La carta de seis congresistas y cuatro senadores de Estados Unidos, enviada este viernes al presidente Donald Trump para pedir que se investigue a dos de los principales funcionarios del entorno de Daniel Ortega, retoma investigaciones de periodistas realizadas en Nicaragua.
El más cercano de los cuestionados es el tesorero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Francisco López Centeno, y el otro es el contador de votos del régimen, Roberto Rivas, actual presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) y a quien se le ha señalado de actos de corrupción desde hace más de 15 años.
“Le urgimos que tome medidas inmediatas para determinar si los ciudadanos nicaragüenses Roberto José Rivas Reyes y Francisco López cumplen los criterios para ser sancionados de acuerdo con la Ley (Magnitsky Act) por abusos contra los derechos humanos, corrupción y la ejecución de actividades ilícitas”, explicaron los legisladores.
La petición la firman los congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Albio Sires, Edward Royce, Eliot Engel, Paul Cook, Debbie Wasserman, así como los senadores Ted Cruz, Marco Rubio, Robert Menéndez y Bill Nelson.
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La riqueza de Rivas
Roberto Rivas es uno de los personajes más conocidos en la vida nacional, de los menos queridos, sus detractores llegaron a decir que es incalumniable, porque todo lo que se dice de él es verdad.
El expediente Rivas incluye compra de aviones, inscritos en Estados Unidos, pero también la adquisición de mansiones en Costa Rica, San Juan del Sur en Rivas y una lista de extravagancias que se ha permitido con un salario de cinco mil dólares mensuales, lo que hizo que a su fortuna sus críticos la llamaran inexplicable.
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Rivas tiene ya 22 años como magistrado electoral. Es presidente de este poder del Estado controlado por el partido de gobierno, y él mismo se ha encargado de tejer una relación estrecha con el Ejecutivo y personal con Daniel Ortega, a cuyos hijos (Laureano y Maurice) hospedó en Costa Rica cuando aquellos hacían estudios universitarios.
Dos dólares de capital
Según las investigaciones, la fortuna del magistrado en Costa Rica inició con un capital de dos dólares, que sirvió para crear la sociedad Chibilú del Oeste Sociedad Anónima, la dueña de los bienes familiares.
Protegido del cardenal Miguel Obando, arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Managua, la figura de Rivas ha girado en torno al religioso. Al magistrado le señalaron por perpetrar fraudes electorales a favor del FSLN desde 2008.
Antes la relación con el FSLN fue diferente. En 2002, previo a una reunión de Ortega con Obando, los sandinistas en la Contraloría estaban dispuestos a imponerle sanciones administrativas, pero al final estos retiraron sus firmas por órdenes de Ortega, tras los acuerdos entre el caudillo sandinista y el religioso. La alianza se sostiene en el tiempo.
El poder del Tesorero
La influencia de Francisco López Centeno, el otro funcionario nicaragüense que los legisladores piden que se investigue, radica en el control del negocio petrolero. Más de 3,200 millones de dólares fueron administrados de manera directa por la familia presidencial desde 2007 y él está en el vértice, en su carácter de vicepresidente de Alba de Nicaragua, SA (Albanisa). El ingeniero López es también protagonista de escándalos. Un nombre se repite en ellos Tecnologías y Sistemas, SA (Tecnosa), la empresa de sus familiares
Caso de Tectasa
Los legisladores estadounidenses mencionaron el caso del desvío de un millón de dólares de la cooperación venezolana, a una desconocida empresa Tecnologías y Sistemas de Tartastán (Tectasa). El dinero sería para la construcción del programa Calles para el Pueblo en las municipalidades en 2012, sin embargo no hubo tales contratos, tal como confirmó la Contraloría.
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La influencia de López en la extraña empresa quedó evidenciada, dado que su compañía familiar Tecnosa era la socia mayoritaria. Los otros eran los tártaros supuestamente. Sin embargo nadie sabía nada. “Estás descalificando y eso no conviene”, dijo López en 2013 cuando se le consultó por el caso.