Aunque el régimen Ortega-Murillo afirma que el país ha vuelto a la normalidad y pregona la llegada de cada crucero que arriba al país, la presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), Lucy Valenti, aseguró ayer que este tipo de viajero si bien ayuda a dinamizar el sector, el impacto del gasto de este es limitado.
Además reiteró que para sacar a flote al turismo esto pasa por un proceso de retomar el diálogo y regresar la confianza en Nicaragua.
Valenti explicó que si bien los cruceros continúan llegan a Nicaragua, la mayoría de los cruceristas optó por no descender de las embarcaciones.
“Nosotros siempre hemos dicho que es una actividad (la llegada de cruceros) importante de la actividad turística, por cuanto ayudan a dinamizar localmente donde ellos llegan, pero el impacto económico no es tan fuerte, porque no pernoctan, están en el país alrededor de unas cinco horas, entonces el impacto no es muy grande, considerando el total del aporte de la actividad turística a la economía, es importante porque si la experiencia de ese excursionista fue buena en el país posiblemente va a regresar”, dijo Valenti.
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Este año el periodo de llegada de cruceros arrancó el 2 de octubre con la cancelación de uno de las naves marítimas y desde entonces en la temporada 2018-2019 han arribado al país 18, según cifras del Instituto Nicaragüense de Turismo.
Hasta el segundo trimestre de este año los excursionistas que llegaron mediante cruceros gastaron en promedio por día 57.7 dólares.
El anuario estadístico del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) 2017 detalla que en ese año vinieron al país 88 cruceros con unos 139,013 tripulantes, de los cuales 52,201 realizaron un tour. Se estima que en promedio cada visitante gastó 43.9 dólares, que se mantiene en la línea del gasto medio global.
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Un año difícil
Valenti manifestó que el 2018 fue un año muy difícil para el turismo, ya que todas las perspectivas de crecimiento se vinieron abajo y recuperar la confianza que había ganado el país tardará años.
“Estamos manteniendo las proyecciones que hicimos por septiembre con todas las asociaciones, por ejemplo uno de los sectores más afectados fueron los turoperadores, que quedaron operando al 10 por ciento al cierre del año y reportan pérdidas”, sostuvo.
Hasta junio las turoperadoras reportaban que la mayoría de las reservaciones que tenían en diciembre habían sido canceladas por los turistas, debido a la mala imagen que se proyectó del país.
Pequeños hoteles no levantan cabeza
En relación con los pequeños hoteles, sostuvo que en promedio la ocupación se mantuvo entre un 5 y 10 por ciento desde que inició la crisis.
“Ellos (los pequeños hoteles) tenían la expectativa que en el mes de diciembre, con las vacaciones, iban a poder tener un poco más de ocupación, y estaban proyectando entre el 25 y 30 por ciento de ocupación en diciembre, pero aún no sabemos, y eso reduciendo sus tarifas hasta un 50 por ciento”, sostuvo Valenti, quien señaló que los dueños de estos hoteles optaron por no contratar, sino que los mismos familiares se quedaron atendiendo a los huéspedes.
Mientras que los hoteles grandes o de franquicias internacionales van a cerrar con 41 por ciento menos en ventas y la ocupación promedio del año fue 38.4 por ciento, cuando en años anteriores su ocupación andaba en un 65 por ciento.
La crisis sociopolítica también afectó a quienes se dedican a la renta de vehículo, que por lo general eran alquilados por extranjeros.
El reporte de este gremio hecho a Canatur es que van a cerrar el año con 35 por ciento menos de flota, un 30 por ciento menos de colaboradores, un 30 por ciento menos de sucursales y un 50 por ciento menos en ventas.
En el caso de los bares y restaurantes, las ventas se mantienen al cerrar el año un 50 por ciento menos, un 30 por ciento de locales han cerrado y reportan un 35 por ciento menos de colaboradores.
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Se reducen frecuencias de viajes en diciembre
P ese a que la mayoría del sector turístico tenía la expectativa que en diciembre mejorarían las ventas y los negocios, en el caso de las aerolíneas, estas redujeron su frecuencia.
“En cuanto a las líneas aéreas, contrario a lo que se esperaba que en el mes de diciembre iban a aumentar vuelos, más bien mantuvieron los vuelos que tenían en septiembre y otras redujeron su frecuencia, por ejemplo, en febrero la frecuencia semanal de vuelo era de 149, en septiembre fue de 74 y en diciembre bajó a 67 vuelos a la semana”, agregó Valenti.
La llegada de pasajeros a Nicaragua disminuyó dramáticamente a raíz de la crisis sociopolítica que estalló en abril. Según estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN), en el período de abril a septiembre hubo 46 por ciento de personas menos que llegaron al país a través del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino de lo que hubo en los mismos meses del año pasado.