La dirigencia política del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Granada, comenzó a distribuir este jueves una nueva ficha para asegurarse la militancia partidaria entre los trabajadores del Estado.
Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta designada, Rosario Murillo, buscan retener a sus militantes a pesar del rechazo que ha mostrado el pueblo a través de diversas formas de protestas, según denunciaron varios empleados del estado que prefirieron omitir su nombre.
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Dichos trabajadores estatales denunciaron a LA PRENSA, bajo condición a anonimato por temor a represalias del gobierno, que muchos de los que han llenado la ficha, no están de acuerdo con los desmanes que el orteguismo desde el poder está cometiendo, pero han sido forzados bajo el temor de perder sus empleos.

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También revelaron que hay personas que se infiltran en las instituciones estatales con el aval del delegado o director, para investigar a cada empleado público, y determinar si este está vinculado a las protestas antigubernamentales.
Irrumpen privacidad de los trabajadores
Otra de las anomalías que los trabajadores estatales han denunciado es que les arrebatan los teléfonos celulares de repente, y se lo pasan a otro infiltrado para que se los revise.

En Granada, los directores y delegados de Gobierno son militantes del partido sandinista y se rigen a esos lineamientos. Éste modelo ha provocado rechazo de los pobladores a estos funcionarios públicos.
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Según los denunciantes, el Mined es uno de los más afectados porque usan a niños y jóvenes, a través de maestros, paras tareas de adoctrinamiento político y espionaje.