Daniel Ortega, presidente designado por el poder electoral, aseguró el pasado 16 de mayo que “nunca” asaltó negocios ni promovió la violencia durante su lucha política, pero las páginas de la Historia no olvidarán que él, junto con otros líderes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), dirigió asonadas, tranques, huelgas, destrucción de los edificios públicos y promovió el caos en el país durante los gobiernos democráticamente electos.
Durante los gobiernos de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños Geyer (2002-2007), los grupos sandinistas hacían violentas protestas que implicaban tranques con las características quemas de llantas, levantamiento de barricadas y enfrentamientos con la Policía, además de la destrucción de la propiedad del Estado.
Managua cercada, tituló el Diario LA PRENSA en su edición del 22 de septiembre de 1993. La nota reporta que “por lo menos 60 barricadas fueron colocadas a partir de anoche en varios puntos de la capital, que amaneció virtualmente cercada por grupos infiltrados en el paro de los transportistas y que se niegan a ceder el paso a quienes intentan realizar sus diligencias”.
Transportistas y sindicalistas sandinistas de la cooperativa Parrales Vallejos protestaban en el aquel entonces contra el impuesto de tenencia vehicular.
Matan a jefe policial en tranque de Managua
Debido a los cruentos enfrentamientos del 21 de septiembre de 1993 murieron dos personas: una civil, Romelda Martínez, y el subcomandante de la Policía Nacional, Saúl Álvarez Ramírez.
Álvarez fue alcanzado por una bala en el bulevar de la Carretera Norte de Managua, donde se enfrentaban transportistas y policías que intentaban quitar el tranque.
LA PRENSA documentó que los manifestantes en los tranques recibían la visita de dirigentes sandinistas, en aquel entonces de Lucio Jiménez, de la organización sandinista Frente Nacional de Trabajadores (FNT).
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La presidenta Barrios de Chamorro acusó directamente al secretario general del FSLN, Daniel Ortega, de ser responsable de los cuatro días de violentas asonadas.
La reconstrucción de las carreteras de Managua, después de la protesta de los transportistas, tuvo un costo de dos millones de dólares, según el alcalde capitalino de ese entonces, Arnoldo Alemán.
Empresarios calificaban de “sabotaje”
Desde los primeros meses del gobierno de Barrios de Chamorro (1990), los sandinistas activaron su fuerza en el FNT. Los sandinistas despuntaron protestando por los derechos de los trabajadores, se tomaban las empresas, las saqueaban y no dejaban entrar a los trabajadores, lo que fue calificado por empresarios como un “sabotaje” al plan económico del Gobierno en esa época.
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En 1995 la protesta de los estudiantes universitarios sandinistas en Managua dejó pérdidas por 100,000 dólares, debido a la destrucción de carreteras, de edificios públicos, de sistemas eléctricos, rótulos viales, entre otros daños, según reportó la Alcaldía de Managua el 20 de diciembre.
En abril de 1997, al inicio del gobierno de Arnoldo Alemán, los tranques liderados por los sandinistas crearon una crisis de gas y de combustible en Chinandega, Granada y Rivas. Los tranques evitaban el paso de las pipas de gas hacia estas ciudades, según reportó LA PRENSA el 18 de abril de 1997.
El FNT era la organización sandinista más beligerante para elaborar planes de rebelión con simpatizantes sandinistas. Sin embargo, el pueblo en general y la mayoría de los trabajadores fuera del FNT rechazaban las asonadas, huelgas y tranques.
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Ortega regresó al poder en 2007 y se ha mantenido en el mismo los últimos 11 años a través de ilegalidades y fraudes electorales. No obstante, en los últimos 36 días la población comenzó a demandar su renuncia, debido a la masacre de 78 personas que han participado en protestas contra su gobierno.
Este miércoles, en la última sesión del Diálogo Nacional que fue suspendido, el rector de la Universidad Americana (UAM), Ernesto Medina —a quien Ortega no quería en la mesa de diálogo—, le recordó a los representantes del gobierno sandinista que los tranques que el gobierno de Ortega pide quitar, fueron una receta aprendida de los sandinistas.
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“Aquí habemos muchos que tenemos doctorados en tranques, en asonadas y ahora no vamos a hacernos los inocentes. De nosotros es que estos muchachos han aprendido a hacer tranques y asonadas y en ese entonces eran correctos, porque gobernábamos desde abajo”, dijo Medina, a quien Sandra Ramos, del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, le cedió la palabra para hablar en la mesa de diálogo.