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Nuevos números sobre el INSS revelan otro abultado déficit: 512 millones de córdobas a mayo

Especialistas insisten en la necesidad de una reforma profunda en el INSS, de lo contrario la entidad no podrá superar ocho años de crisis consecutivos.

Entre enero y mayo de este año, las finanzas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) cerraron con un déficit global de 512 millones de córdobas, 72.2 millones más que en igual periodo de 2020, cuando la cifra se situó en 439.8 millones de córdobas. Es decir, la diferencia equivale a un aumento de 16.4 por ciento, según datos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y del Banco Central de Nicaragua.

El déficit acumulado a mayo hubiese sido mayor, pero en el quinto mes del año la entidad reportó que por primera vez, desde hace más de un año, se logró generar un superávit mensual por 291.3 millones de córdobas, lo que fue positivo y evitó que la necesidad de financiamiento fuera menor del acumulado.

La última vez que el INSS logró en un mes generar superávit, es decir que pudo cubrir todos sus gastos, fue en enero del año pasado, cuando quedó a su favor 27.2 millones de córdobas, remanentes que suelen alimentar las reservas de la institución.

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El INSS acumula ocho años en crisis financiera y la última vez que cerró un año con superávit fue en el 2012 cuando registró un saldo positivo por 385.7 millones de córdobas, al año siguiente comenzó su debacle que lo tiene actualmente en estado de “cuidados intensivos”.

La crisis sociopolítica, que se derivó precisamente de una nueva reforma paramétrica, profundizó su debilidad financiera, desde abril del 2018 y en el 2020 la pandemia del Covid-19 empeoró su estado, tras la pérdida en el trienio de casi 200 mil afiliados.

La magnitud de la crisis es tan grande que, hasta mayo de este año, el instituto no pudo cubrir una necesidad de financiamiento de 334.9 millones de córdobas en su gasto operativo, superando los 208.2 millones totalizados en el mismo lapso de 2020. Es decir que este año la necesidad de financiamiento ha aumentado 60.85 por ciento para atender gastos administrativos, prestaciones sociales a jubilados y cotizantes, entre otros.

Aumentan ingresos y gastos

Según las cifras del Ministerio de Hacienda y Crédito Publico, en los primeros cinco meses de 2021 en la cuenta de ingresos se reportaron 13,409.1 millones de córdobas, ligeramente superior a los 12,760.6 millones de córdobas en igual periodo del año pasado (5.08 por ciento).

De los ingresos totales corrientes, 12,636.2 millones de córdobas corresponden a contribuciones realizadas por trabajadores y empresas. Los restantes (772.9 millones) hacen referencia al rubro “otros ingresos”, donde se reflejan las ganancias provenientes de inversiones.

Por su parte, el INSS registra un gasto global 13,921.3 millones de córdobas, superior a los 13,200 millones de córdobas acumulados el año pasado en similar periodo.

De ese monto, 13,744 millones de córdobas fueron en gastos operativos, superior a los 12,968.9 millones de córdobas el año pasado, según muestran cifras del BCN y Hacienda.

Dentro del rubro de gastos, los números oficiales indican que la “compra de bienes y servicios”, que engloba la atención brindada por medio de clínicas, compra de insumos, medicinas, entre otras cosas, ascendió a 4,144 millones de córdobas hasta mayo.

En las “prestaciones sociales”, que incluyen las pensiones que otorga la institución, el gasto totalizó 8,895.8 millones de córdobas. Mientras, la cifra correspondiente a las “remuneraciones a empleados” se ubicó en 693.6 córdobas.

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En 2020, el INSS cerró con un déficit de 3,597.8 millones de córdobas, pese a que en diciembre el Gobierno inyectó 2,084 millones de córdobas (un poco más de 73 millones de dólares) a la institución, provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de ayudar a cubrir sus gastos.

Los números oficiales señalan que el Gobierno está recurriendo al financiamiento interno para apoyar las finanzas del instituto, pese a que hasta la fecha se han recuperado más de 40 mil plazas de trabajo, de las más de 160 mil destruidas por tres años de recesión.

¿Por qué el instituto se encuentra asfixiado?

Un especialista en seguridad social, que prefirió omitir su nombre por temor a represalias, explicó a LA PRENSA que en los últimos años el déficit ha venido incrementándose rápidamente como consecuencia de un gasto administrativo “exagerado”, además de otros aspectos estructurales que profundizan la crisis de la entidad.

“La ley interna del Seguro Social, en el reglamento financiero dice que el Seguro no debe de gastar más del 6 por ciento en administración, al igual que los bancos y otras instituciones financieras. Si gastan más, tienen problemas serios”, señaló.

