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Francys Valdivia, presidenta de Madres de Abril. LAPRENSA/Cortesía

Francys Valdivia: “No podemos perdonar la masacre”

La presidenta de Madres de Abril, Francys Valdivia, asegura que cualquier acuerdo al que se llegue en torno al tema de justicia tiene que ser avalado por las víctimas

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A casi un año del asesinato de su hermano, Francys Valdivia todavía no puede hablar sobre él sin quebrarse. Llora y pide tiempo para contestar la pregunta. Se queda a medias. Y una vez finalizada la entrevista manda la respuesta por escrito.

“Me quedé pensando en esa pregunta, que es muy difícil para mí, pero quisiera agregar esto”, escribe por Whatsapp un mensaje en el que recuerda “la sonrisa hermosa” de su hermano Franco Valdivia Machado, asesinado en Estelí el 20 abril de 2018 durante la represión estatal, la complicidad de hermanos, las travesuras infantiles e inevitablemente la imagen del muchacho desangrado en el hospital.

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En más de 11 meses la vida de Francys Valdivia ha cambiado de forma radical. Ahora es la representante de la Asociación Madres de Abril (AMA), que aglutina a todas las madres y familiares de los autoconvocados asesinados en la represión cuyos casos han quedado todavía en la total impunidad. “Pero habrá justicia”, dice Francys, desde México donde está exiliada porque recibió amenazas de muerte en Nicaragua. “Aunque pasen los años, décadas, pero algún día los culpables tendrán que pagar por sus crímenes”, agrega.

En estos días que algún sector ha empezado a hablar de impunidad, amnistía y el diálogo entre el gobierno y la oposición ha quedado suspendido cuando se discutían los mecanismos de justicia, Francys Valdivia, a nombre de las madres de los fallecidos, asegura que cualquier arreglo tiene que ser avalado por las víctimas.

Con Francys hablamos sobre justicia e impunidad, el duelo de las víctimas, las dificultades del exilio y las condiciones que piden para regresar a su país “para llorar en paz” a sus familiares.

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¿Cómo ha cambiado su vida desde la muerte de su hermano?
De forma drástica, radical. Desde el asesinato de mi hermano ha sido una suma de pérdidas. Franco era mi único hermano. Luego de esto ha sido la pérdida de nuestra propia cotidianidad de vida, debido a que hemos estado en una lucha en todos los niveles: personal, familiar, y ha sido una suma de muchas de esas cosas e incluso yo tuve que salir de Nicaragua. Salí de forma obligada porque no quería salir, pero me di cuenta de que soy más útil desde donde estoy.

¿Cómo era la relación con su hermano?
Es una pregunta difícil, que me quiebra… Franco en los últimos años cambió para tratar de ser una mejor persona. No cualquier chavalo de 23 años se dedica a trabajar en un taller de carpintería, estudiar por las noches, obtener un promedio de un 95 por ciento, trabajar los fines de semanas de árbitro de softbol y beisbol, de crear una escuela virtual que la denominó la escuela del pensamiento. Estaba luchando por salir adelante y ser mejor. La relación con él era muy buena, como jóvenes los dos. De niños éramos cómplices en las travesuras y siempre le dije que contara conmigo y él también me lo decía. Yo lo extraño mucho y me duele todo lo que le hicieron: asesinarlo, arrastrarlo e irlo a tirar al hospital.

¿Por qué Franco se fue a protestar el día que lo mataron?
El jueves 19 de abril habíamos hablado y él estaba muy indignado por cómo la Policía había atacado a los ancianos y a él lo indignó mucho las imágenes del estudiante de la Universidad Nacional Agraria (UNA) que perdió el ojo. Ya no era posible seguir de forma pasiva y sin hacer nada ante las decisiones dictatoriales que estaba tomando el gobierno. Ese mismo día, el jueves por la noche, Franco hizo un poema que fue bastante premonitorio porque al día siguiente fue asesinado.

Cuando lo vieron salir, ¿se imaginaron que lo podían matar?
Nunca lo imaginamos, nunca. No podíamos imaginar que le iba a pasar algo o que ese día iba a haber una masacre.

