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La magistrada electoral Brenda Rocha fue nombrada en un año clave de la crisis sociopolítica en Nicaragua. LA PRENSA/ ARCHIVO/ JADER FLORES

Cómo Brenda Rocha pasó de ser “la sonrisa de la revolución” a ficha electoral de Ortega

En la Revolución sandinista, Brenda Rocha fue una joven símbolo después de que perdió un brazo tras un ataque de la Contra. Hoy es presidenta del poder electoral en un año crucial para Nicaragua. Esta es su historia

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Cuando el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, juramentó el pasado 6 de mayo a los nuevos magistrados electorales, destacaba en el hemiciclo una mujer de traje crema, que alzó su mano izquierda para jurar ante la falta de su brazo derecho. Más que por la manga vacía de su traje, llamaba la atención por el vertiginoso salto que la hizo estar ahí. Brenda Isabel Rocha Chacón pasó del discreto cargo de concejal de Managua a magistrada del Consejo Supremo Electoral.

No solo eso: pocos minutos después estaba siendo nombrada presidenta de ese poder del Estado.

El nombramiento de Brenda Rocha se da en medio de un intenso movimiento de fichas que realiza el régimen de Daniel Ortega para evitar que el actual proceso electoral que vive Nicaragua ponga en juego su permanencia en el poder.

Rocha ha sido una ficha del sandinismo desde que Daniel Ortega retomó el poder en 2007. Fue procuradora auxiliar en el Caribe Norte, concejal en Managua y en la estructura del FSLN ha sido secretaria política del partido y coordinadora de los Gabinetes de la Familia en la colonia Centroamérica, donde ella reside desde 1982.

Una joven Brenda Rocha dos días después de que le cortaron el brazo derecho recibe la visita de Daniel Ortega. Les acompaña la mamá. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

A ella se le ha visto repartiendo Plan Techo, en jornadas de vacunación, pagándole a los rezadores que el orteguismo colocó en varias rotondas de Managua en 2008 y 2009, así como participando en algunas acciones después de las protestas de abril de 2018.

Rocha no es una desconocida dentro del sandinismo. En los años ochenta se hizo famosa como “La sonrisa de la revolución”. Originaria de Bonanza, en 1982 estaba resguardando con otros siete milicianos una planta hidroeléctrica cuando fueron atacados por la Contra. Solo ella sobrevivió, pero perdió el brazo derecho, tras lo cual no perdió la sonrisa y Tomás Borge la utilizó como propaganda.

Otra oportunidad para ser valiente

El caso de Brenda Rocha sonó fuerte a nivel nacional e internacional y la poetisa Gioconda Belli le dedicó un poema: “Seguiremos naciendo”.

Belli recuerda que el caso de Rocha fue muy sonado porque se trataba de una jovencita muy valiente, con una cara muy dulce. La poetisa dice que no espera, con los nuevos magistrados, una independencia del poder electoral pero en el caso de Rocha tiene la oportunidad de volver a ser valiente como en 1982.

“Pienso que ella es una buena persona y si como niña estuvo dispuesta a dar su vida y dio su brazo por la patria, yo espero que ella ahora como adulta esté dispuesta a defender la voluntad del pueblo nicaragüense en las urnas”, expresa Belli.

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La trayectoria de Brenda Rocha hace impensable los deseos de Belli.

En la colonia Centroamérica, donde ella vive desde mediados de los años ochenta del siglo pasado, ha servido como coordinadora de los Gabinetes de la Familia y, principalmente, como secretaria política del FSLN en esa zona. Esos cargos partidarios le permiten manejar recursos del partido gobernante.

En el año 2008, tras el fraude electoral municipal del FSLN en Managua, el gobierno puso en las rotondas a personas afectadas por el nemagón a “rezar contra el odio”. Todos los días buses de la Cooperativa Parrales Vallejos trasladaban a los rezadores de Plaza Inter hacia ocho rotondas diferentes. Y también hacía el recorrido a la inversa porque había turnos.

Con Tomás Borge. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

Uno de los conductores de esos buses dijo a LA PRENSA que quien les pagaba los viajes era Brenda Rocha. Ella también se encargaba de que los “rezadores” tuvieran alimentos, a pesar de que se insistía en que los mismos lo hacían de manera voluntaria y no pagados por el gobierno.

