El dictador Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo divulgaron este jueves un escueto mensaje de Navidad a las familias nicaragüenses, en el que instaron a “desterrar” el egoísmo y aprender a vivir en “hermandad, más sentido de familia y comunidad”, una apelación que sin embargo contrasta con la negativa del régimen de liberar a más de 160 presos políticos, cuyos familiares han pedido que estos puedan pasar la Navidad tras más de dos meses de secuestro ilegal.
“Estas Navidades reflexionamos sobre ese fatal egoísmo que conlleva pobreza y desprecio, y que debemos aprender a desterrar de nuestras vidas””, dice la carta difundida por los medios de propaganda de la dictadura cargada de un mensaje cristiano de amor y hermandad en ocasión de la Navidad.
La pareja dictactorial, una de las más represivas que ha tenido Nicaragua, pide a las familias agradecer a Dios por “la paz, la salud, los dones recibidos y multiplicados”.
“Aquí cantamos, gloriamos y alabamos, en fiestas de sencilla abundancia y energías victoriosas, para acrecentar justicia y paz, entre el cariño y los derechos de todos, a vivir en fraternidad, seguridad y bienestar”, agrega.
Según Ortega y Murillo en estas fechas, que “compartir solidariamente sea la esencia de cada día, que despeje los horizontes para más hermandad, más sentido de familia y comunidad, y más conciencia de los desafíos y retos que tenemos planteados, en caminos de generosa y viviente alegría”.
“Que la luz de todas las estrellas siga llenándonos, inspirándonos, iluminando nuestra conciencia y convicciones, y que en una patria digna, libre, contenta, saludable y buena, recibamos toda la gracia del Niño Jesús, para seguir trascendiendo la sacrílega pobreza, con amor, concordia, buena voluntad, y siempre con la fuerza de su nombre poderoso”, puntualizan.
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El mensaje cargado de cristianismo y buenos deseos en nombre del niño Jesús contrasta con el actuar de la dictadura, que se niega a liberar a los presos políticos como una muestra del destierro del egoísmo en el régimen, que sin embargo instan a la población a aprender a hacerlo.
Además contrasta con el discurso de odio que a diario difunde Rosario Murilllo en sus medios de propaganda con los opositores, a los que castiga con cárcel, represión, persecución y exilio.
La comunidad internacional y organismos de derechos humanos han pedido a Ortega y Murillo que libere a los más de 160 presos políticos, perseguidos por su lucha en búsqueda de la democracia en Nicaragua, cuya demanda ha tenido un elevado costo para estos, que son sometidos a torturas en las prisiones, según han denunciado sus familiares, a los que no se les permite tener contacto con mucha frecuencia.