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La fauna también sufre los estragos de los huracanes Eta e Iota, en el Caribe Norte de Nicaragua. LA PRENSA

La fauna también sufre los estragos de los huracanes Eta e Iota, en el Caribe Norte de Nicaragua. LA PRENSA

¿Cuáles son las afectaciones que sufrió el ecosistema del Caribe con el paso destructivo de Eta y Iota?

Los vientos huracanados derribaron árboles y palmeras, mientras las fuertes marejadas empujaron hacia las orillas a algunos animales acuáticos muertos, lo que evidencia el daño.

Un tapir en busca de refugio dentro de una casa de tablas en la comunidad Mongallo, municipio de Siuna, en el Caribe Norte de Nicaragua, aves, delfines, caballitos de mar y otros peces fallecidos, en las zonas costeras de Bilwi, son algunas de las secuelas al ecosistema que ocasionaron los ciclones Eta y Iota en el territorio nicaragüense. Los devastadores huracanes arrasaron parte del hábitat de los animales silvestres, por lo que estos se verán en la necesidad de migrar e incluso sufrir crisis alimentaria, a corto o largo plazo.

Los vientos huracanados derribaron árboles y palmeras, mientras las fuertes marejadas empujaron hacia las orillas a algunos animales acuáticos ya fallecidos. Ecólogos, biólogos y defensores de animales, consultados por LA PRENSA, estiman que los estragos de ambos ciclones traerán consecuencias y por eso sugieren que el Gobierno de Daniel Ortega y sus instituciones correspondientes realicen un estudio in situ para conocer la magnitud del impacto ambiental y así tomar las medidas necesarias.

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El doctor Alberto Argüello Sacasa, máster en derecho animal, hizo referencia al artículo 60 de la Constitución Política de Nicaragua que establece “proteger y restaurar la integridad de los ecosistemas, con especial preocupación por la diversidad biológica y por todos los procesos naturales que sustentan la vida”. Más adelante indica que el Estado de Nicaragua asumió e hizo suyo en la Constitución Política el texto integro de la Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y la Humanidad.

En ese sentido, Argüello Sacasa expresó que el Gobierno desde el punto de vista constitucional debe “dar una mayor protección a los animales como seres vivos sujetos de sensibilidad, es decir darle el grado de reconocimiento como seres sintientes”.

“La Constitución nos obliga a ver a la tierra en su todo, incluyendo al mundo animal, aire, mar y tierra a que se le dé un trato diferente. Ahora que pasaron los huracanes se debe buscar como elevar el grado de concientización por las especies en peligros de extinción como pumas, jaguar… Tenemos que preservar áreas protegidas para que los animales puedan conservar su hábitat natural por un derecho constitucional”, aseveró.

Migración y crisis alimentaria

El biólogo y representante legal de la Asociación por el Desarrollo de las Comunidades del Ambiente y la Biodiversidad (Asociación CAMBIO), Óscar Bermúdez, dijo que los efectos del huracán limitan y obligan a los animales a esforzarse y conseguir alimentos en otros lugares.

“Los animales, por ejemplo las aves, tienen un cronograma ya establecido. Desde un tiempo de llegada y partida. Cuando se encuentran con huracanes, se esfuerzan por asegurar su vida y alimento, mientras en la vida acuática, algunas especies se refugian en lo profundo, pero en los ríos se pierde gran cantidad de los peces, por el tema de arrastre, cuando los caudales crecen los peces se van y hemos visto que las corrientes arrastraron gran cantidad de desechos plásticos”, describió.

Un ave fallecido en Bilwi tras el paso de dos potentes huracanes. LA PRENSA / W. LÓPEZ
Una ave fallecida en Bilwi tras el paso de dos potentes huracanes. LA PRENSA / W. LÓPEZ

Por su parte, la ecóloga Salvadora Morales indicó que urge comenzar a adoptar medidas pertinentes que busquen como restaurar o conservar lo poco que queda. “Este huracán afectó directamente a la vegetación, que es el hogar de mucha biodiversidad, ecosistemas y hábitat de los animales. Lo más probable es que las especies van a comenzar una crisis alimentaria, que incluyen aves, jaguares, tapir, pumas”, advirtió. A inicios de octubre, un cachorro jaguar fue asesinado a punta de golpes por parte de personas de la comunidad Tuapi en el municipio de Puerto Cabezas.

“Tenemos una población de aves migratorias que vienen de Norteamérica, aves playeras que conviven con las comunidades. De repente, hay posibilidades de sobrevivir a los estragos del huracán, pero no todas. Las que sobrevivieron van a tener problemas alimentarios, lo más probable es que si desaparece el árbol, que son sus lugares de refugios y alimentos estas se verán obligadas a migrar a otros lugares”, explicó Morales.

Enseguida, el biólogo y docente investigador de la Universidad Centroamericana (UCA), Marvin Tórrez, mencionó que en la zona del Caribe es muy común que existan especies como chanchos de monte, dantos, jaguares, lapas rojas, águilas arpías, que posiblemente resultaron afectadas con el paso del huracán Eta, así como la fauna marina.

Un delfín fallecido en las costas de Bilwi. LA PRENSA / TOMADO DE REDES
Un delfín fallecido en las costas de Bilwi. LA PRENSA / TOMADO DE REDES

La ecóloga mencionó que las potencias de ambos huracanes dejaron severos estragos al ecosistema marino, debido a que en otros huracanes se ha conocido que es muy fuerte, por las fuertes marejadas que produce el fenómeno y que desestabiliza los hábitat. “Lo estamos viendo con el delfín que vimos en las orillas muerto, los caballitos de mar, los peces, es que el impacto al ecosistema marino es muy fuerte”, refirió.

Los especialistas en temas ambientales coincidieron en remarcar que para la biodiversidad un huracán se vuelve un problema, a pesar de que en la historia han resistido a otros. Los bosques pierden sus árboles, los animales silvestre sus refugios y alimentos, por lo que ven obligados a migrar a otras zonas, a su suerte. Y como impactos negativos mayores del paso del huracán es destrucción de bosques costeros, derribamiento y fracturación de árboles y pérdida total de las hojas.

¿Qué se puede hacer?

El doctor Argüello explicó que ante las secuelas graves en los hábitat los animales se verán obligados a buscar otros lugares donde puedan estar protegidos.

“Si no encuentran lugares van a estar expuestas a la mano del hombre. Por eso, se necesita promover en las comunidades indígenas a preservar la población de animales en peligro de extinción, por ejemplo los tapir que son animales protegidos, se debe buscar cómo tratarlos y regresarlos a sus hábitats, debemos estar consientes de que la fauna de Nicaragua representa un valor invaluable”, señaló el doctor Argüello.

Un tapir en busca de refugio en una casa en Siuna, Costa Caribe Norte. LA PRENSA / CORTESÍA
Un tapir en busca de refugio en una casa en Siuna, Costa Caribe Norte. LA PRENSA / CORTESÍA

Ante dicha realidad los especialistas solicitan a las autoridades correspondientes elevar el grado de responsabilidad de las instituciones y promover el bienestar animal. El biólogo Tórrez, señaló que las autoridades deberían de hacer lo correcto, un estudio a profundidad, debido a que “¿se necesita un estudio?, sí se necesita. ¿Qué daños hubo?, lo ignoramos. Conocemos de refilón lo que pasó con otros huracanes y entendemos que se desbarató todo, porque normalmente se pierde más de la mitad de la biodiversidad”, apuntó el especialista.

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