Familiares de la presa política Amaya Coppens denunciaron este martes -luego de sostener una visita con la joven- que la líder estudiantil fue golpeada por una de las oficiales que la custodia y que se le continúa negando las medicinas.
“Nos acabamos de enterar que una de las custodias pateó a Amaya. La golpeó una de las oficiales que la custodia. Fue una de las custodias que estaba agresiva y de mala gana. Aparentemente solo golpearon a Amaya”, denunció la madre de Coppens, Tamara Zamora.
Los padres de la líder de las protestas se enteraron que su hija fue golpeada minutos después de retirarse de la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como “El Chipote Nuevo”, donde este martes les permitieron sostener una visita de 20 minutos con la joven.
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“Las presas políticas que estaba saliendo a visita les dijeron a sus familiares que vieron cuando una custodia que llevaba a Amaya la pateó. Estoy segura de quién es esa oficial por la descripción que me dieron, denuncio a esa mujer que golpeó a mi hija”, dijo la madre de Coppens.
Sin medicinas
Zamora explicó que, durante la visita, ella y su esposo Federico Coppens vieron a su hija mal de salud producto de la falta de las medicinas que necesita para controlar la presión.
“En la visita misma fue incómodo, un oficial se nos acercó agresivo, les estuvimos reclamando por los medicamentos de Amaya, porque ella tiene la presión elevada y nosotros ayer le pasamos los medicamentos y no se los pasaron. Cuando la vimos no estaba bien”, señaló la madre de Coppens.
Pide visita de la Cruz Roja Internacional
Zamora teme por la vida de su hija y, tras la golpiza de la que se enteró acaba de ser víctima, su zozobra es saber cómo está la líder estudiantil.
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“Exijo que me la dejen ver, pido compañía de la Cruz Roja Internacional y que me permitan saber la condición física de mi hija”, enfatizó Zamora.
Asimismo, responsabilizó al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y a las autoridades del Complejo Policial Evaristo Vásquez, conocido como “El Chipote Nuevo”, de “cualquier cosa mala que pueda atentar en contra de la vida de mi hija”.
Cabe mencionar que esta es la segunda ocasión en la que Coppens se convierte en una presa política del régimen Orteguista, en esta ocasión por llevar agua -el pasado 14 de noviembre- a las madres de presos políticos que sostenían una huelga de hambre en la Iglesia San Miguel en Masaya. Coppens fue excarcelada, a través de la polémica Ley de Amnistía, en junio pasado y ahora enfrenta un nuevo proceso judicial en el que la señalan -junto a otros 15 activistas- de tráfico ilegal de armas de fuego y municiones.
“Están en condiciones de tortura”
El papá de Coppens, Federico Coppens, también denunció que la situación carcelaria de su hija y de todos los presos políticos son “condiciones de tortura”, puesto que a los reos políticos los mantienen con las luces encendidas en todo momento, se les niega la medicina, les tiran los alimentos, los introducen en celdas de castigo y los arrastran por los pasillos del Complejo.
“Amaya está justo enfrente de una celda de castigo donde está un muchacho de Masaya de apellido Cárdenas, que su papá también está preso, y a ellos los han tratado muy mal. (Los mantienen) enchachados las 24 horas, los arrastran por el suelo, los golpean, los patean, realmente un trato degradante. A la Amaya no le han pasado el medicamento para la presión, vejaciones diarias en contra de todos los reos políticos”, denunció el padre de Coppens.
Federico Coppens sentenció que todas las violaciones que se han enterado se siguen cometiendo en contra de los reos políticos serán consolidadas y, posteriormente, denunciadas ante el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).