Asimismo, compartió que el Seguro Social ha venido gastando mucho dinero con el actual Gobierno, “ahí no más que arrancaron cambiaron toda la flota vehicular y comenzaron a gastar hasta un 15 por ciento, en vez del 6 por ciento. Eso ha sido un chorrito de dinero que se escapa en los gastos y por más que se le señaló, ellos no han hecho caso y siguen gastando, como a propósito lo hacen”, agregó.

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“Triplicaron el número de trabajadores, tienen cantidades de personas en nóminas que laboran en otras partes, gente con salarios exorbitantes, etcétera”, ejemplificó.

El especialista indicó que se estima un déficit mayor para el final de año, y que “para sacar este lo que se hace es ver cuánto recibe y cuánto gasta. Cuánto recibe por ingresos de cotización, porque es el rubro más importante del Seguro y eso debe dar suficiente dinero para poder pagar todas las pensiones y los demás compromisos que tiene la institución. Si eso no se logra, hay un déficit”, expresó.

¿Se podría revertir esta situación?

El especialista compartió que el panorama podría cambiar si el instituto comienza a ahorrar dinero en los gastos administrativos, incluyendo la disminución de supernumerarios en el Seguro Social, “pueden trabajar pocas personas porque todo se puede automatizar”, añadió.

Asimismo, recomienda recuperar la cartera de cobranza de todo lo que debe el Estado, que a su criterio es mucho dinero y además, “el Gobierno debe crear condiciones necesarias para fomentar la inversión nacional y extranjera que genere empleos. Si no hay trabajos no hay asegurados, y si no hay asegurados, no hay ingresos”.

Por su parte, un exfuncionario del INSS y asesor independiente en seguridad social, que pidió no ser citado, aseguró que de continuar este rumbo, al finalizar el 2021 el déficit de la institución podría rondar los 1,000 millones de córdobas o más.

“Hay tendencia a que sea más porque al final del año hay que pagar aguinaldo, en ese caso, en diciembre la planilla es doble, no solamente en cuanto al pago del aguinaldo de los pensionados, sino que también al de los trabajadores, entonces el nivel de gasto se incrementa. Según esas estimaciones, tendría que ser mayor a los 1,000 millones”, indicó.

Sobre el estado financiero del INSS, el exfuncionario afirmó que lo ideal sería de que al menos “se flote, es decir que se mantengan tanto los ingresos, como los egresos y ¿por qué no está pasando eso? Porque la cantidad de trabajadores que están aportando al Seguro Social no son suficientes ni en cantidad de trabajadores ni en cantidad de salarios para poder mantener los gastos que tiene la institución”, enfatizó.

Según las estadísticas del BCN, entre 2017 —un año antes de que estallara la crisis sociopolítica— y junio de 2021, el INSS acumula una pérdida de 155,707 empleados.

Además, los datos revelan que hasta el sexto mes de este año, la institución tenía en su base de afiliados a 758,489 trabajadores, cifra superior a los 723,206 registrados hasta el cierre de diciembre de 2020. Mientras, en 2017 se encontraban 914,196 afiliados.

“No tiene arreglo. ¿Qué es lo primero que se debe hacer? Componer la situación política, si esta cambia, mejora la situación económica, y si mejora la económica, va a rehabilitarse el Seguro Social, porque él es un efecto de ese ambiente y depende de qué tan sano, estable o inestable esté. Ha sufrido por el problema político y por la pandemia”, puntualizó.

El primer especialista consultado afirmó que en lugar de los 758,489 trabajadores que hay asegurados, se necesitan, mínimo, a 1.5 de cotizantes por pensionado, pero también indicó que sería difícil llegar a esa cifra porque, como consecuencia de la crisis política y económica, las empresas están cerrando y las personas están renunciando y abandonando el país, en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades laborales.

“Si seguís trabajando y te jubilás a los 60 años, la pensión es ridícula, no vas a poder vivir, porque ellos hicieron una reforma, donde te dan como máximo un 55 por ciento de pensión. ¿Qué hacemos con eso? Nada. Lo que te dicen es que todavía estás joven, que vayas a otro país a cotizar y allá que te den tu Seguro, porque aquí no sirve. Por eso la gente se está yendo”, compartió.

También explicó que uno de los indicadores del Seguro Social es la cobertura, que se obtiene al dividir cuántos asegurados cotizantes existen entre la población económicamente activa. “En Nicaragua es demasiado baja, el resultado arroja un 17 o 18 por ciento, mientras en Costa Rica está rondando el 80 o 90 por ciento”, concluyó.

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