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División entre nicaragüenses se ha profundizado en los últimos tres períodos de Daniel Ortega

El sociólogo Cirilo Otero analiza el comportamiento y diversos tipos de nicaragüenses polarizados y divididos; así el discurso de Rosario Murillo que ataca a pobres y ricos, sin incluirse ellos como los nuevos ricos con poses de monarquía

Durante las últimas tres administraciones de la dictadura de Daniel Ortega y principalmente a partir de la crisis del 2018- 2019, el comportamiento de sociedad nicaragüense se ha “reventado” y “acentuado de acuerdo a los intereses y posiciones políticas”, sostiene  el sociólogo Cirilo Otero en su estudio sobre la actual tipología del nicaragüense.

Asimismo criticó el discurso de la dictadura que su vocera, Rosario Murillo da a conocer en sus transmisiones de mediodía, en los que ataca con epítetos de odio, tanto a pobres que han levantado la voz como a ricos, sin incluirse ellos como los nuevos ricos, con poses de monarquía.

“Ellos son unos millonarios nuevos que no se saben cuándo tienen en términos monetarios y económicos y en términos de acceso al poder y el uso, y usufructo de los bienes del Estado de Nicaragua. Porque para ellos el Estado es un botín”, observa Otero. Asimismo calificó al grupo más cercano de Ortega como “mengalos” o advenedizos.

También comentó que en las últimas tres administraciones del régimen de Ortega,  se jugó excesivamente con  las tasas de tributos.

“Aquí pagas tributo por todo, pagas tributo en el origen y el  consumo, y eso es grave. Y ahora Ortega amenaza que en enero va a poner otros. Esto ha empobrecido más a la gente y ha hecho crecer el sector informal. Ahora la gente para sobrevivir vende cualquier cosa”,  cuestionó Otero.

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Asimismo se refirió a la polarización cada vez mas acrecentada que se vive en el país. “Muchos están con el sector gubernamental y otros con la oposición; pero en los últimos tres periodos de Ortega se ha profundizado y su comportamiento es más evidente”, remarcó Otero, quien hace ver que la dictadura Ortega-Murillo en su afán de mantenerse en el poder ha llevado a los nicaragüenses a enfrentarse y dividirse aún más.

Recordó que esta cultura política divisionista por intereses socio-políticos tiene antecedentes antropológicos con nuevas variables. Por ejemplo comentó que durante la administración de Arnoldo Alemán la clase media se vio altamente deteriorada, a causa de las políticas de ajustes económicos y la deshonestidad.

“Podríamos decir que la clase media está prácticamente desaparecida en Nicaragua, porque hay una pequeña clase muy reducida, no llega ni al diez por ciento del total de la población que está muy enriquecida, incluida los beneficiarios gobernantes  y otra gran clase con  distintos matices que está empobrecida”, señala el sociólogo.

Ante al acoso y prohibición de manifestarse en las calles o rotondas, estudiantes protestan  dentro de la Universidad Centroamericana y ridiculizan al régimen de Daniel Ortega en noviembre del 2019. LA PRENSA/URIEL MOLINA/ARCHIVO

Estudiantes marcan una nueva etapa en la historia política

Pero la variable que más impacta al analista fue el levantamiento del sector universitario a partir de abril del 2018.

“Los estudiantes han marcado una nueva etapa en la historia social de Nicaragua y en la historia política porque son la gente social emergente”.  Ellos opinan, discuten y mantienen la “resistencia protestando todos los días”, destaca Otero quien además es catedrático.

Caso contrario ha sido aquel tipo de empresario que venía de un “maridazgo con la dictadura” en los últimos casi 11 años, con beneficios mutuos, políticos para la dictadura y económicos para ellos.

Tipos de nicaragüenses y comportamiento ante la dictadura

El investigador prepara desde el año pasado un libro sobre el comportamiento e identidad política, social, económica y cultural de nuestra sociedad polarizada, y en una de sus partes, nos revela se refiere a la tipología del nicaragüense durante los mandatos de  Ortega y conducta social en este contexto de crisis.

Este abarca al empresario prebendario y al honesto; al estudiante universitario y al becario; al inconforme, domesticado, y el oportunista;  a los  lideres prebendarios y soñadores; los campesinos anticanal; los indiferentes y sin organización; los académicos e intelectuales, los tres tipos de migrantes; los protestantes y católicos; los indígenas y afrodescendientes.

Asimismo comentó sobre la élite monárquica del régimen Ortega-Murillo y sus  “mengalos” o advenedizos.

El empresario prebendario y el honesto asediado. Al respecto Otero, comenta que el primero prefiere seguir con la dictadura y recibir prebendas, no les importa que se hayan cometido crímenes de lesa  humanidad, tampoco que la política fiscal sea desigual e injusta, estos  están muy cercanos a la dirección del C0nsejo Superior de la Empresa Privada (COSEP).

