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Marcos Fletes (izquierda), excontador de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), Walter Gómez (derecha), exadministrador de la fundación/LA PRENSA

Extrabajadores de la FVBCH cumplen un mes detenidos; sus familias no los han logrado ver

Marcos Fletes y Walter Gómez fueron detenidos por el régimen el 28 de mayo, les impuso detención de 90 días y hasta la fecha no les ha permitido ver a sus familiares

Ya ha transcurrido un mes desde la detención de Walter Gómez Silva y Marcos Fletes Casco, extrabajadores de la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH). Ambos están tras las rejas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocidas como el nuevo Chipote, y no han podido ver a sus familiares. El segundo ni siquiera ha podido entrevistarse con su abogada.

Gómez, excontador de la extinta FVBCH, fue detenido mediante un operativo policial el pasado 28 de mayo por la noche en su vivienda, mientras que Fletes había sido capturado por  oficiales vestidos de civil horas antes en la vía pública y fue hasta el día siguiente que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) confirmó su paradero. La jueza Gloria Saavedra, del Juzgado Décimo Distrito Penal de Audiencia, les dictó prisión preventiva de 90 días.

María Consuelo Céspedes, esposa de Gómez, a diario lleva alimentos a las celdas del Chipote para su esposo, pero en el lugar los oficiales no se los reciben, solamente le han permitido ingresar agua, frutas y galletas, aduciendo que en el lugar tienen comida. Su esposo ha logrado conversar con su abogada Eilyn Cruz, pero no con sus parientes.

“A pesar del escrito de la jueza que decía que yo ya podía verlo conforme al horario que tienen puesto ellos en el Chipote, a raíz de que empezaron a llegar presos los precandidatos presidenciales, quitaron ese horario y ya no me dejaron verlo. Ya llevamos dos semanas que solo permiten ingresar agua para ellos. Mis hijos siempre preguntan por él, la niña siempre me acompaña al Chipote y el niño siempre pregunta por él, estamos preocupados porque es cierto que él no padece de nada, pero no sabemos si él come la comida que le dan allí. No sé si esto vaya a terminar bien o si vayan a salir de allí, pero hago un llamado para que me dejen verlo, para ver si está golpeado o está siendo torturado”, instó Céspedes.

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Ambos se convirtieron en los primeros detenidos en recibir el periodo máximo de detención de 90 días por la investigación de supuestos delitos, tras una reforma al Código Procesal Penal en febrero de este año, que contemplaba antes un lapso máximo de 48 horas.

Derechos de Fletes violados

Fletes y Gómez fueron entrevistados por la Fiscalía del régimen, luego que el Ministerio de Gobernación (Migob) señalara que en la FVBCH supuestamente existen irregularidades en los estados financieros del 2015 al 2019. Posteriormente fueron arrestados y están siendo investigados por el delito de lavado de dinero, al igual que la precandidata presidencial y exdirectora de la organización, Cristiana Chamorro, quien está bajo arresto domiciliar e incomunicada.

Fletes Casco es el menor de cuatro hermanos. Se graduó de la carrera de Contaduría Pública en la Universidad de  Ciencias Comerciales (UCC) y casi toda su vida ha trabajado en este campo. Sus padres ya fallecieron y tiene dos hijos menores de edad. Según su hermano Pablo Fletes, nunca ha tenido problemas con la ley y su récord policial es intachable.

El régimen ha sido más duro con Fletes, ya que no le ha permitido ver a su familia y ni siquiera entrevistarse con su abogado. Sus familiares están preocupados porque los oficiales del Chipote solo permiten que reciba agua y no alimentos.

“Todavía no nos han permitido verlo, nos siguen diciendo que solo le podemos llevar agua y que allí adentro tienen comida para ellos, no sabemos qué tipo de comida les dan, no se sabe nada. ¿Qué podemos hacer? Si te ponés a pelear allí, entonces te echan preso. Hay una orden judicial para que la abogada pudiera ver a mi hermano, pero no la dejaron verlo, además la orden decía que si las autoridades (policiales) lo estimaban a bien podían permitirnos verlo, pero ellos no lo consideran. Los hijos preguntan por él, pero no se puede hacer nada, ellos están allí solo esperando a que les llevemos noticias”, dijo Pablo Fletes, hermano de Marcos.

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El pasado 23 de junio, en el Día del Padre, Fletes solicitó a la Policía del régimen que permitieran ingresar una postal que enviaban sus sobrinos a Marcos, pero los oficiales le negaron ese derecho. “Fijate que no aceptan ni rosarios a la gente que lleva rosarios a sus parientes para que recen o algo, ahora menos postales, papeles o cartas. La familia estamos apoyando a los parientes de mi hermano, ya que él es el sustento del hogar”, aseveró.

Separados por el régimen

Gómez, de 54 años de edad, tiene dos carreras profesionales: Economía y Contaduría Pública. Es el menor de siete hijos y ya perdió a su mamá, mientras su padre vive en Estados Unidos. Nunca ha cometido un delito y su récord policial está limpio, asegura su esposa, incluso tenía cinco años sin ser multado, hasta hace tres meses que un policía de la Dirección de Tránsito lo multó por supuestamente haber invadido un carril, comenta.

Es padre de una joven y de un niño, de 26 y 12 años, respectivamente. De sus 54 años, siete invirtió en enamorar y robarse el corazón de su esposa y 28 en su matrimonio con ella. Según Céspedes, él nunca pensó en salir del país por la persecución política que está ejecutando el régimen, y que «el que no la debe, no la teme».

«Él ha sido un hombre y un padre maravilloso, estos han sido los momentos más duros que hemos vivido de los 35 años que tenemos de conocernos. He tenido que andar de un lado hacia otro y mis hijos nunca han sabido de conflictos, mi hija ha estado afectada en su trabajo por esta situación y yo en mi trabajo, no he podido trabajar (realizando decoraciones con globos para eventos), no agarré trabajos para no quedar mal con mis clientes; y mi hijo me dice que quiere ver a su papá, pero yo le digo que ahí no dejan entrar a los niños, entonces me dice: ‘dígale que le mando un abrazo’. Se le pusieron brillantes los ojos, porque le dije que las visitas son martes y jueves y esos días él tiene clases», relató Céspedes la tragedia familiar que enfrenta a diario.

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