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El misterio de Bismarck Martínez, el sandinista desaparecido durante las protestas

Siete meses después de desaparecido y nadie sabe qué pasó con el trabajador de la Alcaldía de Managua que el orteguismo ha usado como el rostro de sus víctimas durante las protestas que iniciaron en abril pasado contra el régimen de Daniel Ortega

Bismarck de Jesús Martínez Sánchez, el militante del FSLN que lleva más de siete meses desaparecido, es ya casi como un “santo” dentro de las filas del orteguismo y es el rostro de las víctimas del lado rojinegro, producto de las protestas contra el régimen de Daniel Ortega que iniciaron en abril pasado.

El Gobierno ha construido barrios en varios departamentos del país que llevan su nombre y Rosario Murillo lo menciona con frecuencia en sus alocuciones diarias. “Querido compañero Bismarck Martínez. Lo tenemos en el corazón, nos inspira en nuestro trabajo de cada día, Bismarck Martínez”, dijo Murillo en noviembre pasado.

En uno de los actos públicos de la pareja presidencial, en septiembre del año pasado, en la tarima estaba un niño de 10 años de edad a la par de Ortega. Vestía una camiseta blanca con la leyenda: “Muerte al somocismo, Nicaragua puro amor por la paz”. En el cuello tenía anudada una pañoleta rojinegra y en las manos sostenía una foto de Martínez. Es el nieto del desaparecido y su abuelo le puso el nombre de José Daniel en honor a Ortega. En ese acto Ortega pidió justicia por la desaparición de Martínez.

Martínez está desaparecido desde la noche del viernes 29 de junio del año pasado, cuando supuestamente pasó en su vehículo por el tranque que estaba en el colegio San José de Jinotepe y habría sido “secuestrado, torturado y desaparecido” por las personas que lideraban dicho tranque.

Un video que circuló en las redes sociales muestra a Martínez desnudo, golpeado y encañonado con pistolas y un fusil. Además, le colocaron una cuerda en el cuello, simulando que lo iban a ahorcar.

La familia de Bismarck Martínez ha sido acompañada por la pareja presidencial tras la desaparición del militante sandinista. El niño de la imagen es José Daniel, nieto de Martínez, y lleva ese nombre por Ortega. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

“Siento que él ya no está con nosotros”, expresó su hija Mirlen Martínez Méndez, en septiembre pasado, en radio La Primerísima.

Para la elaboración de este artículo, la Revista Domingo buscó a los familiares de Martínez en su casa en la colonia Centroamérica, pero, a pesar de que también se les llamó en reiteradas ocasiones, no quisieron brindar la entrevista.

Un amigo, vecino y correligionario de Martínez, Rolando Cruz Castillo, explica que “es difícil creer que esté vivo” pero “abrigamos la esperanza”. El problema es que aún se desconoce el paradero del cuerpo de Martínez y tampoco existe algún testimonio que indique qué ocurrió con él exactamente.

Nacido en el barrio La Luz, en Managua, Bismarck Martínez se unió al FSLN en 1977 y desde entonces ha sido colaborador de esa organización. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

Hoja de vida rojinegra

Bismarck Martínez tiene un currículo largo en el sandinismo. En 1977 se unió al FSLN para luchar contra Somoza. Cuando triunfó la revolución, en 1979 se alistó como alfabetizador y también como voluntario en los cortes de café, caña de azúcar y algodón. Martínez también se enroló en las Milicias Populares Sandinistas.

En los años ochenta trabajó en la casa presidencial en la Dirección de Información y Comunicación (DIC), donde tuvo la oportunidad de ver de cerca a Daniel Ortega. De hecho, en honor a Ortega, en el 2008 Martínez le puso a uno de sus nietos el nombre de José Daniel.

La familia de Bismarck Martínez ha sido acompañada por la pareja presidencial tras la desaparición del militante sandinista. El niño de la imagen es José Daniel, nieto de Martínez, y lleva ese nombre por Ortega. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

El mismo nieto contó en radio La Primerísima que en el año 2008, cuando él no había nacido, su abuelo comenzó a buscarle nombre e indagó cuáles héroes sandinistas habían nacido en noviembre y encontró que un día 11 de ese mes había nacido Daniel Ortega.

Rolando Cruz Castillo explica que en la colonia Centroamérica, donde Martínez vive desde hace más de 30 años, es conocido por su destacada participación en el FSLN, como coordinador de los Consejos de Liderazgo Sandinistas (CLS) y laborando también en los centros de votación en los períodos electorales.

