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Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, en su primera aparición del año frente al Teatro Rubén Darío, en Managua, el lunes 11 de enero, 2021. Foto tomada de los medios de comunicación oficialistas

Ortega manda un mensaje a los empresarios en su primer discurso del 2021, valoran analistas

"Las ciudadanas y ciudadanos nicaragüenses tenemos que estar atentos a que no pase de nuevo que el poder político pacte con el poder económico por encima de los derechos humanos y la justicia", manifiesta el politólogo Guillermo Incer Medina.

El discurso de Daniel Ortega de este lunes duró una hora y media, en su mayoría enfocado en atacar al sistema electoral de Estados Unidos, pero los críticos ven entre toda su verborrea la necesidad de enviar un mensaje a los empresarios, para volver al esquema de antes del 2018, cuando existía una alianza de consenso con el gran capital del país.

En los últimos minutos de su intervención, Ortega dijo que “ahora se trata de ir trabajando para que después de las elecciones de este año, las elecciones generales, se pueda instalar un gran diálogo nacional para que lo que quedó aprobado en la Constitución, pueda caminar tomando en cuenta las nuevas circunstancias”.

Mario Arana, presidente de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham), dijo sobre el mensaje de Ortega que “no es el momento de vender castillos en el aire”, aunque considera que en algún momento se requerirá de un gran diálogo nacional.

Para Arana, la primera necesidad del sector privado es que existan reglas claras del juego, respeto al estado de derecho, a las libertades, para reactivar la economía del país.

El presidente de Amcham destacó también la necesidad de unas “reformas electorales que le den legitimidad a cualquier resultado electoral”, lo que implica “elecciones transparentes con observación nacional e internacional”.

El politólogo Guillermo Incer Medina valoró que hay que estar atentos a los movimientos del sector empresarial, después de este llamado de Ortega. “El tema central fue lo que plantea de volver al modelo de diálogo y consenso con los empresarios después de las elecciones, como que en Nicaragua no ocurrió la crisis de abril y como que en el país no ha ocurrido durante dos años todo este episodio de represión, muertes, confiscaciones y expropiaciones. Ya sabemos lo que el dictador quiere, pero ahora la ciudadanía tiene que estar atenta al comportamiento de los grandes capitales de este país, que pueden verse tentados a sacrificar otra vez la democracia, los derechos humanos por la estabilidad económica. Las ciudadanas y ciudadanos nicaragüenses tenemos que estar atentos a que no pase de nuevo que el poder político pacte con el poder económico, por encima de los derechos humanos y la justicia”, dijo Incer.

Lea además: Ortega quiere obligar a empresarios a regresar a su redil, dicen opositores

Por su parte, el abogado y analista político, Eliseo Núñez Morales, valoró que Ortega está reconociendo su fracaso en la búsqueda de un nuevo acuerdo con los empresarios. “Él ha intentado encontrar interlocutores en temas económicos y el que él diga que va a dialogar hasta después de las elecciones, implica de que no ha podido establecer relación hasta el día de hoy con algún grupo empresarial o con ningún grupo de empresarios agremiados. Es decir, es un reconocimiento implícito al fracaso en la búsqueda de eso”, dijo Núñez.

Sin intención de dejar el poder

Núñez dijo que Ortega también confirmó en ese mensaje que no tiene intención de dejar el poder. “Cree que él es transversal a la historia y a la política de Nicaragua”, agregó el analista.

Lo mismo opinó el exdirector ejecutivo de la opositora Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, quien dijo que Ortega minimizó el proceso electoral y “tiene el objetivo de desmotivar” al electorado, para hacer creer que solo el puede ganar.

Chamorro agregó que Ortega no toma con seriedad los problemas y crisis del país, porque habla de eventos y desastres pasados, cuando el país tiene graves problemáticas actualmente.

“Habló de la Costa Caribe y se refirió más a la tormenta que azotó la flota de Cristobal Colón en Cabo Gracias a Dios, que los dos huracanes que trajeron muerte y destrucción en la zona norte de la Costa Caribe y el centro del país. No hizo ninguna referencia a un plan de reconstrucción por las afectaciones de estas tormentas”, agregó Chamorro.

El exdiplomático José Dávila ve el mensaje de Ortega a los empresarios como una promesa de campaña electoral. “En ese discurso de Ortega realmente mostró una vez más lo que se nota en cada aparición pública: que ya no ofrece nada bueno para Nicaragua, ningún sendero de desarrollo, de tranquilidad, de paz, de estabilidad. Eso demuestra que con Ortega no hay la mínima esperanza de que diga algo bueno por Nicaragua, mucho menos que lo haga. Ese va a hacer el tono de su campaña electoral, campaña electoral que él ya da por ganada, al decir que quiere diálogo nacional después de las elecciones”, valoró Dávila.

La presidenta del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Suyén Barahona, manifestó que Ortega anunció un próximo diálogo como si se tratara de una “gran oferta”, pero, según ella, lo que la población quiere es la salida de Ortega del poder.

Antes de abril de 2018, el sector empresarial mantenía un modelo de diálogo-consenso con Ortega, pero se rompió por la fallida reforma a la seguridad social y la crisis causada por la represión armada contra las protestas civiles, que dejaron más de 300 muertos, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Un Ortega decadente

El politólogo Guillermo Incer Medina además señaló la decadencia de Daniel Ortega y su aspecto senil, contradictorio con su discurso de que “la juventud es presidente”.

“Yo creo que es importante la apariencia física, senil, que cada vez es más notoria en Ortega, que ya no se le nota solamente físicamente, sino en su falta de lucidez, lo cual es ofensivo y contradictorio en un país donde la mayoría de la población es joven. También es ofensivo y contradictorio para el mismo partido Frente Sandinista, que dice ser un partido donde la juventud es presidente; nada de joven tiene esa pareja dictatorial y cada vez es más obvio”, manifestó Incer.

Durante todo su discurso, Ortega usó la literatura y críticas de la época del poeta Rubén Darío (1867-1916) para atacar a Estados Unidos, saltando de fragmentos de poemas a señalamientos contra el «imperialismo norteamericano». Para ello llevó al menos cuatro compendios de la obra del poeta, entre estos un libro sobre «escritos políticos».

Mientras Ortega parafraseaba fragmentos de los poemas «A Margarita Debayle», «Caupolicán» o intentaba explicar «Los motivos del lobo», las redes sociales hervían de críticas, burlas y toda clase de opiniones por el esfuerzo que hacía Ortega por leer.

El director de la Alianza Cívica, Juan Sebastián Chamorro, calificó de patética la actuación de Ortega. “Da pena ajena realmente que Nicaragua tenga a un dictador que haga este tipo de espectáculos decadentes”, dijo Chamorro.

El universitario y opositor Max Jerez manifestó que el acto de Ortega fue “tosco” y “desagradable”, debido a que Ortega se le veía a hacer un gran esfuerzo por leer los escritos de Darío. “Ortega lo que hace es convertir una comparecencia pública en un recital de poesía bastante tosco que resultaba desagradable por así decirlo”, dijo el joven.

La presidenta del MRS, Suyén Barahona, dijo que Ortega lució “verdaderamente decrépito, en aprietos, a la defensiva porque está clarísimo que la mayoría del pueblo de Nicaragua lo repudia y está decido al cambio y el cambio significa la salida del régimen Ortega Murillo”.

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