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Después de extraer las almendras de cacao de la fruta, el grano se limpia y se le extraen costras u objetos extraños mediante la vibración. Esta se puede hacer con máquina o provocada por la constante mezcla manual sobre una mesa, como aquí. Después los granos se dejan fermentar y viene el tostado uniforme, usualmente en un horno giratorio.

Después de extraer las almendras de cacao de la fruta, el grano se limpia y se le extraen costras u objetos extraños mediante la vibración.

Cómo la Ley de Agentes Extranjeros de Ortega amenaza con socavar el futuro prometedor del cacao en Nicaragua

Antes del 2018 el cacao se perfilaba como el grano que podía destronar a varios productos de la cesta exportadora de Nicaragua, pero ahora la Ley de Agentes Extranjeros genera preocupación por la repercusión en el campo. Esta es la situación.

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El cacao es  un cultivo fácil de manejar  y es 50 por ciento menos costoso  que el  café. Pese a ello, el grano no ha podido entrar en la lista de los 10 productos estrellas de exportación de Nicaragua, lo que muestra el largo camino que  este producto debe recorrer para que el país aproveche el potencial de los mercados internacionales, especialmente el chocolatero. Según datos del Centro  de Trámite de las Exportaciones (Cetrex), en  2020 se posicionó en  el lugar número 38.

El proceso  para ingresar a esa codiciada lista apunta a ralentizarse, luego de la puesta en marcha de la Ley de Agentes Extranjeros en Nicaragua, que endurece la supervisión a los organismos no gubernamentales que reciben fondos desde el exterior y que son los que generalmente trabajan este producto en zonas empobrecidas de Nicaragua. La misma ha generado incertidumbre entre los productores, especialmente lo referido al acceso de capacitación y asistencia técnica para mejorar los rendimientos de este cultivo.

La situación empeora por las afectaciones del cambio climático en los sitios donde se puede cultivar cacao y las difíciles condiciones para acceder a un préstamo en Nicaragua durante los últimos tres años de recesión.

Pero los productores de cacao están luchando por crecer.  En  2020 el volumen  exportado de cacao  fue de seis millones de kilogramos,  mientras en  2019 se enviaron 4.6 millones de  kilogramos,  es decir, hubo un aumento de 29.5 por ciento en el periodo referido.  “La producción  va en aumento por las nuevas plantaciones que  se  tenían de al menos cuatro años atrás”,  explica el director ejecutivo de la Asociación Madre Cacao, Mario Nolasco.  Para este año  el  sector espera un  aumento del 12 por ciento en volumen, estima.

El envío de  seis millones de  kilogramos garantizó a Nicaragua  9.4 millones de dólares en  ingresos por exportaciones, superior a los 7.7 millones de dólares del año anterior. Es decir que el aumento en valor por envíos de cacao, equivalente a un 22.1 por ciento, fue impulsado principalmente por el volumen, debido a que el precio promedio ese año cayó 5.7 por ciento, explicó el  presidente de la Asociación de Productores  y  Exportadores de Nicaragua (APEN), Guillermo  Jacoby.

Las proyecciones de APEN  en 2017  eran  que  en  2026 se tuvieran 47,565 manzanas de cacao sembradas en Nicaragua  y tener  una cosecha de 25,474 toneladas métricas del grano. De ese volumen, esperaban que al menos el ochenta por ciento se vaya a los mercados internacionales, con ingresos que pueden llegar a alcanzar los 40 millones de dólares.

Según datos de este gremio, para el 2021 esperan tener ya sembradas 29,609 manzanas de cacao y para el 2022 alcanzar las 30,078 manzanas; no obstante, aclaran que las proyecciones son preliminares, porque aún se deben constatar los números con un censo. Es decir, para el 2020 APEN ya tenía sembradas 28,970 manzanas de la meta planteada en el 2017.

El presidente de APEN no está claro si ese objetivo, planteado antes del estallido social, se vaya a concretizar de aquí al 2026.  “No estoy seguro que se vaya a lograr, pero esos proyectos ya estaban encaminados. Pero la situación del 2018 pudo haberlas afectado (las metas)”, dijo al ser consultado por LA PRENSA.

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Papel de las ONG es clave

La producción de cacao en Nicaragua está en manos de pequeños productores indígenas y campesinos pobres, que viven en zonas remotas, con difícil acceso vial y de comunicación. Aun así, hasta el 2010 el país era el productor número 42 del grano en el mundo y participaba con un 0.03 por ciento en el comercio mundial del cacao.

El  gerente de la  Cooperativa de Servicios Múltiples  Ríos de Agua Viva, Alexander  González, detalló que su cooperativa,  donde  agremian a 590 productores  y  siembran  1,200 hectáreas,  ha  logrado rendimiento  de  6.25 quintales del  grano seco por manzana,  cuando  la media a nivel  nacional  es de seis quintales.

El  secreto  para  ganar mejores  rendimientos  ha sido la  tecnificación  para  ejecutar  mejores  prácticas, comentó. “Nosotros  hemos venido  trabajando  con  diferentes aliados estratégicos, como  onegés que nos  dan capacitaciones técnicas   en el  rubro  y eso nos ha permitido mejorar las  prácticas y  manejo  en  la  plantación”,  manifestó  González.

