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Laura Chinchilla: “Daniel Ortega se está quedando cada vez más solo”

La expresidenta de Costa Rica considera que Ortega es capaz de llevar al país a un nivel de violencia extremo

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A Laura Chinchilla le parece tenebroso imaginarse a Daniel Ortega en el poder por cinco años más después de las elecciones del siete de noviembre en Nicaragua, donde se prevé que el caudillo sandinista busque su cuarto periodo presidencial consecutivo. Sería catastrófico para la región, valora.

También considera que la comunidad internacional pudo reaccionar desde mucho antes en contra de Ortega, pero ahora que lo ha hecho no cree que se quede solo en la condena. Al hablar con la revista DOMINGO, la expresidenta de Costa Rica confiesa que lo hace con “temor por ustedes. No creo que al régimen le haga gracia, por decir lo menos, que me entrevisten”.

Chinchilla se refiere a Ortega como una persona irresponsable capaz de llevar al país a un nivel de violencia extremo, habla sobre las medidas que puede adoptar la comunidad internacional para presionar a la dictadura, además de la xenofobia contra exiliados nicaragüenses.

¿Cómo valora la resolución del Consejo Permanente de la OEA respecto a la crisis de Nicaragua aprobada el pasado martes?

Vamos a ser claros. Aquí lo que se está buscando es una cosa muy simple, y es que el pueblo nicaragüense vuelva a tener el derecho a elegir de manera libre en elecciones limpias a su presidente o presidenta. Eso es lo único que hoy la comunidad internacional está solicitando. Y esa resolución que se aprueba en la OEA básicamente lo que hace es recordarle a Daniel Ortega que tiene que avanzar en esa dirección. Por supuesto, como se ha agravado la situación también se le está demandando liberar a los presos políticos y eliminar muchas de las leyes que ha pasado últimamente que atentan contra la libertad de los ciudadanos. Que avance en los compromisos que ha adquirido de preparar elecciones limpias, con garantías de competitividad y con observación internacional. Eso es lo que está en juego.

¿Cuál es la diferencia de esta resolución con otras que ya han sido aprobadas y que Daniel Ortega continúa ignorando hasta la fecha?

Desde el punto de vista de la desesperación que alcanza a muchos nicaragüenses, uno entiende que la votación de la OEA no les resulte a la altura de las urgencias y las circunstancias que están viviendo. Sin embargo, estas cosas hay que ponerlas en contexto y el contexto lo que nos dice es que el régimen de Daniel Ortega se está quedando cada vez más solo. No se recuerda una votación como esta. Nunca ha tenido lugar una votación así para el caso de Venezuela. Es una votación muy contundente en donde solo dos países se quedaron con Nicaragua, Bolivia y San Vicente y las Granadinas.

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Y en los casos de países que se abstuvieron, los de mayor peso relativo en la región como Argentina y México es importante destacar que es un voto que también tendrá un mensaje preocupante para el régimen (Ortega Murillo), porque si bien dicen que no acogen la resolución, si expresan abiertamente su preocupación por la situación que está teniendo lugar en Nicaragua.

¿Cómo deberían tomarse las posturas de México y Argentina?

El no estar de un lado, pero tampoco del otro es malo para el régimen (Ortega Murillo), porque supuestamente el régimen contaba con ellos. Ortega y Murillo deberían estar preocupados por ese mensaje, ambiguo si se quiere desde el punto de vista estrictamente formal, pero políticamente en el marco de la debilidad en que estaba Nicaragua no es un voto amigo. Es un voto que más bien subraya la soledad en la que se encuentra el régimen Ortega Murillo.

Pero también pareciera que lo que hacen es poner pautas, esperar un tiempo a ver si el régimen va a tener un cambio en la actitud. También hay un mensaje de “estamos observando y podríamos finalmente inclinarnos en la dirección opuesta al apoyo eventual a Ortega”.

¿Cómo ve la posibilidad de que alguno de estos países sirva de mediador en una eventual negociación para buscar una salida a la crisis nicaragüense?

