Unión Nacional de Estudiantes)”, afirma el investigador.

El especialista recordó que entre las funciones técnicas que tiene la Secretaría está colaborar con el presidente del CNU en planes de trabajo, administrar los fondos y proyectos, tramitar gestiones ante el Estado, colaborar en la realización de actas junto con el secretario, atender la solicitud para la creación de nuevas universidades o centros de educación técnica, así como manejar una base de datos de las publicaciones referentes a la educación superior.

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¿Lo que le quitan a la UCA y otras universidades queda en el CNU?

La Secretaría también propone proyectos de mejora técnica al CNU, ejecuta estudios sobre la educación superior y se relaciona con otras universidades a nivel nacional e internacional. “Y me imagino que de ahí, justifican los fondos”, dice el especialista.

Pero estas actividades las ha realizado desde su fundación en los años 90, por lo que no se justifica el incremento de 310 por ciento en sus asignaciones registrado en 2021, con respecto al monto asignado en 2017.

“Producto del nulo acceso a la información, que aunque esté en documentos de ley no se cumple, ellos no demuestran jamás en qué se gastó ese dinero, más que aducir que es por trabajo dentro de la Secretaría (…). 105 millones más en un año (entre 2020 y 2021), refleja que el excedente de dinero producto del no cumplimiento del seis por ciento constitucional para la UCA fue destinado para esos rubros, que además no tienen nada de académicos ni benefician la calidad del CNU y su funcionamiento”, señala el investigador.

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En 2019 el 97 % de los recursos los destinaron al gasto corriente

Debido a la censura de los funcionarios públicos contra los medios independientes no fue posible obtener una versión de la presidenta del CNU, Ramona Rodríguez, sobre este tema. Y en el sitio web de la institución el más reciente informe de rendición de cuentas data de 2019, pero este no especifica en qué se gastan los recursos provenientes del seis por ciento que reciben las diez universidades y la Secretaría Técnica, solo desglosa lo que se destina a gasto corriente (salarios y pago de servicios) y a inversiones.

El informe detalla que en 2019 la Secretaría Técnica recibió 173.43 millones de córdobas, de los cuales solo gastó 153.61 millones. De ese monto, 149.06 millones se destinaron a gasto corriente (salarios, pago de servicios y servicios necesarios para su funcionamientos) y 4.5 millones de córdobas a inversiones. Los restantes 19.80 millones se trasladaron al presupuesto del 2020 para inversiones.

Y mientras en 2021 la Secretaría Técnica del CNU recibió en 439.07 millones de córdobas, a la Universidad Centroamericana (UCA) solo le asignaron 100 millones. Eso redujo considerablemente su capacidad de otorgar becas a jóvenes de escasos recursos que sueñan con estudiar una carrera en esa prestigiosa casa de estudios.

CNU deja a cientos de jóvenes sin oportunidad de conseguir becas en universidades privadas

Lo más grave es que, según recientes publicaciones, para el año escolar 2022 la asignación a la UCA se redujo a un millón de córdobas. Decisión que en realidad no afecta a la universidad, sino a cientos de jóvenes de familias de escasos recursos que aspiran estudiar en esa universidad.

Pero la UCA no es la única afectada. Según registros del Ministerio de Hacienda, la Universidad Católica Agropecuaria del Trópico Seco (Ucatse), ubicada en Estelí, también ha sufrido fuertes recortes. En 2017 recibió 54.25 millones de córdobas y en 2021 solamente 10 millones. Con ello se ha dejado sin la oportunidad de conseguir una beca a cientos de jóvenes de la zona de Las Segovias. Muchos de ellos hijos de pequeños productores y campesinos que por la cercanía y las carreras que ofrece acudían a esa universidad que cuenta con internado.

La otra universidad castigada, aunque en menor medida, es la Universidad Internacional de Agricultura y Ganadería, ubicada en Rivas. En 2017 recibió 80.28 millones de córdobas y en 2021 solamente 59.87 millones. Este recorte también dejará sin oportunidades a cientos de jóvenes de escasos recursos de la zona sur del país que acudían a esa universidad cuyas becas también incluyen internado.

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Recorte de las asignaciones del 6 % es una venganza política

La asignación del seis por ciento a las universidades privadas siempre ha sido tema de discusión, pero la situación se agravó tras el estallido social de 2018. Los especialistas consideran que los criterios académicos que imperaban para sustentar la entrega de los recursos desaparecieron y se impusieron los políticos.

A las universidades, cuyos alumnos o directivos apoyaron las demandas sociales y denunciaron la represión del régimen, se les redujeron las asignaciones.

Eso queda demostrado al ver que la UCA es la universidad más afectada. Esa casa de estudios se convirtió en uno de los puntos de encuentro para las protestas. Además, sus autoridades, los sacerdotes Jesuitas, condenaron la represión y el padre José Alberto Idiáquez, rector de la UCA, participó en el Diálogo Nacional como parte de la delegación de la Alianza Cívica.

La segunda universidad más afectada es la Ucatse, cuyo rector magnífico es monseñor Abelardo Mata, obispo emérito de Estelí. Desde el retorno de Daniel Ortega al poder en 2007, Mata se convirtió en una de las voces más críticas dentro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y fue uno de los primeros en denunciar los abusos y violaciones a los derechos humanos que cometían las autoridades.

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