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Cáritas de Nicaragua

Desde que los Obispos de la Conferencia Episcopal, participaron como mediadores de la crisis sociopolítica el año pasado han sufrido agresiones, persecuciones y campañas difamatorias por parte del régimen y sus fanáticos. LAPRENSA/ Archivo.

Régimen orteguista mantiene retenidos contenedores a Cáritas de Nicaragua, la pastoral social de la Iglesia católica

El presidente de Cáritas de Nicaragua, monseñor Carlos Herrera, confirmó a LA PRENSA que los contenedores llevan retenidos aproximadamente un año

Monseñor Abelardo Mata, vocero de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), aseguró que el régimen de Daniel Ortega mantiene retenidos contenedores con donaciones a Cáritas de Nicaragua, la pastoral social de la Iglesia católica nicaragüense.

Mata explicó a LA PRENSA que entre los productos retenidos se encuentran “medicina y alimentos”. El presidente de Cáritas de Nicaragua, monseñor Carlos Herrera, confirmó a LA PRENSA que efectivamente los contenedores llevan retenidos aproximadamente un año.

Para el obispo Mata, la retención constante de las donaciones de Cáritas es una represalia del régimen orteguista en contra de la Iglesia católica.

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“En el fondo es un ejercicio de autoritarismo irracional. Nosotros somos los que tenemos la olla por el mango y si quieren funcionar deben hacer lo que nosotros queremos, ese es el mensaje que nos manda el régimen. ¿Y qué quieren ellos? Que uno caiga en silencio total y no podemos callar”, expresó el jerarca católico.

Constancias administrativas siguen en revisión

Asimismo, ambos líderes religiosos afirmaron que la dictadura continúa revisando desde hace un año las constancias emitidas por el Ministerio de Gobernación, las que avalan la documentación administrativa de la institución caritativa (actas de junta directiva, libros contables y donaciones recibidas).

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Mata explicó además que eso mismo le está sucediendo a la Diócesis de Estelí, que él dirige, donde el régimen también les revisa las constancias administrativas, lo que les impide operar correctamente.

“Todos los programas de Cáritas de Nicaragua y las diocesanas son programas sociales para ayudar a los más pobres, no hay nada de lucro. Esto refleja la falta de humanismo del régimen porque no está viendo las necesidades de los que sufren”, señaló Mata.

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Las donaciones que vienen para las obras sociales de Cáritas de Nicaragua principalmente provienen de Estados Unidos, Canadá y Alemania.

Desde que los obispos de la Conferencia Episcopal participaron como mediadores de la crisis sociopolítica el año pasado, han sufrido agresiones, persecuciones y campañas difamatorias por parte del régimen y sus fanáticos. El mismo Ortega los señaló de ser parte del supuesto intento de golpe de Estado, con el que la dictadura justificó las protestas en su contra para reprimir a la población que demandaba la salida del poder de la pareja dictadora conformada por Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Ortega durante su campaña de 2006 pidió perdón por los atropellos que hizo contra obispos y sacerdotes de la Iglesia católica, mientras gobernó en la década de los ochenta.

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Sin embargo, los ataques contra la jerarquía católica los volvió a retomar al regresar al poder en el 2007.

A partir de las protestas de abril d 2018, en las que la población ha demandado la salida de Ortega, el acoso y la represión orteguista ha llevado a que muchos sacerdotes se hayan ido al exilio para salvaguardar sus vidas.

Inicio de una guerra contra la Iglesia católica

El pasado 10 de julio, una portátil orteguista en compañía de parapolicías que ocultaban sus rostros con pasamontañas insultaban a obispos, sacerdotes, feligreses y hasta al representante del papa en Nicaragua, el nuncio Waldemar Sommertag. Los religiosos habían llegado a la Basílica de Diriamba para mediar en la liberación de feligreses que estaban secuestrados en ese templo por los violentos seguidores de Daniel Ortega.

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“Queremos la paz”, “asesinos”, “vendepatria”, gritaban los parapolicías y simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional a la delegación de la Arquidiócesis de Managua que llegó hasta Diriamba, en Carazo, a mediar en el conflicto.

En esa agresión orteguista salió herido monseñor Silvio Báez, el padre Edwin Román y monseñor Miguel Mántica. Ese fue el inicio de la guerra orteguista contra la Iglesia católica.

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