“Confites en el Infierno” es el estudio que investigadoras del Instituto Global de las Mujeres (GWI por sus siglas en inglés) presentaron como resultado del análisis sobre la Violencia de Pareja Íntima (VPI) en Nicaragua – que abarcó el período de 1995 al 2016 – donde se encontró que la violencia física hacia las mujeres había disminuido del 55 al 28 por ciento. Sin embargo, el contexto a 25 años de la fecha de inicio de ese primer estudio es totalmente distintos, las investigadoras aclaran que la crisis sociopolítica y sanitaria menoscaban los logros que se midieron cuatro años atrás.
La VPI abarca desde la violencia física, sexual, acoso o daño psicológico por parte de una pareja o cónyuge actual o anterior. La directora ejecutiva de GWI, Mary Ellsberg, destacó que la lucha contra la violencia machista en Nicaragua y que los logros obtenidos gracias al apoyo de las defensoras de los derechos de las mujeres en 2016 son amenazados por las dos crisis que atraviesa el país.
“En cuanto a la actual crisis podemos suponer que muchas más mujeres experimentaran violencia doméstica, por lo que se necesitan restablecer los servicios y apoyo a las mujeres y jóvenes que sufren violencia aún más crítica”, atinó Ellsberg, durante una presentación de forma virtual.
En esa misma línea, el epidemiólogo y profesor del Departamento de Salud de la Mujer y el Niño de la Universidad de Uppsala, Suecia, William Ugarte, coautor de la investigación, afirmó que en el peor de los casos las actuales crisis en Nicaragua están “deshaciendo el notable progreso en los derechos de las mujeres y la prevención de la violencia de género que se documentaron en nuestro estudio de 2016”.
Desde 2017: “Los cambios son abismales”
Las y los panelistas explicaron que la presentación del estudio estaba pensado realizarse en el 2018 sin embargo, no se logró concretar por el estallido de la crisis sociopolítica. La socióloga Merycé Mejía, enlace nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCV), presentó durante el panel virtual los cambios que han ocurrido después del estudio (2017) hasta la actualidad que a su criterio “son abismales”.
Mejía destacó que si bien es cierto ahora las mujeres tienen mayor conocimiento sobre sus derechos y lo que significa estar bajo la violencia machista, es imposible ver avances o reducción de las agresiones debido a que en el país “no hay un sistema de justicia beligerante, eficaz para abordar la situación de las nicaragüenses”. En ese sentido, destacó que producto de la falta de justicia en los últimos tres años la tasa de femicidios en el país ha venido aumentado.
“Vemos claramente que la violencia machista lamentablemente ha venido en ascenso, que contrasta con lo encontrado en 2016 por el estudio, porque las mujeres siguen en riesgo de sufrir violencia o femicidio. Un año después del estudio, en el país cerramos con un total de 51 femicidios y ahora a dos meses de cerrar este año ya llevamos 65”, declaró Mejía e hizo hincapié en que hace tres años fue el último año en que el Movimiento de Mujeres salió a marchar sin temor a las calles.
La socióloga también expuso que desde la brutal represión que desató el Gobierno de Daniel Ortega, los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres se han vulnerado más. “Hay un desorden social, violencia sistémica no solo contra las mujeres sino contra todos los nicaragüenses, ha sido una violencia institucional sin precedentes. La vulneración de los derechos continúo después del 2018 con la pérdida absoluta del compromiso por parte de las instituciones del Estado como la Policía Nacional y las Comisarías en favor de las mujeres”, manifestó.
Finalmente, sostiene que todo lo encontrado en el estudio de 2016 por el Instituto Global de las Mujeres que en ese momento fue visto como positivo con el conflicto después del 2017 se “cayó completamente”. Y enumeró que dentro de las lecciones aprendidas por el análisis se destaca “la lucha incansable del Movimiento de Mujeres que continúa denunciado las violaciones y en segundo lugar, el abordaje de los femicidios en la agenda de noticias nacionales”.
El estudio: 1995 – 2016
El estudio “Confites en el infierno”, recopila 846 entrevistas de mujeres del municipio de León, la segunda ciudad más grande de Nicaragua, en edades entre 15 a 49 años, esos hallazgos fueron comparados con los 448 testimonios de mujeres que se obtuvieron en 1995.
En 1995, los datos del estudio reflejaron que el 52 por ciento de las mujeres que se casaron denunciaron haber experimentado abuso físico por parte de su pareja de por vida. A la vez, el 28 por ciento dijo haber sufrido violencia un año antes de ser entrevistadas. El 71 por ciento, sufría violencia emocional y el 22 por ciento violaciones sexuales.
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En 2016, se registró una brecha de disminución, ese año el 28 por ciento de las mujeres que se casaron denunciaron haber experimentado abuso físico por parte de su pareja de por vida. A la vez, el 8 por ciento dijo haber sufrido violencia un año antes de ser entrevistadas. El 43 por ciento, sufría violencia emocional y el 15 por ciento violaciones sexuales.
Relación abusiva: celos extremos y control
Los datos de la investigación revelaron que los celos extremos y el control persisten como características constantes de la relación abusiva de las que son víctimas las mujeres. De la misma manera, indican que las mujeres maltratadas con frecuencia experimentan sentimientos de vergüenza, aislamiento y trampa que, junto con la falta de apoyo familiar y comunitario, a menudo contribuyen a la dificultad de las mujeres para reconocer y desconectarse de una relación violenta.