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Ortega le da un vuelco a su “suerte financiera” en el 2022 y gobernará su primer año ilegítimo con más comodidad

Lejos de los pronósticos de mayor dificultad financiera para el régimen de Daniel Ortega en el 2022, así es como ha cambiado la suerte del dictador. La Renacer y Nica Act pierden fuerza.

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Lejos de los pronósticos de mayor dificultad financiera para el régimen de Daniel Ortega en el 2022, cuando se arrancará un ciclo de gobierno ilegítimo en Nicaragua, el escenario financiero del Gobierno empieza a ser más positivo de la mano del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), sus reservas en el Banco Central y el oxígeno financiero que China pueda proporcionarle a la dictadura a medida que incremente la cooperación.

El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) confirmó que este año Nicaragua fue el segundo socio de la región que más aprobaciones consiguió en su directorio, después de El Salvador, lo que a criterio de especialistas refleja la movida del régimen de Ortega de asegurarse recursos para el próximo año, pero eso no necesariamente implica que tiene garantizado gobernar sin contratiempos, especialmente cuando se adentre a su quinquenio de gobierno no reconocido a nivel internacional.

Dante Mossi, presidente del BCIE, divulgó un cuadro que indica que en aprobaciones a la región se le avaló 3,690 millones de dólares, de los cuales 22 por ciento fueron para Nicaragua, lo que refleja el fuerte peso que el régimen de Ortega ha ganado en la institución.

En concreto, los números de Mossi muestran que en aprobaciones Nicaragua consiguió 812.90 millones de dólares, el segundo monto más alto después de El Salvador con 884.70 millones de dólares. En la tercera posición se encuentra Honduras con 720.27 millones de dólares y Costa Rica con 580 millones de dólares.

Igualmente, aunque con un menor peso, el régimen de Daniel Ortega fue el segundo mayor receptor de desembolsos con 446.52 millones de dólares después de El Salvador con 1,041 millones de dólares, los que en su conjunto representan el 69 por ciento del total de los recursos que el banco entregó este año en Centroamérica a medida que los gobiernos van concretando y cumpliendo los procedimientos para la entrega de los préstamos previamente aprobados en años fiscales anteriores.

“El apoyo del @BCIE_Org a sus países miembros en 2022 nuevamente demuestra el compromiso con sus metas!”, celebró Mossi, en sus redes sociales, que compartió un segundo cuadro que refleja que desde el 2016 hasta este año las aprobaciones del banco a la región han crecido fuerte, siendo Nicaragua uno de los mayores beneficiarios.

En el 2016, el banco aprobó 1,910 millones de dólares en préstamos a los gobiernos de la región, mientras que este año ascendió a 3,690 millones de dólares. “La evolución del @BCIE_Org a través de los años, se aprecian los cambios desde la más reciente capitalización de sus socios y un personal líder en la región”, afirmó.

El sociólogo y analista político Óscar René Vargas reconoce que estos volúmenes de préstamos que Ortega se garantizó este año a través del BCIE, cuyos recursos se van desembolsando gradualmente, le permite a la dictadura una mayor comodidad financiera y además disminuye el impacto que La Renacer pueda tener en el primer año de mandato ilegítimo al dictador.

“Con el dinero del BCIE más las reservas internacionales (US$ 4,000.6 millones de dólares a noviembre) más las posibles donaciones de China en el 2022, Ortega se ha asegurado, económicamente hablando, por lo menos el 2022, garantizándose la disponibilidad de divisas para los pagos internos y externos, para la estabilidad macroeconómica, financiera y cambiaria”, explica.

Desde el 2020, cuando a finales del año el régimen de Ortega logró revertir el impacto de la Nica Act. a raíz del impacto de los huracanes Iota y Eta, los depósitos del Gobierno han venido en aumento, impulsados por mayores desembolsos de los organismos financieros internacionales para atender la emergencia de la pandemia y los daños de los huracanes, así como por transferencia de exceso de recaudación de impuestos.

Números a favor de la dictadura

Los depósitos del Gobierno actualmente tienen un nivel récord. Entre enero y octubre de 2021 el Gobierno de Daniel Ortega transfirió a las bóvedas del Banco Central de Nicaragua 8,286.1 millones de córdobas, lo que ha permitido que las reservas internacionales rebasen los 4,034 millones de dólares, un nivel no visto en años y que representa una recuperación respecto a lo registrado en el 2018 por la fuga masiva de depósitos bancarios y restricción fiscal por tres años de recesión económica.

La última aprobación que el BCIE hizo este año para el régimen de Ortega fue el 14 de diciembre cuando el directorio le avaló 382.6 millones de dólares, uno de los mayores montos únicos que dicha entidad ha entregado a Nicaragua en los últimos años.