El  cacao  tiene una inversión  que da mejores márgenes de  ganancia y  además  genera ingresos constantemente,  observó el  productor. “El  cacao  se  cosecha todo  el  año,  pero  la producción  sube  de  marzo a junio; y el  segundo  pico de cosecha es de octubre a diciembre. Esas  1,200 hectáreas que  tenemos sembradas representan más de 3,000 familias  involucradas en  el proceso de manejo  y  mueven entre  18 y  20 millones de  córdobas en  promedio por año”, advierte González.

El gerente de la  cooperativa está consciente del  impacto que ha causado  el  retiro de las onegés, porque  también  eran beneficiados  con  fondos monetarios. “Nosotros   habíamos recibido ayuda de 40 mil  a 50 mil  dólares para el  desarrollo de la  parte productiva  y eso es importante, porque sirve para  que los  productores puedan invertir en  sus cultivos”,  precisó.

Este apoyo externo es fundamental porque estos 590 productores están  trabajando  actualmente en protocolos de fermentación  y  enviando  muestras a Europa y Estados Unidos, además  cuentan  con licencia de  exportación,  solo esperan  hacer contactos directos   para poder enviar ellos mismos sus 250 toneladas  anualmente, porque hasta el momento  ellos venden a  Ritter Sport, la famosa chocolatera alemana que acopia el grano en el país.

El apoyo de los organismos no gubernamentales generalmente se basa en la  capacitación sobre genética y forma de siembra de cacao para aumentar la productividad.

González dice que el financiamiento  para los productores  generalmente proviene de fondos propios y de ONG, porque los intereses de la banca son  muy  altos y  los requisitos de garantías son difíciles de cumplir para los campesinos.

La  tonelada de cacao  la comercializan a 3,000 dólares a Ritter Sport. Actualmente los costos de producción aproximadamente por manzana se ubican en 22 mil córdobas, según estima el representante del sector productivo.

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Las ONG conseguían compradores externos

Juan  Bautista Medina es el  representante de la Cooperativa de Servicios  Múltiples Nueva Esperanza, en San  José de Bocay,  Jinotega. El productor dice que  ellos han apostado  por el  cacao  fino,  esta es una planta que en producción  dará menos que el cacao normal, pero  después de poscosecha dará mejores  notas de aroma y sabor, y  por lo  tanto, se comercializará a mejor precio.

“Mientras el quintal del  cacao  fino se comercializa en 1,200 córdobas, en baba  el  cacao corriente se vende a  1,050”,  detalló.

El lento avance de este grano para alcanzar la cesta estrella exportadora de Nicaragua obedece a malas prácticas,  considera este productor. Asegura que antes de que las ONG los asistiera con capacitación, los productores habían adoptado prácticas de podas inadecuadas, pero tras recibir asesoría muchos de estos habían mejorado. Esto refleja el impacto de estas organizaciones en la meta de los productores de cacao de mejorar sus números de exportación.

Medina segura que de las zonas cacaoteras se han retirado algunas organizaciones no gubernamentales que apoyaban a los productores y esto les ha afectado porque estas apoyaban con financiamiento a los campesinos, pero además algunas hasta conseguían a los compradores de este  grano a  nivel internacional.

“Algunas organizaciones  venían a  apoyar el  acceso a tecnologías nuevas y  otras comercializaban  el  producto   y  nos daban   mejores precios que los actores locales, pero  de acuerdo con ciertas circunstancias políticas  del  país,  entonces  perdimos los contratos y  ellos salieron  de Nicaragua”, lamentó.

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Sobre la marca país

Pero ¿qué pasó con la marca país que se estaba desarrollando para el cacao?  María José Torres, directora de planificación  en  APEN,  detalló que el  sector cacao de Nicaragua ha promovido una marca colectiva  para crearle  identidad a  este rubro. Desde el  2019 se registró su propiedad  intelectual en  Costa Rica. El uso  de esta marca en los envíos aún  no  figura,  pero  a futuro  este sello colectivo   estará impregnado en los sacos y  les dará reconocimiento  a nivel  internacional.

Torres  detalló  que  en Nicaragua  se ha avanzado en la trazabilidad del  cacao,  porque ya existen  estudios  de huella genética,  el contenido de flavonoides en el  cacao, referido a sustancias  químicas presentes en  el  grano,  además se han  hecho  mapas de aromas y  sabores. “Eso ayuda mucho  porque en un  futuro no  muy lejano podemos decir  cuáles son  los mejores arreglos clonables en  las  plantaciones,  los que te pueden  dar una mayor  productividad y  conocer los cacaos con  mejores aromas y  sabores”,  puntualizó.

El  cacao es un  cultivo permanente  y  amigable con el medioambiente. Por lo tanto, su  desarrollo  estaría ayudando tanto a las  familias  que se dedican a esto como al entorno natural y la mitigación del cambio climático.

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