Recientemente, en octubre del pasado año, Brenda Rocha llegó a la Asamblea Nacional con “tres millones de firmas del pueblo nicaragüense que respaldan una iniciativa que sancione con prisión perpetua a los culpables de crímenes crueles, atroces, de odio, inhumanos, humillantes y denigrantes”. Así lo informó el sistema de comunicación del poder legislativo. Y luego se hicieron los cambios constitucionales para que en Nicaragua hoy en día exista la cadena perpetua.

La parte que sus amistades exsandinistas no quieren creer es que Rocha habría tenido participación activa en la represión mortal que Daniel Ortega y Rosario Murillo realizaron a partir de abril de 2018, cuando iniciaron protestas cívicas en contra de la dictadura porque realizó unas lesivas reformas al Seguro Social de Nicaragua.

En julio de 2018, el portal El 19 Digital afirmó que “durante las recientes acciones golpistas (a Rocha) le amenazaron con quemarle la casa y su respuesta fue que ahí estaba su otro brazo para defender al FSLN y al comandante Daniel”.

En octubre de 2019, la página web Visión Sandinista publicó en octubre de 2019 que Rocha dijo “admirar la capacidad de conducción del comandante presidente Daniel Ortega, quien puso a prueba su capacidad estratégica para derrotar el fallido intento de golpe de Estado”. Rocha también reconoció “la capacidad de dirección de la compañera vicepresidenta de la República Rosario Murillo, orientando y guiando al pueblo con sabiduría por el rumbo de la reconciliación y la paz”.

En la colonia Centroamérica, la familia del mártir sandinista Danilo Aguirre Aragón todos los años pinta un monumento a él en blanco, pero en 2018 Brenda Rocha dirigió una actividad en la que el monumento fue pintado de rojo y negro.

En 1990, Daniel Ortega la condecoró y le dio una beca para que estudiara derecho en la UCA. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

La madre del mártir, Alba Luz Aragón, le fue a reclamar a Rocha. La recibió amable. Rocha explicó que es una actividad que el FSLN hace todos los años, pero Aragón dice que eso es falso.

El origen de Brenda Rocha

Rocha es una mujer cuya adolescencia coincidió con la llegada al poder de los sandinistas en 1979.

Como a la mayoría de los jóvenes de esa época, a ella la encandiló la euforia del momento, de esperanza, de felicidad de haber salido de un gobierno represivo como era el de los Somoza.

Eran tiempos en que muchos jóvenes, “atrapados” por la propaganda revolucionaria, aderezada con la música testimonial de los Mejía Godoy y el grupo Pancasán, querían “sacrificarse” por esa revolución sandinista. Y Rocha comenzó a hacerlo participando en la Campaña Nacional de Alfabetización (CNA).

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En 1982, cuando estaba a punto de ir a Cuba a terminar los estudios secundarios y después iniciar los de medicina, becada por los sandinistas, Rocha fue sorprendida en una planta eléctrica de Bonanza junto a otras siete personas por un ataque de los contras. Fue la única que sobrevivió tras recibir 14 impactos de bala en el brazo derecho y en una pierna. La trasladaron al Hospital Militar, donde le tuvieron que cortar el brazo para salvarle la vida.

En Bonanza, los vecinos cuentan que la familia de Rocha es de orígenes humildes. El papá, Armando Rocha, siempre fue trabajador de la mina del pueblo. En los últimos años trabajó en Hemco, pero ya está jubilado. Oralia Chacón, la madre, a quien Rocha se trajo a vivir a Managua, también trabajó en las minas de Bonanza.

En la actualidad, Rocha sufre con su salud. Los vecinos de la colonia Centroamérica explican que el sobrepeso le está afectando mucho. Padece de flebitis, una enfermedad que hace que se le inflamen las venas. “Por las secuelas del ataque en que perdió el brazo, Brenda la pasa muy mal. También le afecta la gordura y que ahora tiene problemas de circulación (sanguínea). Se le inflaman las piernas bien feo”, dice uno de sus vecinos bajo el anonimato.

Brenda Rocha, Borge y Ortega

Los comandantes Daniel Ortega y Tomás Borge fueron a visitar a Rocha en la sala de recuperación del Hospital Militar inmediatamente después que ella perdió el brazo.

