Después de ser el principal punto de reunión de los capitalinos, el revitalizado centro histórico se convirtió en un lugar desolado y de constantes rondas por parte de la Policía Nacional, ante el temor de que los manifestantes intenten botar las gigantescas estructuras metálicas llamadas por el oficialismo árboles de la vida.
Los pocos vendedores por cuenta propia que hay por estos días en la zona coinciden en que se pueden contar con los dedos de las manos las personas que llegan exactamente al sector del malecón de Managua, zona que ha recibido jugosas inversiones para desarrollar espacios de recreación y convivencia para las familias.
“Son pocas las personas que vienen a dar su vuelta. Antes de que empezaran las protestas en las noches se llenaba y más en fines de semana, pero eso ha cambiado. Y los que vienen es solo por momentos, eso nos afecta porque es casi nula la venta”, se quejó un comerciante.
Antes del 18 de abril el malecón gozaba de una envidiable asistencia. Personas en los tiangues, caminatas por una parte de la Avenida Bolívar, visitas al Paseo Xolotlán, Plaza de la Revolución, Paseo de los Estudiantes y el puerto Salvador Allende. Ahora estos espacios tienen poca visita.
Acciones preventivas en la Hugo Chávez
El lunes 14 de mayo se colocaron barreras de concreto (llamadas jersey) en la parte norte de la rotonda Hugo Chávez, para prevenir un ataque a la estructura de metal,resguardadas en la parte de atrás por tres armazones amarillos.
Además, la zona está vigilada por policías antimotines para evitar cualquier intento de derribo de las estructuras que en el malecón y Avenida Bolívar, que son las zonas donde más árboles de la vida hay.
Resguardado por la Policía
Antes de que estallaran las protestas solo los guardas de seguridad se miraban en la zona del malecón y la Bolívar, pero ahora patrullas y motorizados de la Policía Nacional rondan constantemente todo el perímetro de esta parte del centro histórico.