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Francys Valdivia sostiene retrato de sus hermano, Franco, asesinado durante la represión. LAPRENSA/Cortesía

¿Cómo ha sido la búsqueda de justicia por este crimen?
Hicimos todo lo humana y legalmente posible. A pesar de que en su momento nosotros pedimos justicia, me presenté a la Policía para que entregaran el oficio para que el médico forense llegara y le practicara la autopsia cuando aún teníamos el cuerpo en la casa, pero me lo negaron. Días después hicimos la exhumación del cuerpo y le practicamos la autopsia porque queríamos saber la verdad y obtener justicia. Entonces como familia decidimos hacer todo eso y contar con pruebas científicas para tener certeza. Pero como es sabido, el dictamen forense fue entregado a la Fiscalía y esta nos cerró las puertas porque ahí tienen las pruebas irrefutables que dan con el asesino.

¿La Policía no les dio una versión o hipótesis del asesinato?
No, no dio ningún informe. La información preliminar nosotros la tenemos por los hallazgos de la autopsia porque estuvo una tercera persona supervisando. El estado del caso quedó archivado totalmente, a pesar de que todas las semanas todavía se presentan escritos en la Fiscalía. Esto deja en evidencia la falta de acceso a la justicia.

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¿Cómo nace Madres de Abril?
La organización nace desde el 20 de abril, día que asesinaron a mi hermano y a Orlando Pérez, amigo de Franco. Entonces las dos familias emprendimos todo este proceso de búsqueda de justicia. Nosotros hicimos una serie de señalamientos a la Fiscalía e hicimos el primer plantón en Managua. Luego otras madres empezaron a llamarme, a pedirme ayuda para que las asesorara. De esa manera nos empezamos a organizar. Hubo unos asesores que nos apoyaron. Yo tenía experiencia porque trabajé en movimientos feministas y otros organismos y empezamos a unirnos, y la solidaridad de cada una; el dolor que teníamos, y la búsqueda de verdad y justicia nos formó como una asociación. Establecimos seis objetivos para buscar: verdad, justicia, reparación, construcción de memoria, defender los derechos humanos y desarrollar acciones de carácter social, económico, psicológico y médico.

¿Quién la eligió como presidenta?
Inicialmente la propuesta era que fuese una mamá, pero el día de la asamblea se acordó que en ese momento se necesitaba que alguien capacitado estuviera a cargo de la asociación y fue cuando me eligieron como presidenta. Los cargos son honorarios dentro del consejo directivo y tiene personas afiliadas en nueve departamentos del país, pero no puedo dar cifras de afiliados por seguridad de las mismas familias que así han decidido.

¿A qué obstáculos se han enfrentado?
La negativa de acceso a justicia. Y además de limitarnos de honrar a nuestros familiares, porque el sentir de las madres es que quisieran salir a marchar y llevar las fotos de sus hijos y la bandera, y eso actualmente en Nicaragua no es posible. Otro obstáculo que hemos tenido es la exclusión y el no reconocimiento del asesinato de nuestros familiares a través de la Comisión Porras.

¿Por qué usted se fue al exilio?
Por la persecución contra nosotros, las personas que hemos alzado la voz exigiendo verdad y justicia. Resultamos incómodas cuando conocemos, nos apropiamos y exigimos nuestros derechos. Contra mí hubo amenazas y por eso yo salí de Nicaragua.

¿Qué tan difícil ha sido el exilio?
Yo ni siquiera he podido llevar el duelo porque tengo asuntos que resolver, que sortear, que hacer, y no he tenido ni siquiera ese tiempo. Estoy lejos de mi madre, dejé mi casa, mi oficina, mis plantas, mi vida, todo. He llegado a un país nuevo a empezar desde cero y es venir con toda esta carga que la estoy llevando porque no podemos permitir que se den estos hechos y que queden en la impunidad.

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En la mesa de negociación se firmó un acuerdo acerca de las garantías de las libertades, entre ellas, que las personas fuera del país podrían regresar a Nicaragua sin que se les persiguiera. ¿Regresará a Nicaragua?
No, no. Eso no es ninguna garantía. Mientras no existan condiciones reales no podríamos regresar.