Es que lo único que cabe es una negociación. Cuando hablamos de la participación de la comunidad internacional no es como la quieren hacer ver de manera demagógica el pequeño grupo de apoyo que le queda a Nicaragua, de que estamos llamando a una invasión. Eso no se produjo con Venezuela ni se va a producir con Nicaragua. En estos tiempos esas cosas no ocurren.

En las últimas semanas han sido detenidos cuatro precandidatos presidenciales, líderes opositores y empresariales, y hemos visto que la comunidad internacional ha reaccionado de manera fuerte contra esta embestida, pero antes de ellos habían más de 100 presos políticos. ¿Por qué reaccionan hasta ahora?

Yo quiero decir que hay algunos que hemos reaccionado en muchos momentos en estos años. Sabemos que la situación de Nicaragua viene de mucho tiempo atrás. Sí es cierto que la comunidad internacional pudo haber sido más clara y más contundente desde mucho antes. A la larga se habría evitado el sufrimiento que hoy siguen padeciendo los nicaragüenses, pero no se hizo, efectivamente, hubo muchos gobiernos que guardaron silencio, o bien algunos lo hicieron, pero de manera aislada con medidas que de alguna manera no obedecieron a estrategias diplomáticas consistentes. Ya no podemos desandar el camino andado, desgraciadamente. Yo creo, en lo personal, que se pudo haber evitado llegar a este desastre.

Ahora lo que cuenta es que sumemos cada vez más indignación internacional, y en ese sentido, en buena hora que en el marco de estas detenciones que tuvieron lugar se haya producido esta reacción. Yo no quiero sugerir que el régimen siga por esa vía para ver si seguimos sumando indignación, pero también tenemos que reconocer que fueron arrestos que se dieron prácticamente en un lapso de una semana y aplicando la nueva legislación que permite muchos más abusos. Yo no sé si a Daniel y Rosario les falló el cálculo, pero hicieron todo lo que tenían a su alcance para que la comunidad internacional volviera a ver a Nicaragua otra vez.

¿Qué pasaría si Daniel Ortega continúa con la arremetida contra opositores?

Me parece que esto no se detiene aquí y si él provoca más, vendrán más respuestas. Uno no quisiera que se tomen medidas que ahoguen la ya de por sí debilitada y desastrosa situación económica de Nicaragua. Daniel es capaz de conducir a su pueblo a los mayores escenarios de violencia. Es absolutamente irresponsable. Yo esperaría que la comunidad internacional se siga concentrando en las sanciones individuales, y ahí hay espacio para que las naciones actúen, pero tendrán que sostener esa presión para conseguir algo que definitivamente les duela (a Ortega y Murillo). Que les duela mucho más que el terror que tienen de perder el poder. Daniel y Rosario están atrincherados en el poder porque le tienen pavor a la democracia, a competir.

¿Qué medidas puede adoptar la comunidad internacional, además de las sanciones individuales?

Me parece que las que ha venido apuntando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que apuntan básicamente a las operaciones financieras y a sus intereses. Mientras los nicaragüenses tienen que luchar por ganarse los pocos pesos que puedan ganarse en estos días, esta gente tiene capitales colocados en todo el mundo y se quiere actuar sobre eso. También sobre las relaciones de negocios que enfrentan con agentes de otros países y por supuesto también con el otorgamiento de visas, libertad para viajar a otros países y finalmente podría terminar presentándose una denuncia por delitos de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional. Aún queda un abanico de sanciones. El tiempo corre y es muy corto, tan solo quedan cinco meses para las elecciones en Nicaragua. Por eso yo no creo que la comunidad internacional simplemente esté en estos días expresándose y ahí se vaya a quedar si es que Daniel no muestra ningún cambio.

¿Qué piensa de la posible suspensión de Nicaragua del tratado de libre comercio DR-CAFTA, o del ADA con la Unión Europea?

Habrá que echar mano de todo el arsenal que permite el ordenamiento jurídico internacional, en este caso de abierta violación a los derechos humanos por parte de un Estado. Habrá que echar mano de todo lo que sea necesario porque el pueblo de Nicaragua no puede seguir estando sometido a tanto sufrimiento. Es así de claro. Yo considero que esas son medidas o sanciones a las que se echa mano en última instancia y que además una vez que se adopta es porque hay una estrategia diplomática clara que se pueda desplegar para poder conseguir que el régimen se mueva hacia la dirección que se quiere. Si eso hay que hacerlo, tengo la menor duda en que se va a hacer.