El préstamo fue anunciado 13 de diciembre desde Tegucigalpa, el cual beneficiará a 534,820 nicaragüenses en nueve municipios del Pacífico y dos de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS) con la construcción y mejoramiento de 185.22 kilómetros divididos en cuatro tramos, según informó la entidad en un comunicado colgado en su sitio web. El fondo permitirá la ejecución del X Programa de Ampliación y Mejoramiento de Carreteras.

Vargas afirma que “Ortega se ha movido para evitar los impactos negativos de la Ley Renacer (reservas + BCIE + China). La ley Renacer pierde fuerza, salvo que decidan aplicar la suspensión de Nicaragua del Cafta”.

Distintos analistas, no obstante, han señalado que una suspensión de Nicaragua del Cafta puede alentar una ola migratorio mayor de nicaragüenses al exterior, un precio que no están seguro que Estados Unidos esté dispuesto a asumir, tomando en cuenta que Washington está lidiando actualmente con la llegada de más migrantes procedentes del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala), donde ha prometido invertir más de 1,200 millones de dólares para intentar frenar la migración ilegal, impulsada por la corrupción pública, el aumento del narcotráfico, la pobreza y desigualdad, así como el desempleo.

Estados Unidos había apostado por provocar un giro hacia la democracia en Nicaragua a través de un mayor acorralamiento financiero al régimen de Ortega para lo cual se han aprobado dos leyes (Nica Act y La Renacer), pero Vargas asegura que dado a que estas no han afectado las gestiones de la dictadura en el BCIE y ahora China se avizora como una fuente significativa de recursos, la opción que queda es que los préstamos que ya están la tubería de entrega se reviertan.

Cabe mencionar también que el régimen de Ortega también ha superado las barreras en el Banco Mundial, donde este año consiguió 100 millones de dólares en compromisos financieros de la entidad con Nicaragua, luego que en el 2020 prácticamente estos fueron cero, según muestra la entidad bancaria en su sitio web y su presencia en el país actualizado a octubre de este año.

¿Aún hay margen de maniobra?

¿Cómo conseguir esa reversión? Que Estados Unidos presione a sus aliados presentes en el directorio del BCIE para frenar la entrega de esos recursos. “Suspender los desembolsos de los préstamos que están en tubería, sería la otra medida”, afirma.

“Es decir, los EEUU tienen que incrementar el tipo de sanciones para que pueda debilitar al régimen. Hasta la fecha las sanciones individuales no han tenido ningún efecto”, enfatiza.

A criterio de Vargas el hecho que Ortega tenga asegurada una tranquilidad financiera en su primer año de gobierno ilegítimo a partir de enero del 2022, eso no significa que ese escenario no pueda variar a medida que crezca la inequidad y la convulsión política.

“Si Ortega piensa seguir en el inmovilismo político es un mal negocio para todos. Al mantenerse la inequidad en la distribución de la riqueza, los altos niveles de desempleo y el hambre que se avecina en los sectores vulnerables; todo lo anterior acabará incendiando a las clases medias y populares”, advirtió.

No obstante, el sociólogo admite que “en el 2022, no se ve que se pueda dar ninguna redistribución del poder, porque los emporios políticos de la nomenclatura orteguista, las élites empresariales y militares, todos ellos recalcitrantes siguen encapsulados en mantener la supremacía de la dictadura y están dispuestos a capear los cambios que les resten privilegios”.

De hecho el régimen ha incrementado la desespera a nivel interno ante la imposibilidad de recuperar más de 150 mil empleos que se destruyeron desde el 2020 de un total de 200 mil. La economía se espera que crezca entre 7.5 y 9.5 por ciento, la más alta desde 1999. Para el próximo año la proyección es de hasta 4.5 por ciento.

Pese a ese fuerte crecimiento económico esperado para este año, los indicadores sociales no muestran significativa mejora, lo que confirmaría los temores de vargas.

El Banco Mundial en su sitio web, donde explica su relación con Nicaragua, indica que “según resultados preliminares de una encuesta telefónica de alta frecuencia del Banco Mundial, a mediados de 2021, el 44 por ciento de los hogares reportaron ingresos más bajos. La inseguridad alimentaria también empeoró ya que el 26 por ciento de los hogares (18 por ciento en febrero de 2020) informaron haberse quedado sin alimentos durante el último mes previo a la entrevista. Se estima que la pobreza, definida como vivir con un ingreso inferior a 3.2 dólares por persona por día -en 2011, Paridad del Poder Adquisitivo (PPA)- aumentó del 13.5 por ciento en 2019 al 14.6 por ciento en 2021”.

“Los impactos de la crisis de la Covid-19 en el bienestar de los nicaragüenses continúan, ya que las principales fuentes de ingresos, los salarios y los ingresos de las empresas familiares, siguen siendo afectadas”, dijo el BM.

Para Vargas “Ortega piensa conseguir la estabilidad social con el apoyo que puede conseguir en el diálogo que va a convocar, ya sea ahora o enero, apoyo de los capitanes de empresas y las élites que disfrutan del acopio de ganancias e influencias desde el 2007 a la fecha”.

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