Borge prácticamente la adoptó como hija. Se la llevó a vivir a Bello Horizonte, a una casa cercana a la que él vivía. Poco después, en ese mismo año 1982, Borge y ella viajaron a Moscú, donde el embajador nicaragüense en ese país, Jacinto Suárez, la anduvo por varios colegios para que relatara a los niños rusos la historia de cómo perdió el brazo defendiendo a la Revolución sandinista.

De regreso a Nicaragua, Rocha estudió en los institutos Elvis Díaz, primero, y luego en el Maestro Gabriel. En ellos, Rocha se convirtió en dirigente de la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES) y también de la Juventud Sandinista (JS).

En los años ochenta fue dirigente de la Federación de Estudiantes de Secundaria y de la Juventud Sandinista. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

Sus excompañeros de la JS la recuerdan como una joven “muy noble, muy dulce”. “Yo prefiero recordarla así y no verla ahora”, expresa un exmiembro de la JS que pide el anonimato.

En esas labores Rocha se convirtió en una especialista en organizar gente a favor del FSLN. “Ella tiene capacidad de organizar a la gente. Vos le entregabas un grupo de dos personas y te lo entregaba con 100”, dice Rolando Cruz, un militante sandinista que vive en la colonia Centroamérica. “Es una militante abnegada, entregada al trabajo territorial”, agrega Cruz, para quien Rocha es una gran mujer.

Borge fue el gran protector de Rocha. Ella cuenta que incluso Borge en una ocasión le mostró al que fue jefe del grupo contra que la atacó en la planta eléctrica y le enseñó a que lo perdonara.

El afiche que Borge mandó a hacer de ella “es una fotografía a plano medio corto”, explica Rigoberto Ramos, un estudiante colombiano que se graduó como publicista. En la parte superior izquierda hay un texto que dice “La sonrisa de Nicaragua”. En el centro, Rocha sonriendo. En la parte inferior izquierda se especifica que el cartel es del Ministerio del Interior que dirigía Borge, del cual se dice que es “Centinela de la alegría del pueblo”. El afiche también dice: “Brenda Rocha. De 15 años. Perdió uno de sus brazos defendiendo la soberanía de su patria”.

Rocha ya no pudo estudiar Medicina en Cuba. Se quedó en Managua, donde se bachilleró.

En 1990, después de que el FSLN la puso en la boleta electoral como candidata a diputada suplente, Daniel Ortega le regaló una beca para que estudiara Derecho en la Universidad Centroamericana (UCA), así ha sido publicado por diversos medios orteguistas.

Después de la derrota electoral muchos exmilitares sandinistas fueron orientados por el partido para que estudiaran Derecho. De ahí han salido jueces, magistrados y otros funcionarios abogados con los que el orteguismo tiene controlados los poderes del Estado, especialmente el judicial, la Fiscalía, la Procuraduría General de la República (PGR), entre muchas otras instituciones del Estado.

De Rocha se ha dicho que perteneció a la Seguridad del Estado (DGSE), pero sus amigos de los años ochenta consideran que esa aseveración puede ser causada por la cercanía de ella con Tomás Borge. Ella reveló en entrevistas que un tío de ella, al que llama Chilo, era miembro de la Seguridad del Estado cuando a ella le amputaron el brazo.

Gracias a la beca que le dio Ortega, Rocha se graduó en 1995 como licenciada en Derecho en la UCA. En ese mismo año se graduaron la especialista en derecho constitucional María Asunción Moreno y el abogado Bonifacio Miranda.

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Moreno tiene vagos recuerdos de Rocha porque Moreno estudiaba en el día y cree recordar que Rocha lo hacía por las noches. No estudiaron juntas. “Yo la veía cuando salía de clases y creo que ella entraba”, dice Moreno, quien logra visualizar porque Rocha no pasaba desapercibida por la historia de la pérdida del brazo. En iguales términos se expresa Miranda, quien tampoco tuvo mucho contacto con ella, pero sí la vio en la UCA en su época de estudiantes.

Fue en ese mismo año, 1995, que a Rocha le nació el único hijo que tiene y que se ha convertido en la razón de su existencia: Jefrey, a quien Rocha le ha inculcado el sandinismo y ahora el joven también participa en la Juventud Sandinista.

En su época de estudiante en la UCA. LA PRENSA/ CORTESÍA/ IHNCA

Reclutada otra vez

Uno de los primeros trabajos de Rocha como abogada fue en el Centro Humboldt. Uno de los directivos de ese organismo, Víctor Campos, la recuerda como “una abogada promedio” y le destaca una personalidad muy jovial, agradable. “Era una mujer muy tranquila, de muy buen carácter”, la describe.