El empresario chino Wang Jing junto a Laureano Ortega, directivo de ProNicaragua, personeros del fallido mega proyecto del Canal Interoceánico que Daniel Ortega intenta “revivir” mientras Laureano es acusado de corrupción por Estados Unidos. LA PRENSA/Presidencia de Nicaragua/EFE/Junio del 2014

En tanto el segundo dice busca trabajar con honestidad y sin protección política. Califican su actividad de legal, necesaria y transparente. Son pocos y no tienen posibilidades de mejorar su condición de empresario trabajador y productor.  Y frecuentemente les roban bienes, les caen con impuestos inventados, le molestan a su personal.

Los universitarios desde abril del 2018. El primero, dice Otero es el empobrecido (el dependiente y becario), hambriento, sin padrino, andan a pie, comen colectivamente. Quieren ser profesionales pronto, tienen participación política y de protesta social.

El segundo tiene mejor ingreso, con poca o ninguna actividad política. Llegan en carro, y no opinan nada, no les importa nada. Ambos son el actor social emergente, han puesto sus demandas y opiniones desde el 18 de abril del 2018 en su mayoría están en la jugada social y política.

El régimen obliga a trabajadores del Estado asistir a las rotondas y otras actividades orteguistas, muchos no asisten a pesar que el régimen les patrocina transporte y alimentación. LA PRENSA /U.MOLINA/ Archivo

El inconforme, el domesticado, el oportunista, tres tipos de funcionarios de gobierno. El primer grupo, dice Otero, está formado por los inconformes sometidos, estos son del círculo más cercano, que “no están de acuerdo con la política del jefe, pero, esperan que las cosas cambien”.

El segundo, los creyentes domesticados, “aún creen en la benevolencia de su jefe, no miran, no analizan la realidad sociopolítica, todo el discurso lo creen en crudo. Van donde lo llaman. Aquí caben los sapos fanáticos”.

Y los terceros, oportunistas (financieros o salariales). Estos no creen en nada, ni en nadie, no tienen valores y piensan únicamente en los beneficios económicos personales, sus ingresos, dádivas, y son traicioneros, no sirven ni uno, ni a otro. Aquí caben también los sicarios, paramilitares (los que reciben orientación, y los que la ejecutan) y los sapos oportunistas.

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Líderes prebendarios y soñadores. Estos son los líderes de partidos políticos. “El primero es oportunista prebendarío. Andan detrás de los  caporales, que se ríen de todas las estupideces de los jefes departidos. Su perfil es de serviles y lame botas”.

“Estos políticos lo primero que piensan es en la cuota de poder, piensan en ser diputado, concejal, ministro o embajador. No están porque quieren ser un servidor público o porque sostenga una posición filosófica o partidaria, el caporal, sabiendo esto suelta prenda a cuenta gotas. El de mayor lealtad y fidelidad le irá mejor. También están los soñadores tradicionales y filosóficos, que creen en las ideas conservadoras, liberales o socialcristianos”, observa.

LA PRENSA/ARCHIVO

Campesinos, la tierra y sus protestas anticanal. Sobre este grupo Otero dice que tienen un pensamiento muy reducido. Y recordó que  Sandino fue poco inteligente porque al final de la lucha lo que pidió fue tierra.

“Sandino no opinaba tomarse el poder y transformar las relaciones injustas y excluyentes que tenía esta sociedad, por eso los otros gobiernos ha venido reproduciendo, incluso la de este salvaje reprodujo la actitud excluyente”, valora Otero.

Luego observa que en los recientes años los campesinos se han visto inmersos en protestas por lo del proyecto del canal interoceánico. “Pero la gente si la dejar de asediar se queda calma, no es de un pensamiento político y filosófico de clase,  sino es sobre la tierra su única realidad que les interesa”,dice Otero.

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“Yo te aseguro y se los he dicho a varios de ellos y no me han dicho lo contrario: que si el gobierno o el chino (Wang Ying, del consorcio chino HK Nicaragua Canal Development Investment Co), hubiera llegado y les dicen: ´aquí tienen esta plata por toda su tierra, o díganme cuánto valen y yo se las pago ya, la venden´. Vieron que llegaron a medir las tierras y les quedó la duda, y no fue por el impacto del gran canal o con que otro mar nos podíamos conectar”. reflexiona en su análisis.

No obstante reconoció que tal vez, en algunos pequeños sectores hay un pensamiento político por levantar la voz contra el Estado  que ha promovido la reconcentración de la tierra.

Recordó que en los años ochenta, una de las locuras sandinistas fue repartir la tierra de los ricos  a través  de cooperativas, luego los campesinos se pelearon y las vendieron.

“Ahora hay una reconcentración de la tierra y los propietarios principalmente son militares, guardias panzones dueños de fincas de 3000 manzanas de tierra de verano y 5000 manzanas de tierras de invierno. Ahora hay más, campesinos empobrecidos y que son peones de las empresas finqueras, después estos se hacen comerciantes y después migrantes”, señaló.

