La historiadora y exguerrillera sandinista Mónica Baltodano aseguró que el partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), fundado por Carlos Fonseca Amador en 1961, ya no existe, porque quien lo dirige ahora, Daniel Ortega, actúa diferente a los principios que cultivó su creador.
Este 8 de noviembre que se conmemoró el 42 aniversario de la muerte de Fonseca Amador, funcionarios sandinistas compararon a Ortega con este personaje, pero Baltodano más bien dice que el actual gobernante de Nicaragua es la antítesis del fundador del FSLN.
“La conducta y práctica de Ortega lo pone más bien en el otro extremo de Carlos Fonseca y de Sandino. Ortega propició la entrega del país a las transnacionales, Ortega repitió todas las prácticas dictatoriales y tiránicas de Somoza y ha terminado en convertirse en el ‘carnicero de El Carmen’.
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«Nada más alejado de la vida austera y moralmente pulcra de Carlos Fonseca. Carlos fue siempre respetuoso de las mujeres y, en cambio, Ortega es acusado de perversiones, como las cometidas contra Zoilamérica y otras niñas”, manifestó Baltodano.

Baltodano, quien se ha dedicado a recoger la historia del sandinismo y sus actores en una compilación de escritos que llamó “Memorias de la Lucha Sandinista”, describe a Fonseca como “el sandinista más lúcido, estudioso, honesto y consecuente que tuvo el FSLN en toda su historia”.
“Un héroe de la lucha contra la dictadura somocista, que aspiraba también a transformaciones profundas, no solo la de acabar con esa dictadura sino la de realizar cambios en lo económico, político, social y cultural, para que tuviésemos una nueva Nicaragua”, manifestó Baltodano.
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La exguerrillera sandinista expresó que el legado de Fonseca fue el rescate que hizo de la figura del general Augusto C. Sandino, “como el más grande héroe antimperialista y nacionalista. Hizo de Sandino el vértice de nuestra historia política”.
“Los agudos análisis de la realidad nicaragüense, estudios que en muchas partes siguen vigentes.
Porque todavía persisten en la Nicaragua de hoy grandes desequilibrios en materia de riqueza concentrada y pobreza que padecen las grandes mayorías, es decir la injusticia social. La urgencia de rescatar la soberanía, también de actualidad, y ahora más que nunca es vigente su pensamiento en contra de la violación de derechos políticos y sociales que hizo la dictadura somocista, y que ahora hace la dictadura orteguista”, dijo Baltodano.