Jorge Alberto Hernández Lozano, de 52 años de edad, está en libertad. Él es el conductor y dueño del bus de la ruta 117 de cuyo piso cayó el niño Xavier Eduardo Sequeira, de cuatro años, quien falleció segundos después cuando lo arrolló la parte trasera del automotor, hecho ocurrido en la mañana del pasado 4 de agosto de 2021, cerca de la parada de buses de la sede central del Ministerio de Salud, conocido como Conchita Palacios.
Hernández Lozano estuvo 22 días preso en el Distrito Siete de la Policía, hasta su liberación el pasado 26 de agosto, cuando llegó a una mediación con la madre del infante, Josseling Gaitán.
El busero, quien está siendo apoyado en el proceso legal por su esposa Martha Damaris Zavala, se comprometió a pagar 20 mil dólares como indemnización. Un total de 12 mil dólares fueron entregados a lo inmediato y los restantes ocho mil serán pagados en dos cuotas de cuatro mil dólares cada una, con un plazo de tres meses. La causa contra el conductor seguirá abierta hasta que se complete el pago, informó el abogado defensor Bruno Ordeñana.
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“Al mediar inmediatamente se le ordena la libertad (a Hernández Lozano) bajo el principio de oportunidad”, indicó el abogado Ordeñana.
Además, la familia de la víctima también cobrará lo que pagará el seguro del bus, el cual oscila entre los cinco mil y los dos mil quinientos dólares para estos casos. Se desconoce aún el monto exacto.
Empeñaron la casa
Para poder completar el dinero, la familia del busero tuvo que empeñar su casa de habitación, ubicada en el barrio Las Américas Dos, manifestó Ordeñana.
Tanto Hernández Lozano como su esposa Martha Damaris Zavala han sido socios de la Cooperativa Parrales Vallejos casi desde la fundación de la misma. Hace 11 años Hernández Lozano había recibido nuevo el bus de la tragedia, ruso, de los que se pagan en cuotas a Caruna.
El hoyo en el bus
Sobre el motivo de la tragedia, el hueco en el bus, el abogado Ordeñana explicó que no se determinó en el juicio porque el mismo no se finalizó, apenas se continuó, pero indicó que ni su cliente sabía que el piso del bus tenía el hoyo.
“Lo ignoraban, porque él (Hernández Lozano) mismo me dijo que ignoraba que eso se había hecho porque así venía de fábrica, porque todo el vehículo tenía una alfombra. Nadie sabía que ahí estaba eso. Ahí se mira la alfombra, lo que pasa es que la gente después lo abrió más. Hay unos videos sobre eso”, expresó Ordeñana.
En lo poco que pudo haber de juicio, pues fue suspendido con la mediación, llegó a declarar el médico forense Allan Reyes, quien manifestó que en el Instituto de Medicina Legal (IML) el caso fue tratado como un “accidente de tránsito asociado a precipitación”.
El forense Reyes manifestó que la revisión del cadáver se realizó a las 9:00 de la mañana del 4 de agosto y que el tiempo de muerte se calculó entre una y dos horas antes, es decir, la muerte del niño se produjo entre las 7:00 y las 8:00 de la mañana de ese cuatro de agosto.
No debería de conducir bus
En el juicio, Hernández Lozano está acusado por el delito de homicidio imprudente, el cual se castiga con una pena de entre uno a cuatro años de cárcel. Además, según estipula el artículo 141 del Código Penal, debe ser inhabilitado por el tiempo a ejercer su profesión u oficio. Tampoco debe portar u obtener licencia de conducir si se trata de accidente de tránsito, como es este caso.
Fiscalía no permitió abogado acusador particular
Algunos familiares de la víctima, quienes pidieron anonimato a LA PRENSA, confirmaron la mediación pero señalaron que Josseling Gaitán es una mujer muy joven y que ella era la única que entraba a las audiencias con la Fiscalía, la cual no le permitió tener abogado acusador particular. Es decir, la representación de la víctima solo la ejerció la Fiscalía.
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“(En la Fiscalía) le dijeron que no había necesidad de que el niño tuviera representación si ellos lo estaban haciendo”, explicó una de las fuentes anónimas, quien se quejó de que hubo tres audiencias y siempre llegó una fiscal diferente.
