Este 6 de enero se cumplió un año del asalto al Capitolio de Washington, Estados Unidos, por una turba de partidarios del expresidente Donald Trump.
Como es bien sabido, Trump denunció sin pruebas convincentes que le habían robado la victoria en las elecciones de noviembre de 2020 y pretendía impedir que el presidente electo, Joe Biden, tomara posesión del mando presidencial.
Parecía imposible que en Estados Unidos, que desde hace mucho tiempo se ha considerado bastión y faro de la democracia en América y el mundo, pudiera ocurrir un atentado violento contra la institucionalidad democrática de tan grande magnitud; pero además inspirado por una persona que había sido elegida democráticamente por el pueblo y todavía estaba en ejercicio de la presidencia de la república estadounidense.
El expresidente demócrata Jimmy Carter, en un artículo titulado Temo por nuestra democracia publicado este viernes 7 de enero en la revista electrónica Polis: Política y cultura, al deplorar el aciago acontecimiento político del 6 de enero de 2021 expresa su temor de que “aquello por lo que hemos luchado tan duro a nivel mundial —el derecho a elecciones libres y justas, sin la influencia de políticos autoritarios que lo único que buscan es incrementar su propio poder— se haya vuelto peligrosamente frágil en casa”. Es decir en los propios EE.UU.
Carter opina que en EE.UU. se necesitan reformas políticas y electorales para apuntalar el sistema democrático, pero sobre todo, enfocarse en las verdades fundamentales de que “todos somos humanos, todos somos estadounidenses y todos queremos que prosperen nuestras comunidades y nuestro país.” Y señala que la gente de EE.UU. debe promover el mejoramiento de sus relaciones sociales y políticas.
También el científico social y político Francis Fukuyama, en un artículo titulado El asalto al Capitolio publicado en la misma revista, argumenta que no fue un hecho aislado, y debe “ser considerado en el contexto más general de la crisis mundial de la democracia liberal”. Y cita Fukuyama el informe sobre la libertad en el mundo 2021, de la institución Freedon House, el cual revela que “la democracia ha ido en descenso durante 15 años seguidos, y algunos de los mayores retrocesos corresponden a dos de las democracias más grandes del mundo, Estados Unidos y la India.”
Por su parte el director de la revista Polis, el reconocido filósofo político Fernando Mires, se pregunta al comentar el asalto al Capitolio, “¿cómo proteger a una democracia?”. “La democracia –responde él mismo- no existiría sin las instituciones sobre las cuales reposa. De tal manera que, lo que hemos de defender quienes adherimos al ideal democrático de vida, no es a principios liberales abstractos, sino a instituciones muy concretas: el parlamento y sus partidos, el poder judicial y sus jueces, el poder electoral y sus tribunales, el ejército y sus armas y no por último, la Constitución y sus leyes.”
Y en el caso de la democracia en América Latina, hemos dicho y repetimos nosotros, para promoverla y defenderla también hay que acompañar los valores y las instituciones con reformas que den respuestas adecuadas a las justas demandas económicas y sociales de los pueblos