¿Cuáles serían esas condiciones?
Que exista proceso de acuerdos, de negociación y avances reales, en concreto, porque hasta la fecha no hemos tenido ningún tipo de avance sobre los temas planteados en la mesa de negociación.

¿Qué opinan ustedes sobre lo que ha sucedido la mesa de negociación entre el Gobierno y la Alianza?
Nosotros creemos que si no existen garantes internacionales o garantías necesarias, ahí no se está haciendo absolutamente nada. Ninguno de los acuerdos que han firmado ha sido cumplido. Entonces viene a la memoria aquella frase: “Firmar me harás, cumplir jamás”.

Se supone que si los miembros de la Alianza están en una negociación es porque, además de exigir también tienen que ceder. ¿Las madres y familiares de las víctimas pudieran perdonar?
No, no. Jamás. Es la posición de todos los familiares de los asesinados. No se puede ceder. Porque fue una masacre completa, todo lo cruel que fue, lo inhumano. Cómo arrebataron la vida de estos chavalos que regresaron la dignidad a Nicaragua, cómo fueron crueles con todos y eso no puede ni debe quedar impune. No se puede permitir porque sentaría un precedente para que otro dictador haga lo mismo por esta larga historia de perdones, impunidades y amnistías. La vida de todos era demasiado valiosa como para que nosotros traicionemos el legado que nos dejaron. Con la justicia no se puede ceder. De que habrá justicia,

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habrá. Si en 30 o 40 años la vamos a tener no importa, pero habrá porque esa es la determinación que tenemos.

Se habla mucho de la liberación de los presos políticos y del sufrimiento de los familiares. Para ellos ya se firmó un acuerdo en el cual se van a liberar a todos. ¿Pero ustedes, los familiares de las víctimas, qué piden en la negociación?
Nosotros seguimos diciendo que el tema de la justicia no puede ser abordado sin la participación de nosotros, los familiares de los asesinados. La participación de nosotros no es condicionada, es y debe ser autónoma y ahí se podrá definir los mecanismos para aplicar justicia. Así como hay un representante por cada sector ¿por qué nosotras no vamos a estar? En todos los procesos de justicia del mundo las víctimas son actores directos. Solo en Nicaragua no quieren que sea de esta manera. Por tanto, nosotros desautorizamos cualquier acuerdo que la Alianza y el Gobierno realicen en torno al tema de justicia sin nuestra participación.

“No se puede ceder. Porque fue una masacre completa, todo lo cruel que fue, lo inhumano. Cómo arrebataron la vida de estos chavalos que regresaron la dignidad a Nicaragua, cómo fueron crueles con todos y eso no puede ni debe quedar impune. No se puede permitir porque sentaría un precedente para que otro dictador haga lo mismo por esta larga historia de perdones, impunidades y amnistías”.
Francys Valdivia , presidenta de Madres de Abril

¿En algún momento de esta negociación los han consultado?
Esta semana sostuvimos una reunión con la Alianza. Nos entregaron copia de la propuesta de justicia del Gobierno. Y nosotros fuimos enfáticas en decirles que ellos están desautorizados para acordar sobre el tema sin la participación nuestra y sin los garantes internacionales.

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¿Qué tendría que pasar para que ustedes lleven mejor su duelo?
Que en Nicaragua se restituyan los derechos fundamentales. Y que exista un proceso de democratización y que Daniel Ortega se vaya, se vaya, se desaparezca… Que por supuesto regresen a Nicaragua los organismos internacionales para darle seguimiento y monitorear la situación. Y luego que se empiece a procesar a los responsables de cada uno de los asesinatos.

Francys Valdivia, presidenta de Madres de Abril. LAPRENSA/Cortesía

Plano personal

Francys Valdivia es originaria de Estelí y tiene 28 años de edad.

Está casada y es madre de dos niños. Actualmente está exiliada en México desde donde coordina a la organización Madres de Abril.

Franco Valdivia Machado, asesinado el 20 de abril, era su único hermano. El caso de Franco es uno de los mejor documentados de las víctimas de las protestas.

Es abogada defensora de derechos humanos con enfoque en derechos de la mujer y la familia.
Fue parte del equipo legal del Movimiento María Elena Cuadra.

Francys ha trabajado de cerca con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para la investigación de los hechos de la represión.

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