Como Javier Alexander Rodríguez Silva, de 39 años, fue identificado el nicaragüense que murió asfixiado en un tráiler, cuando buscaba el ansiado sueño norteamericano.
El hecho ocurrió el pasado lunes 28 de junio cuando la víctima viajaba junto con más de 100 migrantes ilegales en la parte trasera del pesado vehículo, en la carretera Choapas-Ocozocoautla, en el sur de la ciudad de Veracruz, en México.
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Distintos medios mexicanos han publicado que los migrantes iban desvaneciéndose por la falta de aire y el calor.
Algunos testigos expresaron que comenzó a faltarles el aire y que uno de los coyotes a través de un radio comunicador habló a la cabina diciendo el problema, por lo que de inmediato abrieron las puertas. Todas las personas que viajaban en la rastra salieron despavoridas en busca de arbustos para refugiarse.
Se desvaneció
El nicaragüense fue uno de los últimos en salir y se desvaneció. Al lugar llegaron miembros de la Guardia Nacional división carreteras y hallaron el cadáver del nica. Otras ocho personas fueron atendidas sobre la carretera, recuperándose de la falta de aire. Entre los rescatados había cuatro menores de edad, informó el medio Quadratin.
Los demás migrantes huyeron por el monte, para evitar ser detenidos y deportados a sus países de origen.
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La víctima era originaria del municipio de La Paz Centro, en León, de donde salió el jueves pasado en horas de la madrugada en un bus hacia Honduras.
Trabajaba supervisando obras
Una fuente allegada a la familia de Javier Rodríguez aseguró que están realizando los trámites para su repatriación y poder darle cristiana sepultura en la tierra que lo vio nacer.
El automotor en el que viajaban los migrantes quedó ocupado por las autoridades policiales de esa localidad.
Extraoficialmente se supo que la víctima había estudiado Arquitectura y que no pudo culminar sus estudios, sin embargo, realizaba supervisiones en trabajos de construcción.
La familia doliente evitó hablar con los medios de comunicación.