Revista Domingo buscó a los familiares de Martínez en su casa en la colonia Centroamérica, pero, a pesar de que también se les llamó en reiteradas ocasiones, no quisieron brindar la entrevista

Como si todo eso fuera poco, su esposa Mirlen Méndez era hasta enero de 2018 comisionada mayor de la Policía Orteguista. En octubre de 2009, Méndez fue criticada por aparecer en público, junto a las también comisionadas policiales Mercedes Ampié y Elízabeth Rodríguez, en una asamblea del FSLN para trabajar por la reelección presidencial de Daniel Ortega, prohibida en la Constitución Política de Nicaragua.

En los primeros días de diciembre pasado, a la comisionada mayor en retiro se le vio en la Fiscalía acusando al periodista Miguel Mora de promover el odio y de saber qué le pasó a su esposo Bismarck Martínez. “Hasta la fecha no hemos encontrado a mi esposo y Miguel Mora es sabedor, porque si él habla de las barbaridades que hacían en los tranques, exijo que nos diga el paradero de mi esposo”, dijo Méndez en la Fiscalía.

Mirlen Martínez Méndez y su progenitora, la comisionada mayor en retiro Mirlen Méndez, en campaña por Bismarck Martínez. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

Las protestas

Cuando iniciaron las protestas en contra de Daniel Ortega, entre el 18 y el 22 de abril pasado, a Bismarck Martínez lo llamaron para resguardar la casa sandinista que está en la Centroamérica. Existía la amenaza de que supuestamente fuera atacada por las personas que protestaban y derribaban árboles de la vida cerca de la rotonda de la Centroamérica. Así lo cuenta su amigo y correligionario Rolando Cruz, quien también es su vecino.

“(En la casa sandinista) conversamos a baja voz (con Martínez) sobre la maledicencia de aquellos que a pocas cuadras estaban quemando árboles de la vida y arrasando con vallas publicitarias y pequeños negocios. Nunca vimos tanto odio en las personas. Recuerdo que intercambiamos imágenes y mensajes que en las redes sociales enviaban los golpistas, muchos de ellos vecinos con los que nos mirábamos y abrazábamos en la iglesia de Fátima”, escribió Cruz.

Según Cruz, de Martínez dijeron que iba a dinamitar la iglesia católica que está en la Centroamérica, lo cual tildó de falso porque su amigo desaparecido es un gran católico y todavía el 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, fue a la iglesia a pagar una promesa.

Martínez, quien desde el 2002 es trabajador de la Alcaldía de Managua y tenía el cargo de director de Ornato, era “el rey de los jardines”, afirma Cruz. Martínez era el encargado de adornar con flores los proyectos del Gobierno como el Paseo Salvador Allende, los parques de Managua, las rotondas y otros lugares públicos.

Bismarck Martínez era el jefe de ornato en la Alcaldía de Managua y a él se le atribuye el adorno con flores de muchos lugares públicos de la capital, especialmente parques y rotondas. LA PRENSA/ ARCHIVO

La hija de Martínez, Mirlen, y su hijo José Daniel, recuerdan que el Día de las Madres lo pasaron en Managua, pero el 31 de mayo se fueron a otra casa en Jinotepe. Martínez se quedó en Managua por su trabajo.

En Jinotepe, Mirlen Martínez dice que vivía por el colegio San José, donde hubo un tranque, supuestamente el más fuerte de esa ciudad. A pesar de que a veces no podía salir de su casa ni siquiera para ir a comprar al mercado, Mirlen dice que en varias ocasiones pasó por el tranque y pudo conocer quiénes estaban ahí, además de que en ese lugar vio drogas, armas y violencia.

Agobiado por la situación que estaba viviendo su familia en Jinotepe, Bismarck Martínez habría decidido viajar a esa ciudad el viernes 29 de junio, después de salir de su trabajo en la Alcaldía de Managua.

El caso de Bismarck Martínez no ha sido tomado en cuenta por los organismos de derechos humanos, se quejan sus familiares, aunque la mayoría de los organismos explican que la familia no ha acudido a ellos sino solo al gobierno. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

La desaparición

Sin saber que su esposo supuestamente ya estaba en Jinotepe, a las 8:30 de la noche de ese viernes 29 de junio, Mirlen Méndez habló con él por teléfono. Según lo que cuenta su hija Mirlen, lo notó nervioso.

“Tengo un problemita, tengo un problemita, llamo luego”, dijo Martínez por el celular. La esposa le habría aconsejado que mejor no viajara a Jinotepe.

