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Esta enfermedad no es transmisible a los humanos. Imagen referencial. Archivo/LA PRENSA

Como en los tiempos bíblicos de Egipto: otra peste amenaza a Centroamérica. Esta vez a los cerdos

En los últimos dos años los organismos centroamericanos de sanidad agropecuaria han emitido dos alertas de pestes que acechan la producción de alimentos en la región. En el 2021 emitieron otra para los productores de cerdo.

Un nuevo mal amenaza a la región, se trata de la peste porcina africana. El Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) alertó a México, Centroamérica y República Dominicana sobre un brote de esta peste, luego que se registraron casos en este último país, y aunque esta enfermedad no es transmisible a los humanos, el organismo advirtió que puede generar una alta mortalidad entre animales y generar cuantiosas pérdidas en la producción porcina del país.

“Ante la publicación del Ministerio de Agricultura de República Dominicana informando el resultado de 389 muestras pertenecientes a cerdos criados en granjas y traspatio de las provincias de Sánchez Ramírez y Montecristi, enviadas al laboratorio del Centro de Enfermedades Animales de Plum Island, de Estados Unidos, indicaron la presencia de peste porcina africana”, declararon en la alerta emitida el 29 de julio.

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) compartió a través de un comunicado que el caso detectado en República Dominicana era el primero confirmado en el Hemisferio Occidental desde la década de 1980.

En agosto de 2018 y posteriormente, en abril y mayo de 2019, Oirsa había emitido alertas y recomendaciones a sus países miembros, instándolos a reforzar sus medidas de bioseguridad para prevenir el ingreso de la peste porcina africana en sus territorios.

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El organismo advierte que la peste porcina afecta a los cerdos, ya sean domésticos o silvestres, causando su muerte. Actualmente no existe vacuna para esta enfermedad altamente contagiosa, la cual podría generar cuantiosas pérdidas económicas y productivas al país en el que se encuentre.

¿Cómo se transmite? Por medio de orina, heces fecales, aerosoles, animales enfermos, cadáveres, transporte mecánico (zapatos, ropa, vehículos), alimentos contaminados y fauna silvestre.

Asimismo, la entidad detalló que esta enfermedad no es transmisible a los humanos, ni por contacto directo con animales infectados ni por medio del consumo de algún producto de origen porcino, por lo que si usted ingiere alimentos que contengan cerdo o sus derivados no supondría un riesgo para su salud, “ya que no se trata de una zoonosis”, se lee en el documento.

Nicaragua ha sufrido la peste porcina clásica, la que generó muchas pérdidas para ese sector. En mayo de 2011 fue declarada libre y el anuncio lo realizó el entonces ministro Agropecuario y Forestal (Magfor), Ariel Bucardo, y fue ratificado por un delegado de Oirsa.

Marcos Umanzor, presidente de la Cámara Nicaragüense de Porcicultores (Caniporc), explicó a LA PRENSA que la peste porcina africana pertenece a las enfermedades rojas del cerdo, tiene una alta mortalidad y que una vez se identifique una zona afectada se debe actuar y controlar de inmediato la situación, “pero dependerá de las estrategias que usemos como productores en conjunto con la entidad sanitaria del Instituto Nicaragüense de Protección y Sanidad Agropecuaria (IPSA).

La peste porcina afecta a los cerdos, ya sean domésticos o silvestres, causando su muerte. Archivo/LA PRENSA

También compartió que si un animal se encuentra infectado, “los cuadros clínicos son variables, pero hay muerte súbita en la mayoría de los casos”.

El presidente de Caniporc sostuvo que si esta enfermedad se llegase a establecer en Nicaragua provocaría graves consecuencias para el rubro. “Nuestro crecimiento como gremio porcino ha venido creciendo satisfactoriamente, pero de una manera frágil por diferentes factores. Un golpe sanitario de este calibre vendría a afectar a la población porcina a nivel nacional, ya que la alta mortalidad y la rápida propagación acabarían en poco tiempo con ella”, admitió.

Asimismo, aseguró que si la peste ingresa en territorio nacional “lo primero sería tratar de controlar los focos de contagios, ya que es un virus de rápida propagación y sería devastador para la porcicultura nacional”.

“Ya nos estamos preparando, redoblando medidas de bioseguridad en puertos, fronteras y aeropuertos en donde haya todo ingreso de personas y mercancías. Además, estamos fortaleciendo estas medidas en granjas. Invitamos a todos los productores a tomar todas las medidas necesarias”, enfatizó.

Actualmente en Nicaragua  se produce el 70 por ciento de la carne de cerdo que se consume y se importan 37 millones de libras, según  información del Banco  Central de Nicaragua.  El hato porcino nicaragüense cuenta con 515,615 cabezas distribuidas en 150,338 unidades de producción, donde se utilizan razas criollas y en menor proporción cruces con razas mejoradas.

Una realidad en más de 50 países

El pasado 2 de agosto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) insistió en que los países de América deben mantener vigilancia ante la reciente detección y propagación de esta peste.

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“La enfermedad ahora se encuentra en todos los continentes del mundo. En África, Europa, Asia y del Pacífico ya afecta a más de 50 países, perjudicando su seguridad alimentaria, los medios de subsistencia que dependen de la cadena de valor de la porcicultura y la biodiversidad ya que la enfermedad impacta sobre la fauna silvestre”, expresaron.

Ante esta situación, la FAO instó a los países a activar planes de contingencia o de respuesta de emergencia para prevenir o controlar el brote, puesto que existe un alto riesgo de que esta enfermedad se propague de forma progresiva en toda la región.

