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El reconocido Wilfredo Blanco junto a tres prospectos que están bajo su tutela. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

Esto cuesta formar a un prospecto para una firma de Grandes Ligas

Desde que es tomado por un cazatalentos hasta el momento de su firma con un equipo de MLB, un prospecto requiere de una sólida inversión en alimentación, entrenadores, salud y educación

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Detrás de la firma de cada prospecto nicaragüense con una organización de Grandes Ligas existe “una inversión grandísima” durante un proceso que se extiende por entre dos y tres años. Desde que el cazatalentos toma a un joven jugador convencido de su potencial, hasta el momento en que se hace oficial su acuerdo con un equipo de MLB, el monto anual invertido para el desarrollo integral de dicho prospecto asciende a entre 14 mil y 20 mil dólares, según señalan dos amplios conocedores de la formación de prospectos en Nicaragua.

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“Lo que yo hago es que los adopto completamente, pasan a ser parte de mi familia. Viven conmigo las 24 horas del día y los 365 días del año. Yo les doy alimentación y priorizo las vitaminas que le ayuden a su cuerpo a responder a las exigencias de la preparación”, comenta Wilfredo Blanco, el hombre de 66 años que cada tres años apadrina a jóvenes prospectos para entrenarlos y que es reconocido por haber negociado el contrato de 1.5 millones de dólares de Cheslor Cuthbert con los Royals de Kansas City.

Wilfredo Blanco entrenando junto a dos de los prospectos que actualmente tiene a su cargo. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

Por su lado, Alfredo González, comisionado de la Liga de Prospectos de Nicaragua y exadministrador de la Academia MVP Rivera Sport, asegura que una vez que el cazatalentos detectó a un muchacho con potencial y llegó a un acuerdo con la familia, lleva al prospecto a un programa de desarrollo, donde “se le garantiza comida, vitaminas, educación, vestuario, alojamiento, recreación, medicina, entrenador y todo lo necesario para su completo desarrollo en todos los sentidos posibles”.

El monto de la inversión

Actualmente Wilfredo Blanco tiene bajo su tutela a tres prospectos y mientras permanece pendiente de su entrenamiento en el viejo estadio nacional, hace cálculos rápidos de lo que invierte en ellos. “Yo pago 35 dólares mensuales en un gimnasio por cada muchacho, es decir que pago aproximadamente 100 dólares al mes, lo que al año se convierte en 1,200 dólares, lo que multiplicado por los tres años que yo los preparo da un total de 3,600 dólares…Por otro lado, calculo quizá que al año son unos mil dólares en alimentación por cada muchacho”, explica el experimentado entrenador.

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Así, de cálculo en cálculo, el hombre que se dedica a este negocio desde el 2006, asegura que según su experiencia invierte entre 10 mil y 14 mil dólares anuales por cada jugador. “Invierto más de 30 mil dólares por cada prospecto durante los tres años que dura el proceso”, asegura Blanco, quien también negoció el contrato por 950 mil dólares que Jesús López firmó con los Atléticos de Oakland en el 2013.

Wilfredo Blanco durante un entrenamiento en el viejo estadio nacional. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

Por su lado, Alfredo González señala que darle forma a un prospecto para que se convierta en material de firma, requiere de una inversión de más o menos 20 mil dólares anuales. “Tomando en cuenta que el tiempo promedio para desarrollar a un joven al que se le ve talento, es de dos años y medio, esto significa que en total se invierten unos 50 mil dólares en cada muchacho”.

Asimismo, González asegura que “en el caso de que el muchacho viva en la casa de los padres, el costo se puede reducir a unos cinco mil dólares anuales, esto es si en el programa (academia) solo se le prepara técnicamente para desarrollar sus habilidades”.

Acuerdo y porcentaje

“Lo reglamentario es 60% del bono para la familia y 40% para el programa (academia-representante) si el muchacho vive con los padres. En caso de que permanezca en el programa durante el proceso de formación, el acuerdo pasa a un cincuenta-cincuenta. Eso sí, difícilmente el programa recibe menos del 35% y tampoco más del 50%”, explica Alfredo González.

El reconocido cazatalentos y entrenador Wilfredo Blanco. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

Sobre el mismo tema, Blanco manifiesta que “lo que se hace con estos muchachos es una inversión grandísima y la idea es al menos recuperarla con el bono. Entonces, en mi caso, que recibo el 30 o el 35 por ciento, si un muchacho firma por un bono de 100 mil dólares, entonces recupero solo la inversión que hice, sin meter ahí los salarios de la gente que trabaja conmigo. Por eso yo siempre me he propuesto firmas de al menos 150 mil dólares, para decir que saqué lo que trabajé”.

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“Si consigo una firma de 150 mil dólares yo puedo mantenerme en mi punto de equilibrio, sacando dinero escaso para los que están trabajando conmigo. Ahora, cuando consigo 200 o 300 mil dólares, me puedo pagar yo, le puedo pagar mejor a los que me ayudan y dejar la ganancia para buscar cómo invertir en otro muchacho. El asunto es que si solo te mantenés en el punto de equilibrio llegará un momento en el que no tendrás. Claro, si conseguís un bono de 500 mil dólares o por encima de esa cantidad, entonces podés decir que tenés para seguir ayudando a otros muchachos”, comenta Wilfredo Blanco, por cuyos entrenamientos han pasado jugadores que han firmado con equipos de Grandes Ligas como Benjamín Alegría, Mike Loáisiga y Milkar Pérez (activo en Ligas Menores).

“Cuando hay prospectos que firman por bonos de poca cantidad, no se gana lo suficiente, pero se recupera algo de la inversión que se hizo. Pero esto funciona así, con uno se puedo perder, pero con el siguiente muchacho se puede ganar”, explica González.

El riesgo de la inversión

Para Alfredo González, en esto de formar prospecto para que sean firmados por equipos de las Ligas Mayores “siempre se corre un riesgo, porque no es seguro que todos vayan a firmar. Uno puede tener cuatro prospectos, algunos crecen y firman, pero otros se quedan en el camino. Hay muchos casos de jóvenes a los que se les vio potencial y estuvieron por más de dos años en el programa, pero por su falta de actitud y responsabilidad se quedaron atrás y no firmaron. Esa es una inversión que no se recupera, como pasa cuando un muchacho se lesiona y deja de ser candidato a una firma”.

Cada tres años Wilfredo Blanco apadrina a prospectos con potencial para firmar. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

“Yo tengo jugadores a los que les he dicho que se vayan después de haber invertido en ellos entre cuatro y seis meses, porque no me gustó su carácter y tampoco me pareció la actitud de la familia. Ese tiempo que los tuve pude haber invertido entre 1,500 y 2,000 dólares, un dinero que al final se perdió”, manifiesta Blanco, quien asegura que “hay muchachos que han firmado y lo les he dejado su bono completo y todo mundo lo sabe”.

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Asimismo, agrega que “hay otros que se portan muy bien, tienen necesidad y aunque no se desarrollaron de la forma que se esperaba como beisbolistas, se convirtieron en buenos estudiantes, entonces los mantengo hasta el final para que puedan bachillerarse y luego vayan a la universidad. Al final de los tres años fue un dinero que invertiste que no vas a recuperar, pero que no te da pesar porque lo hiciste con alguien que lo merecía”.

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