Al no saber nada de él en las siguientes horas, la familia lo notó raro porque él siempre contestaba las llamadas, pero pensaron que tal vez se había ido “de parranda” o se le había dañado el teléfono.

Sin embargo, poco después la Policía les comunicó que las investigaciones arrojaban que a Bismarck Martínez lo tenían en el tranque del colegio San José.

Mirlen Martínez Méndez dijo en radio La Primerísima que ella, un hermano y un amigo fueron al tranque a buscar a su papá. “Aquí no está”, le dijeron, al tiempo que les advirtieron que salieran del lugar porque iba a haber un ataque contra el mismo. Allí, Mirlen Martínez asegura que vio a Nahomy, la comandante Masha, dando la orden de que los sacaran del sitio.

Posteriormente la familia de Martínez fue donde el cardenal Leopoldo Brenes estaba recogiendo denuncias, pero un sacerdote les dijo que allí no les podían dar respuesta. Mirlen Martínez relata que también fueron a la CIDH, donde solo les dijeron que a su papá lo tenían en la lista.

En su desesperación, Mirlen Martínez asegura que trató de ir a las marchas de los autoconvocados para pedirle a la comandante Masha que le dijera dónde está su papá, pero fue imposible. La comandante Masha estaba bien escoltada.

En esos días apareció en las redes el video donde están torturando a Bismarck Martínez. Fueron momentos terribles, explica Mirlen, quien en un primer momento trató de que el niño José Daniel no viera la grabación, pero no se pudo evitar.

El niño José Daniel explicó también en La Primerísima que cuando ve el video se concentra solo en ver a su abuelo y no le pone mente a la tortura que está recibiendo. De su abuelo, él recuerda que lo sacaba a pasear pero también que le enseñaba sobre el sandinismo. En los videos, José Daniel habla del sandinismo y de la “violencia de los golpistas” como un adulto.

Mirlen Martínez afirma que en todo momento la Policía ha acompañado a la familia y que a diario están en contacto y habla de otros videos que aún no han salido a la luz pública y en los que se observa a los torturadores gritándole a Bismarck: “Sos el perro de Daniel Ortega”.

“Le querían prender fuego”, dice Mirlen, quien también señala que en esos otros videos se ve a médicos entre los torturadores.

El tranque que estaba ubicado cerca del colegio San José, en Jinotepe, supuesto escenario donde habría sido secuestrado el militante del FSLN, Bismarck Martínez. LA PRENSA/ ARCHIVO

Acusado

A pesar de que no se sabe qué pasó realmente con Bismarck Martínez, en el Juzgado Noveno Distrito Penal de Juicio de Managua hay ocho personas acusadas por el secuestro del militante sandinista.

Uno de esos imputados es Ronald Fernando Avilés Liebol. El 5 de octubre pasado, Avilés salió de su casa para ir a una fiesta de cumpleaños con una joven con la que él se comunicaba por messenger.

Un taxi pasó por él. Lo recogió cerca de su casa, en Managua. Cuando Avilés se subió al vehículo, ya estaba a bordo un paramilitar, según le contó a su madre varios días después de ser apresado.

Ronald Fernando Avilés, procesado por el presunto secuestro de Bismarck Martínez. LA PRENSA/ CORTESÍA

En el sector del Guanacaste, cerca de Monseñor Lezcano, una camioneta con paramilitares y policías lo estaban esperando. Hicieron que se subiera a la tina y lo encapucharon. La muchacha que conoció por Facebook, Estela Lacayo, no apareció por ninguna parte.

Esa noche la pasó en la Estación Cinco de Policía y al día siguiente le pusieron un pasamontañas y lo llevaron a Carazo. “Lo anduvieron encapuchado y anduvieron haciendo como un fotomontaje. Y le decían: ‘Hijo de la tal por cual, confesá. Decí que vos fuiste’. Y le decían otras cosas. Pero la misericordia de Dios le salvó la vida porque él iba para una fosa”, narra con voz entrecortada la madre de Avilés, quien no quiso dar su nombre al público.

Según cuenta la madre, bajo un torrente de lluvia a Avilés “lo cargaron a patadas” cerca del colegio San José, por el Estadio de Jinotepe, Carazo. La escena fue vista a lo largo por personas conocidas de la familia de Avilés, quienes lograron identificar al joven cuando los policías le quitaron la capucha y les avisaron.

