Cada vez que un “árbol de la vida” es derribado, los pobladores a su alrededor gritan, los patean y saltan sobre ellos. Estas estructuras metálicas, coloridas y de unos 20 metros de altura, se han convertido —junto a los grandes anuncios con los rostros de la pareja presidencial— en un blanco para desahogar la ira y el malestar contra el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta designados por el poder electoral, respectivamente.
Pobladores autoconvocados, que protestan desde hace siete días en Managua contra unas reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) —anuladas el domingo pasado por Ortega—, han derribado al menos ocho “árboles de la vida” y quemado otros más. Desde 2013, unas 140 de estas estructuras “adornan” las avenidas, carreteras y rotondas de Nicaragua. La inversión en cada uno de ellos asciende a más de 25 mil dólares.
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La excomandante Dora María Tellez considera que la decisión de botar esas estructuras “tiene que ver con derribar el simbolismo del poder”, que representa a Ortega y Murillo en el país.
Comenta que con esta acción los nicaragüenses “están diciendo en las calles: ´no queremos más imposiciones´”, de parte del Gobierno porque ellos “lo han impuesto”.
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— La Prensa Nicaragua (@laprensa) 20 de abril de 2018
Los árboles derribados estaban ubicados: uno en Carretera Norte, dos en la rotonda Jean Paul Genie, uno en la rotonda Cristo Rey, uno en la rotonda La Virgen, otro en el sector de la Universidad Nacional de Ingeniería, la rotonda Jean Paul Genie, en el sector de Ciudad Jardín y en el kilómetro 14 de la carretera a Masaya.
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Conciencia ambiental
Botar estas estructuras tálicas también tiene una connotación ambiental y los pobladores están diciendo “volvamos a la vida”, refiere Téllez. “Los jóvenes tienen una conciencia ambiental superior a las que otras generaciones tuvieron”, agrega.
Que el Gobierno de Ortega haya bordeado la Loma de Tiscapa con “árboles de la vida” significa, según Téllez, una protección a “la sede del poder”, ya que este lugar ha sido un “punto de referencia del poder en Nicaragua”.
Las estructuras no solo se han quedado en las calles, ya que la silueta de estos aparecen reflejadas en el documento del Presupuesto General de la República, los informes de las instituciones públicas y en las paredes de edificios gubernamentales.
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Varios árboles han sido cortados para colocar las estructuras metálicas en los puntos estratégicos capital.
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La excomandante considera que la ubicación de las estructuras “tiene ciertos elementos de una creencia mágica de Rosario Murillo”, ya que estas aparecen en la Cábala judía, la Biblia católica y representaciones artísticas.