Recomendaciones para controlar la peste

El Oirsa, con sede en El Salvador, señala que ante la presencia de esta peste es necesario que los gobiernos implementen una serie de medidas como “prohibir la importación de cerdos vivos, especies susceptibles, semen y embriones de cerdo; vehículos o contenedores en los que se transporten maquinaria y equipo usado en dichos animales”.

Actualmente no existe vacuna para esta enfermedad altamente contagiosa. Archivo/LA PRENSA

“Así como productos y subproductos de cerdo, provenientes de países o regiones afectados por la peste porcina africana”, añadieron.

Otra medida que recomiendan es la limpieza y desinfección de los contenedores que transporten productos y derivados procedentes de países afectados por la enfermedad. También invitan a la desinfección del calzado de los pasajeros que arriban en vuelos o embarcaciones internacionales, mediante el uso de tapetes sanitarios o “por asperjado con desinfectantes de comprobada acción viricida”, enfatizaron.

También instaron a la aplicación de “marchamo/precinto” u otros dispositivos que garanticen la inviolabilidad de los almacenes de alimentos de riesgo de las embarcaciones originarias o procedentes de países que tengan presencia de la peste, mientras estos permanezcan en los puertos. “La autoridad sanitaria local deberá revisar exhaustivamente la lista de provisiones alimentarias y el lugar donde fueron abastecidos”.

Además invitan a implementar una campaña de divulgación sanitaria en conjunto con las autoridades portuarias, aeroportuarias, navieras y aerolíneas comerciales de cada país, invitando a los pasajeros a no introducir productos porcinos de países afectados.

Cambio climático propicia alertas

En los últimos años se dio a conocer acerca de la plaga de langostas, luego la de caracoles gigantes y ahora la peste porcina, ¿por qué estas amenazas son cada vez más comunes en la región?, el agrometeorólogo y director del Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), Agustín Moreira, explicó a LA PRENSA que estas alertas son propiciadas por el cambio climático.

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“Las plagas y las pestes se están generando por algunas activaciones de estos virus, que son bastante propicios debido a las condiciones actuales. Se están proliferando más debido a que tenemos mayores cambios bruscos en relación a comportamientos de temperatura”, indicó.

Por ejemplo, en junio pasado el Oirsa declaró alerta regional luego de que detectara en dos de sus países miembros, siendo uno de ellos el vecino del sur, Costa Rica, la presencia de la plaga de caracoles gigantes africanos, situación que afecta en gran medida los cultivos, la conservación de la biodiversidad, las actividades productivas y la salud humana.

En su momento, el organismo advirtió que esta es una de las plagas más peligrosas a nivel mundial y que se distribuyó a nivel mundial para ser usado “como mascota, alimento humano y de peces, investigación, medicina, farmacéutica y fines religiosos, entre otros”.

Por otro lado, en julio de 2020 el organismo emitió una alerta fitosanitaria para la región centroamericana ante un fuerte brote de langostas voladoras, las cuales causaban estragos principalmente en cultivos como maíz, frijol, sorgo, soya, maní, caña de azúcar, ají, tomate, cítricos, plátano, coco, mango y también pastizales.

La enfermedad se encuentra en todos los continentes del mundo. Cortesía/LA PRENSA

“En la actualidad son normales estos casos. En Nicaragua no tenemos peste porcina, pero se está generando a nivel de Latinoamérica, como por ejemplo en el caso de Argentina que se están viendo este tipo de plagas y enfermedades, entonces son condiciones que se pueden generar (en el país) en un futuro”, señaló Moreira.

Asimismo, indicó que esta peste es muy peligrosa, “pero por el momento mantenemos un comportamiento normal y no tenemos alerta en este momento. Sí existe una de prevención, de estar monitoreando si encontramos algunos eventos, pero no propiamente para poder determinar que sí estamos en una zona de alto peligro”, expresó.

Además, indicó que los países que integran el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) deberían estar preparados para este tipo de casos y poner en marcha medidas para contrarrestar los efectos de estas amenazas.

“Normalmente se toman las medidas por parte de Oirsa y el IPSA, que son los que pueden tener las condiciones adecuadas para poder determinar cuándo crear una cuarentena, pero por el momento no la hay; solamente tenemos su comportamiento, posibilidades de efectos y medidas de prevención para evitar que se proliferen en el caso de que se presenten este tipo de crisis”, aseveró.

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Moreira también plantea que si la peste porcina africana se establece en Nicaragua ocasionaría “graves riesgos” en la productividad y economía del país, puesto que actualmente se cuenta con distintas granjas porcinas en territorio nacional.

Nicaragua y las plagas

¿Nicaragua podría estar preparada para esta crisis de peste porcina? ¿Cuánto gasta el Gobierno en asuntos de cambio climático? El presupuesto 2021 —público en el sitio web del Ministerio de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua— revela que  este año se programó una inversión de 31 millones de córdobas para estudiar y contrarrestar este fenómeno.

De manera segregada, para el Ministerio de Ambiente y de los Recursos Naturales se desembolsaron 2.3 millones de córdobas en concepto de “servicios de adaptación y mitigación al cambio climático”.

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Asimismo, para el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) se destinaron 28.6 millones de córdobas, los cuales corresponden al programa “estudios para la adaptación al cambio climático”, señaló la entidad.

Históricamente, Nicaragua ha sufrido la plaga de la roya, que afectó principalmente los cafetales. La enfermedad Sigatoka Negra, que provocó serios daños en las plantaciones de plátanos y bananos. La moniliasis, un hongo que destruyó cientos de cultivos de cacao, así como el picudo negro, que provocó afectaciones y pérdidas económicas a los productores de pitahayas.

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