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De acuerdo a la Dirección General de Migración de Costa Rica, más de 70,000 nicaragüenses han solicitado refugio. LA PRENSA/R. MONCADA

Xenofobia y discriminación agudiza la difícil situación de los nicaragüenses en Costa Rica

Con la llegada del Covid-19 los refugiados se han visto sumamente afectados, sufren hambre, desempleo y no cuentan con un hogar

Si antes del Covid-19, los más de 100 mil nicaragüenses que se desplazaron forzosamente hacia Costa Rica por la persecución y crisis sociopolítica en Nicaragua vivían una difícil situación, con la llegada del coronavirus sus condiciones se agudizaron más en el país del sur. Tres de cada cuatro nicaragüenses pasan hambre y comen sólo 1 o 2 veces al día y uno de cada cuatro han tenido que cambiar su lugar de vivienda, la mayoría por incapacidad de pagar la renta. A eso se le suma la discriminación y xenofobia de la que han sido víctimas y que se ha agudizado por la crisis sanitaria.

Este martes 6 de octubre, la directora de Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), Ana Quirós, presentó el informe «Persecución a organizaciones civiles y situación de las y los exiliados en Costa Rica» en el que refleja que los nicaragüenses no solo pasan hambre, desempleo y carecen de un lugar donde dormir, sino que además sufren desinformación sobre los derechos y protecciones que implican la calidad de refugiados y personas solicitantes, que de una u otra manera, incide negativamente para que sean víctimas vulnerables de xenofobia y discriminación que viene desde los costarricenses y sus instituciones.

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«La población nicaragüense ha tenido que sufrir las manifestaciones de la xenofobia exacerbadas por la pandemia y por el mal manejo de la situación por parte del gobierno de Nicaragua. En distintas ocasiones, autoridades del gobierno de Costa Rica declararon que el “principal peligro para el país con el COVID viene de Nicaragua”, “quisiera construir un muro entre Nicaragua y Costa Rica”, declaraciones del ministro de defensa», indica el informe del CISAS.

Juana María Juaréz Romero, del Movimiento Campesino de Nicaragua exiliada en Costa Rica, compartió su testimonio como víctima de xenofobia y discriminación agudizada por la crisis sanitaria. «Nosotros vivimos una xenofobia bien horrible, nosotros tuvimos que hacer un vídeo y subirlo en Twitter, me fui con otros campesinos a cortar yuca, me grabé y mande a decirle a los costarricense que nosotros somos unas personas buenas y trabajadores en Costa Rica, le hemos levantado la producción del café, la caña y yuca. El Covid-19 no vino por nosotros los nicaragüenses. Fue fuerte la xenofobia que sufrimos», relató la nicaragüense.

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La directora de CISAS lamentó que los nicaragüenses constantemente son víctimas de malas expresiones como “si no le gusta váyase a su país”, “usted habla raro”, “es que los nicaragüenses hacen mucha bulla”, y por eso mencionó que es necesario trabajar el tema de la xenofobia, porque muchos se han quedado solo con el concepto y campañas que dicen “yo no soy xenofóbico” pero que no demuestran las manifestaciones y expresiones concretas.

El estudio de CISAS es claro en señalar que los nicaragüenses víctimas de discriminación y maltrato en las instituciones públicas desconocen que en Costa Rica hay mecanismos e instancias para la denuncia.  «Tienen miedo de ser víctimas de represalias, principalmente porque muchas veces, los y las funcionarias les responden diciendo que si no les gusta el trato que se regresen a su país».

1,299 nicaragüenses cuenta con estatus de refugiado

De acuerdo al informe, la cantidad de nicaragüenses sobrepasa las 100 mil personas — dato que registra la Dirección de Migración y Extranjería —, pero que la situación no registrada llega a los 350 mil, de los cuales la mayoría, es decir el 88 por ciento salieron huyendo de Nicaragua por la persecución emprendida por el régimen. «Un reflejo de ello es que por las medidas del gobierno de Costa Rica en respuesta, en sólo cuatro semanas entre mayo y junio de 2020 fueron rechazadas más de 15,000 personas que trataban de ingresar al país por los llamados “puntos ciegos” de manera irregular», cita el estudio.

Además destaca que hasta febrero de este año, solo 1,299 nicaragüenses, que equivale al 1.25 por ciento cuenta con estatus de refugiado, mientras 63 mil continúan con un carnet de solicitantes de refugio y cerca de 27 mil cuentan con permiso laboral. Ana Quirós explicó a LA PRENSA que «en la zona norte los dueños de finca y empresas agrícolas no protegen ni regularizan a las personas nicaragüenses, cuando es una responsabilidad del empleador, por eso los nicas sufren explotación laboral, persecución y además manifestaciones de xenofobia».

Exilio de nicaragüenses
Miles de nicaragüenses exiliados en Costa Rica han dormido en parques, otros han tenido más suerte y duermen en casas de refugio, con condiciones mínimas. LAPRENSA/J.FLORES

Otros de los aspectos que se señala en el informe que afecta la estancia de los nicaragüenses en el país del sur, es cuando se les rechaza otorgarles en la Comisión de Visas y Refugio la condición de refugiado. Ana Quirós dijo que «la revisión de expedientes no sólo es lenta y engorrosa, sino también con muchos obstáculos, algunos reales y otros creados por una serie de perjuicios y actitudes muchas veces xenofóbicas, especialmente en contra de los nicaragüenses que no tiene muchos recursos económicos», apuntó la defensora.

Y agregó que en mucho de los casos de nicaragüenses que huyen por la persecución cuando acuden a Migración y cuentan como corren riesgo en Nicaragua ellos se encuentran «frente una pared de incredibilidad, porque les dicen que seguramente no son perseguido y lo que quieren es venirse a trabajar acá, es decir que son migrantes económicos que políticos, hacen cualquier cosa que no son perseguido político y que por lo tanto no son merecedores del estatus de refugiado».

Depresión profunda y suicidio

El informe destaca que para la mayoría de personas desplazadas el “exilio” ha significado además de huir de su país por la persecución y acoso, en lugar de refugio padecen de fuertes implicaciones en la salud mental como: depresión profunda y suicidio especialmente en jóvenes menores de edad.

«Se contabiliza que al menos cinco personas han muerto por suicidio y una cantidad mucho mayor que lo han intentando. La depresión se profundiza por la falta de oportunidades y desesperación por haber visto truncadas sus vidas y planes especialmente en jóvenes que se dedicaban a estudiar y no han podido continuar en Costa Rica», indica el informe.

Nacionales Ana Quirós Migrantes en Costa Rica archivo

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