¿Y si Ortega consigue atornillarse en el poder otros cinco años más?

Yo prefiero no imaginar ese escenario tan tenebroso. Toda la inestabilidad política va a repercutir en la recuperación económica que tanto nos urge para Nicaragua y para la región porque esta es una región que está comercialmente y económicamente muy integrada, entonces en la medida en que se arrastre el problema de Nicaragua, toda la región va a padecer. A mí no me gusta mucho que se utilice la posibilidad del acuerdo comercial (DR-CAFTA) porque puede tener implicaciones complicadas. Si eso se llega a dar (reelección de Ortega) las consecuencias serán nefastas para toda la región.

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¿Cómo está siendo afectada Costa Rica con la crisis nicaragüense?

Aquí nos la venimos jugando y más bien quisiéramos estar en mejores condiciones económicas para que muchos de esos nicaragüenses que no les ha quedado más que huir hacia acá pudieran encontrar rápidamente actividades con las que ganarse el sustento. En este momento yo creo que Costa Rica tiene colchón suficiente para hacer lo que le corresponde, para recibir con una actitud de acogida a los que vienen acá y seguir con una agenda diplomática apegada a los principios que siempre hemos defendido en materia de derechos humanos y democracia.

Ha habido testimonios de nicaragüenses víctimas de xenofobia por parte de ciudadanos costarricenses

Ningún país está libre de ese tipo de escenarios lamentablemente. Lo que yo sí puedo garantizar es que no es lo que predomina porque aquí estamos todos en contacto. Efectivamente, uno escucha de abusos que lamentablemente ocurren frente a los cuales uno generalmente aconseja la denuncia y que se investiguen esas denuncias, pero al mismo tiempo se escuchan otras historias de familias que han sido acogidas, que han sido ubicados, a quienes no se les ha negado atención por la pandemia, que están recibiendo vacunas, entonces yo te puedo garantizar que eso es lo que predomina más que lo otro.

El régimen de Daniel Ortega denuncia como injerencia las sanciones y críticas que desde otros países se le hacen a su gestión.

Ortega es tan dictador que no sabe establecer la diferencia entre los crímenes que él, su familia y sus amigos cometen y lo que es propiamente el Estado de un país y las instituciones. Él cree que es lo mismo, que le pertenecen y que tocar a Daniel y Rosario o increparlos por algún delito que han cometido es acusar a todo el país. Eso no es así, y nadie está pretendiendo acusar a Nicaragua de nada. Son ellos, y todas las sanciones que hasta ahora se han impuesto es contra ellos. No se está violentando ninguna soberanía nacional. Se están sancionando a ellos, de manera personal. Y si llegan a haber complicaciones para la economía del país es porque Daniel y Rosario lo están arrastrando hacia ahí. Es una falacia, muy propia de los dictadores.

¿Se puede comparar la dictadura de Daniel Ortega con las que ha habido en otros países de Latinoamérica?

No recuerdo ninguna. Maduro palidece. Estoy convencida de que Daniel compite y cuidado le ha ganado a Somoza a estas alturas.

¿Ortega es peor que Nicolás Maduro?

Sin duda.

 Plano personal

Laura Chinchilla Miranda tiene 62 años, fue presidenta de Costa Rica (2010-2014) y ahora se dedica a ser consultora para organismos internacionales y catedrática en universidades de Brasil, Estados Unidos y México.

Antes de ser presidenta de su país, fue ministra de seguridad, congresista, vicepresidenta y ministra de justicia.

Asegura ser adicta al trabajo, pero sus tiempos libres los dedica a leer o salir a caminar para despejar su mente del ajetreo diario.

La revista Forbes la ha mencionado como una de las 50 mujeres más influyentes de Centroamérica, y dentro de las 100 mujeres “más poderosas” a nivel mundial.

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