Campos también destaca que, aunque él sabía que Rocha era una mujer muy ligada al sandinismo por su conocida historia, no recuerda haberle conocido participación política en esos años, a finales de los noventa.

Esos deben haber sido los años en que un exmilitante sandinista, ahora opositor a Ortega y quien pide el anonimato, asegura que estuvo convenciendo a Rocha para que fuera crítica al FSLN.

En una entrevista con el periodista Vladimir López, del desaparecido El Nuevo Diario, en 2002, Rocha declaró: “Yo nací y me crié dentro de la Revolución. Eso es algo que lo llevo en la sangre. El hecho de que existan personas que hayan tenido una actitud o una visión diferente a la que nosotros, los revolucionarios, queríamos, es diferente a decir que la Revolución no sirvió”.

Sus amigos consideran que el FSLN “la volvió a reclutar”, porque con el regreso al poder de Daniel Ortega, en 2007, Rocha fue nombrada procuradora auxiliar en el Caribe Norte, teniendo como jefe al procurador Hernán Estrada.

Quienes conocen a Rocha dicen que ese nombramiento fue estratégico. Ella es de Bonanza y un hermano de ella, de nombre Leslie, era en ese entonces parte del gobierno regional del Caribe Norte. “Los Rocha tienen poder en Puerto Cabezas”, dice una fuente cercana a la familia.

En la actualidad, Leslie Armando Rocha es presidente del Consejo Electoral Regional del Caribe Norte, lo cual también coincide con que ahora Brenda Rocha sea la presidenta del poder electoral a nivel nacional. “Todo encaja”, dice la fuente anónima.

Rocha dejó el cargo de procuradora auxiliar cuando en las elecciones municipales del 2011 el orteguismo la incluyó como candidata a concejal en Managua. En 2012 asumió como tal y la convirtieron en secretaria suplente del Concejo Municipal de Managua y fue reelecta para un segundo periodo, el cual se ha visto interrumpido ahora que, el pasado 4 de mayo, la Asamblea Nacional la nombró magistrada electoral.

Se trata de un momento crucial para Nicaragua. Un nuevo fraude electoral podría traer más violencia al país o mayor condena al gobierno desde el extranjero, lo cual también se traduce en perjuicio en contra de la población nicaragüense.

Algunos exsandinistas opinan que lo que Ortega y Murillo se hayan propuesto con poner a Brenda Rocha al frente del poder electoral solo puede significar que el orteguismo es el único que puede manejar el sistema electoral en Nicaragua.

Brenda Rocha y Alma Nubia Baltodano, en medio, siendo juramentadas como magistradas electorales. LA PRENSA/ ARCHIVO/ JADER FLORES

Heridas de guerra

La juramentación de los nuevos magistrados electorales, el pasado 6 de mayo, dejó una imagen llamativa: dos mujeres que sufrieron la pérdida de los brazos, una durante la guerra contra los Somoza y la otra durante la guerra entre sandinistas y contras en los años ochenta. Dos mujeres totalmente fieles al sandinismo devenido en orteguismo.

La primera, Alma Nubia Baltodano, a quien de joven, poco antes de la caída de los Somoza en 1979, le explotó una bomba de contacto que le afectó ambos brazos.

La segunda, Brenda Isabel Rocha Chacón, “La sonrisa de la revolución”, quien perdió el brazo derecho tras un ataque de la Contra.

Fue el 24 de julio de 1982.

Rocha, de 15 años de edad, junto a un grupo de jóvenes voluntarios que, al igual que ella, se enlistaron en las milicias, se disponían a vigilar la presa hidroeléctrica El Salto en Bonanza, cuando fueron atacados sorpresivamente por una fuerza de tarea que contaba con 100 efectivos de la Contrarrevolución.

A ella le propinaron 14 balazos en el brazo derecho y en las piernas.

Tras el ataque, Rocha se hizo pasar por muerta entre los cadáveres de sus compañeros; cuando llegaron los contras a degollar los cuerpos para asegurarles la muerte.

Los contras huyeron con la llegada al lugar del ejército sandinista.

Rocha fue trasladada a Managua, donde finalmente le amputaron el brazo en el Hospital Militar.

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