La fuente aseguró que a la audiencia preliminar llegó la fiscal Xiomara Lourdes López Sarria; a la audiencia inicial llegó la fiscal María Adelaida Guido Rocha, a la primera audiencia de juicio llegó la fiscal Betsaidy Thaiz Meza Rivera y a la última audiencia de juicio, en la que se realizó la mediación, llegó otra fiscal.
Otro pariente indicó que toda la familia respeta la decisión de la mamá del niño, que el dinero no es importante sino la vida del menor y esa ya no se podrá recuperar.
La tragedia
La muerte del niño se produjo cuando se subió al bus en la parada del Conchita Palacios, en compañía de su abuelita paterna, Gregoria Polanco. La señora se quedó pagando el pasaje mientras el menor buscó asiento. La abuelita solo lo vio desaparecer detrás de una silla. El niño se fue en un hoyo del piso del bus, cayó en el pavimento y lo arrolló la parte trasera del automotor.
Adolfo Gómez conducía su camión detrás de la unidad cuando ocurrió la tragedia. Iba a declarar en el juicio como testigo, pero no lo hizo porque ya no fue necesario llamarlo. Sin embargo, sí le contó la experiencia a la revista DOMINGO de La Prensa:
“Cuando vamos transitando en el carril izquierdo los dos, frente a la colonia de la Primero de Mayo, yo voy atrás del bus, pero observo que del bus sale un bulto. Yo todavía no me imagino que era un niño, porque obviamente él no le pega con la parte de adelante del bus, porque si no obviamente el niño hubiera quedado debajo del bus. El niño sale de la parte trasera del bus. Cuando yo ya lo observo, yo lo veo con las completas como decimos. Lo que yo hago es capearlo con el camión. En ningún momento lo toqué, ni con las llantas ni con el camión. Yo me detengo porque obviamente yo traigo una fila de carros atrás. Si yo sigo circulando hubieran dicho que yo lo atropellé y que yo me di a la fuga, cosa que no era así”, indicó Gómez, quien es amigo del conductor del bus.
Vidas destrozadas
Desde la tragedia, Goyita está inconsolable, se siente culpable por la muerte de su nieto. Está más adolorida tras la mediación. No quiere saber de dinero, solo piensa en su nieto. El niño fue procreado por el hijo de Goyita, Danny Sequeira, y Gaitán.
Goyita sufre crisis emocionales a diario. Aunque ya está siendo atendida psicológica y psiquiátricamente, a cada momento recuerda la terrible escena de su nieto fallecido, la cual ella vivió de primera mano.
Danny Sequeira se fue en mayo de este año a Estados Unidos y el menor quedó bajo la tutela de Goyita y de la mamá, la joven Josseling Gaitán. Unas semanas pasaba donde su abuela y otrassemanas donde su progenitora.
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Goyita vive en el barrio Leningrado, cerca del Conchita Palacios, donde tiene una venta y su única compañía era su nieto. El día de la tragedia salió con el infante y se dirigía al mercado Iván Montenegro a comprarle una ropa con un dinero que el papá había mandado de Estados Unidos.
En el vecindario donde vive el conductor del bus, dijeron a la revista DOMINGO que el hombre sale todos los días de madrugada a manejar su bus y regresa hasta noche. Es callado y no se mete con nadie. Él es de Posoltega pero ha vivido la mayor parte de su vida en Managua. La casa donde habita la familia es de la esposa.
La familia del busero está igualmente destrozada. La esposa, Martha Damaris Zavala, hasta estuvo hospitalizada porque se le subió el azúcar.
Y la mamá del niño, Josseling Gaitán, también ha estado mal por el dolor de la pérdida de su hijo y la presión del juicio que culminó en mediación. Gaitán está teniendo problemas de la presión.
El mal servicio de transporte
El caso cobró notoriedad entre la población de Managua por lo doloroso de las circunstancias en que murió Xavier Eduardo y porque evidenció el malestar por el pésimo estado de las unidades de transporte de la capital y el mal servicio de transporte público.