En las comunidades de Nueva Guinea y El Tule, en el interior de Nicaragua, los campesinos han mantenido los plantones en demanda de justicia tras la represión del Estado que dejó una treintena de muertos en las protestas contra las reformas a la seguridad social, realizadas en su mayoría por jóvenes en diferentes ciudades del país.
La líder campesina, Francisca Ramírez, aseguró que lo que el Gobierno le ha llamado un diálogo para ella será una reunión pues “la palabra la tiene el pueblo”.
Ortega invitó a un diálogo, en medio de la crisis de su gobierno, ante las manifestaciones de rechazo contra él y su esposa Rosario Murillo.La Iglesia Católica aceptó participar como mediador y testigo en las conversaciones.
Ante el escenario del diálogo, Ramírez instó a la población a permanecer en las calles mientras quienes representen a los diferentes sectores de la sociedad platiquen con el Gobierno.
“Estamos pidiéndole al pueblo de Nicaragua que se pueda tomar las calles para que presione el cambio de este país, el cambio de este país que vivamos diferentes, que podamos tener paz, justicia, que puedan ser respetados nuestros derechos”, aseguró Ramírez.
La líder campesina manifestó que una de las principales demandas de la población será “que pueda haber libertad de expresión (…) que haya cárcel para los criminales, que tienen que ser encarcelados los criminales, eso es lo que queremos los nicaragüenses”.
Ramírez señaló que han observado intenciones de desacreditarles como movimiento campesino y como parte de estas acciones, la noche del miércoles grupos de vándalos pretendieron quemar el mercadito de Nueva Guinea, lo que fue impedido, e indicó que para demostrar que son gente de paz han buscado como garante al sacerdote de la localidad y por las noches han buscado refugio en la parroquia. “Porque se ve intención de un vandalismo del Gobierno que quiere vender otra imagen y no le vamos a permitir, hemos decidido ponerlo a él de garante en este municipio”, dijo la dirigente campesina.
Nury Sequeira aseguró que en El Tule mantienen los plantones pues los campesinos dicen que no los levantarán “mientras no quede esclarecido la muerte de los estudiantes y sobre todo porque todavía hay desaparecidos y no se sabe si están presos”.
Otra condena a represión
La juventud indígena miskita condenó los acontecimientos ocurridos en el país y las pérdidas de vidas, así como la violación de derechos humanos ocurridos durante las protestas registradas en el país. Igualmente los indígenas rechazan la persecución política que sufre la población universitaria en todo el país, por parte del Gobierno a través de sus aparatos de opresión como son los paramilitares (motorizados) y la Juventud Sandinista.
“Nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas universitarios, con los ancianos, con las familias de los caídos y con el pueblo de Nicaragua que se ha pronunciado en contra de la dictadura de la familia Ortega Murillo y nos sumamos a esta lucha por la vida, la libertad y el buen vivir”, dice el pronunciamiento de la juventud indígena miskitu.
“Hacemos un llamado al Gobierno de Nicaragua que reconsidere su política de opresión, despojo, persecución y dictadura, que recuerde que el pueblo es el que pone y quita autoridades , que el pueblo de Nicaragua es un pueblo luchador , que no se olvide de los errores del pasado”, advierten.
Indígenas relatan su caso
También señalan que ellos siguen con la denuncia de los actos violentos, criminalización, invasión y despojo de tierras indígenas por parte de los colonos “financiados por el Estado” y que se han incrementado en los últimos años, sobre todo en el Caribe Norte.
Señalan que la situación que sufren los comunitarios no ha sido posible superarla por la falta de voluntad política del Gobierno, a quien le siguen insistiendo la implementación de la etapa del saneamiento.
Recuerdan que este tipo de situaciones les ha llevado a esas poblaciones y a líderes indígenas a sufrir la amenaza constante, la persecución y la criminalización.
“Justicia para caídos”
A la par los indígenas exigen que el diálogo propuesto por el gobierno, en torno a la masacre de abril, sea transparente, imparcial y que toda negociación en nombre del pueblo sea favorable para los nicaragüenses.
“Que haya justicia para los caídos, que el poder público sea devuelto al pueblo, que en Nicaragua vuelva a ondear la bandera azul y blanco en vez de la roja y negra”, demandó la juventud indígena miskita. También exigen al Gobierno que deje de perseguir a las poblaciones que no son sandinistas.
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No desmontan tranques
Tanto el Tule (Río San Juan) como en Nueva Guinea (Caribe Sur) los tranques en las carreteras han causado que durante horas permanezcan estacionados camiones que ingresan al sector, ya sea con mercadería o para sacar algún tipo de producto. En el sector del Tule este jueves permitían el tránsito vehicular cada dos horas, explicaron sus dirigentes. Los campesinos de algunas comunidades de esos municipios suspendieron incluso actividades deportivas amistosas para participar en las acciones de protesta.
Lo que fue la represión
El 19 de Abril, las protestas en las que tuvieron una participación mayoritaria estudiantes universitarias, fueron teñidas de sangre por la represión violenta de las fuerzas policiales y paramilitares, protegidos por el Gobierno.
Hasta ayer LA PRENSA tenía verificado 32 muertes. La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha dicho que, según informaciones recibidas, y, por las características de las mismas, algunas equivalen a asesinatos. Hasta ahora no existe una cifra oficial de cuántas personas fueron en realidad detenidas por la Policía durante las violentas redadas que realizaron en diferentes partes del país, mientras se dieron las protestas. El martes, el subdirector de la Policía , Francisco Díaz se limitó a asegurar que todos habían sido liberados.
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