Posteriormente lo llevaron por la carretera a El Crucero. “Tenemos orden de desaparecerte” fue parte de las amenazas que según la madre recibió su hijo. “Un tal coronel García le dijo: ‘Vos sos el que va a pagar por todo. Voy a pedir la pena máxima para vos’. Así se lo dijo”, y Avilés no entendía a qué se referían, narra su progenitora, quien conoció todos estos detalles hasta que logró ver a su hijo 10 días después de la captura.

La madre de Ronald Fernando Avilés acudió a la CPDH en busca de apoyo por el encarcelamiento de su hijo, quien está siendo acusado por el supuesto secuestro de Bismarck Martínez. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Una llamada fue determinante en el destino de Avilés. La orden había cambiado. Tenían que regresar con Avilés vivo a El Chipote. “Yo creo que ni ellos sabían quién los llamó. Ya fue mi Dios que hizo el milagro para que no me lo mataran”, agradece la mujer.
El proceso judicial de Avilés Liebol se ha reprogramado unas seis veces, lo que para la madre son “situaciones anómalas”. Avilés permanece recluido en las celdas de La Modelo donde recibe amenazas psicológicas y atentan contra su salud con el mal cuido que le dan los oficiales a las comidas que recibe. Incluso, Avilés ha ingerido alimentos revueltos con detergente o con tierra, “por pura maldad de los oficiales”, asegura su madre.

En defensa de su hijo, la progenitora de Avilés también afirma que ella desconoce por qué lo vinculan con la desaparición de Martínez y no sabe si su hijo participó en marchas o no. “Que yo sepa no. Ni aquí en Managua ni allá en Jinotepe”, afirma la señora.


Investigaciones sin resultado

Más de siete meses después de la desaparición de Bismarck Martínez, y a pesar de muchos rumores, oficialmente no hay datos exactos sobre su paradero, aunque sus familiares indican que la Policía está en frecuente contacto con ellos.

Su amigo Rolando Cruz explica que es difícil hallar un cuerpo y que en la meseta de los pueblos, especialmente en Jinotepe, se habla de que hay cuerpos enterrados.

A pesar de ser una de las víctimas más relevantes del orteguismo, nadie sabe qué pasó exactamente con él, más allá de que hay ocho personas acusadas por su secuestro y solamente una detenida. Sin embargo, las esperanzas de encontrarlo con vida son pocas entre sus familiares. Solo su nieto, José Daniel, el tocayo de Ortega, afirma con seguridad que su papá (no le gustaba que le llamara abuelo) está vivo.


La CIDH, el Cenidh y la CPDH

Los familiares de Bismarck Martínez se quejan de que los organismos de Derechos Humanos, tanto nacionales como internacionales, no se han ocupado del caso solo porque se trata de un militante sandinista. Añaden que solo la progobierno Comisión de la Verdad, Justicia y Paz los ha ayudado.

Sin embargo, un informe de la CIDH indica que este organismo internacional sí vio el caso y otorgó medidas cautelares a favor de Martínez, porque consideran que su integridad se encuentra en riesgo. De acuerdo con la CIDH, le han pedido información al Gobierno sobre el caso, pero no han obtenido respuesta. Además, han conminado al Gobierno a que investigue el paradero de Martínez.

En el caso de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) el activista Pablo Cuevas indica que a esa oficina no ha llegado la denuncia por el caso de Martínez y que como CPDH siempre han atendido a quienes llegan a pedir apoyo y recordó que en los años setenta del siglo pasado, cuando los sandinistas luchaban contra Somoza, la CPDH fue defensora de los derechos humanos de los guerrilleros.

El defensor de Derechos Humanos, Gonzalo Carrión, indicó que no todas las muertes ocurridas durante las protestas fueron denunciadas en el Cenidh y que en el caso de Bismarck Martínez el Estado y partido de gobierno han impulsado la denuncia por decisión propia sin acudir al Cenidh.

Tomatierras
Estos son los primeros lotes del programa Bismarck Martínez que el gobierno entregó en Managua y están ubicados en la parte norte del camino a Las Jagüitas. LAPRENSA/ ARCHIVO JADER FLORES

Las viviendas Bismarck Martínez

Como homenaje a Bismarck Martínez y a todos los sandinistas víctimas de violencia durante las protestas que iniciaron en abril pasado, el Gobierno creó un programa de viviendas que se llama Bismarck Martínez.

A inicios de octubre pasado, Rosario Murillo anunció que unas 50 familias serían las primeras beneficiadas del programa, que desde entonces se ha extendido de Managua a otros departamentos.

En Managua este programa se ubica en el Distrito Siete y lleva ya dos etapas.

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