Desde un inicio de la pandemia, la dictadura de Daniel Ortega estaba consciente que el sistema de salud de Nicaragua no estaba preparado para atender la emergencia del Covid-19 y prefirió mentir en su protocolo y ocultar información en sus reportes sobre la situación del país. Sin embargo, después de casi seis meses el régimen admitió ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la realidad de la nación, y reconoció que, antes de la aprobación de préstamo de 43 millones de dólares, proyectaban que más de cinco millones de nicaragüenses se iban a infectar y más de 23,000 perderían la vida.
Esta nueva estadística revelaría que las estimaciones que el Minsa expuso – en un inicio de la pandemia – en su protocolo “Preparación y respuesta” no eran reales. En ese momento, estimó que en seis, desde que se conoció el primer caso de Covid-19 en Nicaragua en marzo pasado, habrían 813 muertes y 32,500 afectados. Hasta ahora el régimen oficialmente reconoce 4,494 casos confirmados y solo 137 decesos. Además contrasta con el discurso oficial que desde que se conoció el primer caso, el Gobierno ha minimizado su incidencia en el país y el riesgo que esta supone para la población
Las nuevas estimaciones están recogidas en el proyecto “Respuesta inmediata de salud pública para contener y controlar el coronavirus y mitigar su efecto en la prestación de servicio en Nicaragua” ante el BID, donde reconoce la precariedad del sistema de salud: bajo nivel de detección temprana y seguimiento de casos, falta de protocolos específicos y de un plan de comunicación para la población, limitaciones en los servicios de salud para el manejo de casos de Covid-19 y debilidades en la atención de poblaciones vulnerables. Ante este escenario, el organismo aprobó un préstamo de 43 millones de dólares que se desembolsará en 24 meses.
Ya con el financiamiento, ahora la dictadura le dijo al BID que esperaría solo 1,950 muertos “al final del proyecto”, es decir en dos años. “En el escenario sin proyecto se esperarían 23,524 muertes”, expone documento. En cuanto a las casos de contagio confirmados, la institución estima 97,500 casos “al final del proyecto”. “En el escenario sin proyecto se esperarían 5.880.597 contagiados”.
Para el infectólogo Carlos Quant, estas cifras no son descabelladas porque tanto el Ministerio de Salud (Minsa) como el Gobierno manejan datos e información real de la emergencia sanitaria, por lo que puede brindar una proyección más clara de la situación. “Lo que queda en evidencia es que ellos manejan la información y están claros del cuál puede ser el comportamiento de la epidemia, están claro que la población mayoritaria puede infectarse y que la tasa de la letalidad es extraordinariamente alta”, declaró el especialista.
El doctor Quant señaló que bien se puede cumplir esas estadísticas partiendo de que en el país no hay medidas dictadas por el Gobierno que ayuden a contener el contagio, por lo que se esperaría que la mayoría de la población nicaragüense enferme.
Pero aún cuando los Ortega-Murillo califica de éxito su gestión sobre la pandemia en el país, las estimaciones que presentaron ante el organismo internacional fueron basadas en el modelo elaborado por el Imperial College London, que desde un inicio proyectó esos números para Nicaragua, pero que el Gobierno antes del préstamo del BID no las admitía. ” Estas estimaciones se monitorearán junto con las estimaciones oficiales del Gobierno de Nicaragua”, plasmó el orteguismo en el documento.
El epidemiólogo Álvaro Ramírez también había compartido que en los primeros meses de pandemia en el país se registrarían más de 238 mil contagiados y 23 mil muertes. Para el especialista que el régimen haya tomado esas cifras y lo haya expuesto ante el BID es solo para justificar el préstamo, pero teme que la apuesta estatal seguirá siendo conseguir la inmunidad de rebaño, que es que la población se contagie casi en su totalidad.
De hecho, el Observatorio Ciudadano reportó en la semana del 20 al 26 de agosto de este año más actividades de aglomeración de personas, promovidas principalmente por el Gobierno. Desde el arranque de la crisis sanitaria, el Observatorio reporta 628 actividades de exposición de personas en actividades de acumulación de gente, un escenario perfecto para la propagación rápida del virus.
Están subestimando tasa de mortalidad
Los especialistas coincidieron que con los más de cinco millones de infectados de Covid-19 que proyecta el Minsa, significaría que aún falta que el 80 por ciento de la población enferme. Es decir, la proyección estaría de acuerdo al contexto del país. Pero para el epidemiólogo Ramírez, la tasa de letalidad (4 por ciento) que usa el Minsa aún es baja. “Ese cálculo está al 4 por ciento de mortalidad que es una tasa de letalidad baja. En Nicaragua la mortalidad ha estado muy superior a eso, cuando podría estar al 15 o 20 por ciento”, refirió.
El experto señaló que la cantidad de fallecidos puede estar aún subestimada, porque solo toman en cuenta la nueva capacidad que tendrá el sistema de salud con el nuevo financiamiento, pero no así la falta de medidas de seguridad para prevenir el contagio en Nicaragua que rebasaría esa mejora en la capacidad de atención en hospitales y laboratorios.
“La tasa de mortalidad real podría oscilar a un mínimo de 23 mil hasta 150 mil muertos, si la tasa de letalidad se sube al 30 por ciento y si no hay capacidad hospitalaria”, añadió. Sin embargo reconoció que sería la primera vez que el régimen demuestra con cifras lo mal que ha tratado de esconder los riesgos del Covid-19. “Ahora que necesitan el dinero, revelan las cifras reales que han calculado”, agregó.
No habría cambio de política
Ambos especialistas también consideraron que aunque el BID aprobó el préstamo bajo una estricta supervisión de cuatro organismos internacionales, el régimen sí invertirá en infraestructura y equipamiento de las unidades médicas, pero cumplir con la política de trazabilidad de contactos o el protocolo estaría difícil.
“Creo que es muy difícil pensar que ellos van a cambiar de estrategias, y muchos proyectos se han escrito en ese sentido, pero que hayamos visto un cambio de política de parte del Gobierno, no la hemos observado”, dijo el doctor Quant, quien señaló que el régimen mantiene un doble discurso, uno dirigido a la comunidad internacional y nicaragüenses, y otro de lo que verdaderamente realiza.
“El problema es que por ningún lado se vislumbra la despolitización de la pandemia, el problema que hay con el abordaje de la pandemia es que el Gobierno la ha politizado hasta el más alto nivel”, dijo manifestó por su parte el doctor Ramírez.
De acuerdo a lo planteado en el proyecto, de los fondos BID más de 29 millones de dólares se destinarán para mejorar los servicios de atención hospitalaria; más cinco millones para la interrupción de la cadena de transmisión de la enfermedad (por ejemplo ejecución de campañas masivas de prevención o suplir los equipos de protección personal); y más de tres millones para la detección y seguimiento de los casos.
Lea también: Cuatro organismos y agencias vigilarán ejecución del préstamo del BID para atender la pandemia en Nicaragua