Los grupos indígenas, entre la complejidad y el sincretismo. En la Costa Caribe hay mucha más complejidad. No hay que olvidarse, señala Otero, que en “esta región la gente pobre come, no pasa hambre, tiene el río y tiene el mar. Son pobres, viven en chozas, ha sido su vida tradicional. Es distinta a la gente de Centro Norte y del Pacifico, sino siembra, no come. Sino busca como migrar se muere de hambre”.

Asimismo comenta que hay mucho sincretismo religioso. Por ejemplo explica, “a los misquitos no les gusta que le tomen fotos. Quieren saber lo que le vas a dar”.

También está el  afro descendiente que habla de sus orígenes y llegada a estas tierras. Otero comentó que trabajó en esta región y que lo incluirá en la tipología ya que cuenta con bastantes datos antropológicos y actuales.

Los tres tipos de migrantes. Con la insurrección de 1979 y la guerra entre sandinistas y contras, muchos nicaragüenses migraron al exterior. El año pasado y este, más de 70 mil han emigrado huyeron del acoso y persecución del régimen de Ortega.

Otero dice que estos al llegar al país de destino han sufrido una trasformación en su imaginario y pasa a ser una contradicción muy personal pero se ajusta al comportamiento cultural, político o  social a donde va a parar.

Cuando LA PRENSA visitó Costa Rica en febrero pasado, conoció el caso de algunos nicaragüenses en situaciones extremas y duras, sobreviviendo en la calle o parques de este país del sur. LAPRENSA/J. FLORES

En su análisis Otero puso de ejemplo que en Costa Rica o Los Ángeles, los migrantes son disciplinados por les meten una multa hasta por tirar un papel, en tanto en Nicaragua, tiran la basura y nos les importa. Conducta que ve como una “mala educación”, del nica.

Y observa tres tipos: “Unos se creen gringos y que tienen varias décadas de vivir allá. Se adaptaron y vienen al país a pasear o dicen que van pasar su vejez en la país. Se dicen que son la “diáspora”, muchos saben que es, ni se acuerdan de Nicaragua y son piches y miserables”.

El segundo es un grupo “muy politizado que anda pegando gritos y que ha tenido su máxima expresión y yo diría como su orgasmo político ahora con esta cuestión del 2018 y 2019. Marchan, gritan, se compran pulseras, anillos, banderas. Está bien, pero esta gente va y viene, sube y baja y no aporta mayor cosa. Y hay un tercer grupo, que son los que llegan de esclavos. Llegan a trabajar sin volver a ver a nadie, oír nada, y mandan su remesa familiar”.

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Protestantes y católicos, los que buscan la riqueza. Al respecto Otero ve dos grandes grupos: protestantes y católicos. “El primero se encamina a la ruta de hacer dinero y propiedades, son explícitamente cercanos al  poder político; tratan de ser perfil bajo, no opinan públicamente, sus  diatribas religiosas son tétricas/apocalípticas y producen temor a los ignorantes seguidores.”

El segundo, se dividen en dos, unos buscan la  riqueza y el bienestar. “Esto los lleva a la colaboración con el poder político y el silencio cómplice, se hacen de la vista gorda constantemente ante  las injusticias sociales; y los otros, que son pocos, se dedican a la  profecía, la justicia y siguen el camino de Jesucristo”, dice.

Asimismo  destaca a los que están abiertamente al lado del pueblo. Estos dice Otero, “no asisten a las reuniones del partido gobernante y  son más de oración. En sus homilías siempre relacionan la palabra de  Dios con la actualidad, levantan el derecho de las personas y hablan de un Dios misericordioso y del amor al prójimo”.

Líderes y lideresas comunitarios. Dice que hay dos tipos: “el primero, los que hablan mucho y hacen poco, solo tratan de  impresionar a los oyentes; segundo son los que gestionan en búsqueda  de las prebendas y no se miden para engañar al vecindario. Andan  diariamente metidos en asuntos políticos, reuniones, mensajería, activismo, y tratan de identificarse como representantes de la comunidad, barrio, ciudad, o de una demanda local”.

Académicos e intelectuales . Al respecto dice  Otero hay dos tipos: El primero, “que les gusta escuchar sus propios discursos  filosóficos, no aportan, ni se comprometen, son egocéntricos, puro bla bla. El segundo, los que viven molestos con todo mundo, quiere que les obedezca la gente ciegamente. Consideran que sus análisis son únicos y verdaderos, son personas bien informadas, frecuentemente injustos con los demás que no tienen disciplina del conocimiento”.

Indiferentes y sin organización.  De estos señala a tres tipos.- El primero es como, “el avestruz, no mira, no oye, no siente, se queda  callado nunca opina y si lo hace no sabe nada. El segundo, son los  desinformados e ignorantes, no conocen nada, trabajan ciegamente, no  saben que pagan impuestos”.

Y el tercero, que valora como “los violentos de boca/palabras que quieren cambio ya. Este grupo social es la mayoría ciudadana, sin  partido, sin organización y aparentemente pertenecen a la clase media-baja, un poco son de clase media-media, y una muy reducida parte de la  clase alta. Al parecer, están a la espera de los cambios para montarse en el caballo ganador, son oportunistas”.

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