Como una amenaza que atenta contra la cosecha local califican representantes del sector cafetalero la posibilidad de que las autoridades migratorias de Costa Rica “faciliten” la regularización de los trabajadores temporales que ingresen a su territorio para participar en actividades agrícolas, principalmente de recolección de las cosechas de café y otros cultivos.
De aprobarse esta medida, en Nicaragua se agudizaría la escasez de cortadores, que en el ciclo pasado provocó la caída de hasta trescientos mil quintales del grano y que en el actual, a pocos días del inicio oficial de la cosecha 2017-2018, el pasado 1 de octubre, productores de San Juan de Río Coco ya reportan problemas para conseguir cortadores.
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“Es una amenaza latente que junto con las consecuencias del cambio climático provocarían que se nos caiga gran parte de la cosecha que está empezando. Desgraciadamente por la vía legal no podemos impedir la migración de la mano de obra, pero si Costa Rica facilita el ingreso de cortadores, eso sería catastrófico para nosotros, especialmente porque las lluvias están estimulando la maduración prematura del grano”, advierte Aura Lila Sevilla Kuan, presidenta de la Alianza Nacional de Cafetaleros de Nicaragua (ANCN).
El fin de semana la directora de Migración y Extranjería de Costa Rica, Gisela Yockchen, confirmó a LA PRENSA que esa dependencia analiza la solicitud del Instituto del Café de Costa Rica (Icafe), de hacer más expedita y reducir el costos de regularización de los trabajadores temporales.
Según Yockchen, para obtener un cambio de categoría migratoria (extranjero que ingresa con visa de turista y solicita permiso de trabajo) el solicitante debe pagar 250 dólares y presentar una serie de documentos, que si se vienen a gestionar a Nicaragua implican otro gasto de hasta 250 dólares.
Se estima que cada año la agroindustria costarricense requiere de al menos 73 mil migrantes para recoger sus cosechas. De estos unos 40 mil son absorbidos por el sector cafetalero y el resto por las plantaciones de caña, naranjas, melones y otras.
Más obstáculos
A la posibilidad de que más cortadores migren, en Nicaragua se suma que con el inicio temprano de la cosecha —algunas zonas están en la etapa de graniteo y otras ya comenzaron a recoger— que muchos cortadores que tradicionalmente se trasladan a las fincas con sus familias, aún no lo hacen porque el año escolar aún no concluye.
José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan), cuestiona el tipo de políticas de desarrollo que impulsa el Gobierno local y espera que si las autoridades costarricenses buscan el apoyo de sus homólogas locales para concretar el traslado de estos trabajadores, no lo consigan. “Sería como mandar a cortar la cosecha de Costa Rica y dejar que la nuestra se caiga”, advierte.
Alex Castillo, secretario de capacitación de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), recuerda que el año pasado la mayor migración de cortadores se dio hacia Honduras y no a Costa Rica y asegura que de aprobarse una medida como la solicitada por el Icafe tendría que hacerse a través de un convenio con las autoridades locales.
“Eso se tiene que ver directamente con los grupos de trabajadores que irían a cortar café, entonces se tiene que hacer como acuerdo de país, porque si únicamente facilitan las medidas puede entrar cualquier persona y aprovechar la decisión y para controlar el flujo migratorio tiene que hacerse a través de un acuerdo país”, sostiene Castillo.
Hay que negociar
El establecimiento de este acuerdo, según la ATC, se podría aprovechar para frenar la salida masiva de cortadores, pero esto dependerá de las condiciones que ofrezcan las fincas locales. “Porque a nosotros lo que nos interesa es que los trabajadores ganen un poquito más, entonces tenemos que sentarnos a negociar la paga con las fincas”, dice Castillo.
“Estamos monitoreando la paga y andamos entre cincuenta y sesenta córdobas por lata más la alimentación, pero creo que el problema nuestro (no) es tanto de paga, sino de estabilidad laboral, la gente se va porque no podemos garantizarle trabajo el resto del año, por eso nos urge que arranque el Plan nacional de renovación, eso garantizaría la realización de otras actividades durante el resto del año”, dice Sevilla Kuan.
Mejorar condiciones para retener a cortadores
Buitrago considera que para retener a los trabajadores, además de garantizar mejor paga, las fincas deben proporcionar también buenas condiciones de alojamiento y alimentación. “Hay muchas cosas que se pueden hacer”, agregó.
Y sumado a esto, según Buitrago, los productores locales deberían también buscar cómo traer cortadores de los países vecinos, ya producto de las mejoras en la productividad y entrada en producción de nuevas plantaciones en cada ciclo el volumen de producción se incrementa y con ello la demanda de mano de obra para recoger la cosecha.
Negociación directa
Además de una buena paga la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) dice que las fincas deben garantizar a los cortadores una alimentación adecuada, que contenga las calorías que el trabajador requiere para reponer su fuerza de trabajo.
“También tiene que garantizar buenas condiciones en el lugar en que duermen, las guarderías también deben proporcionar guarderías para que los trabajadores tengan dónde dejar a sus hijos y negociar otros beneficios, porque solo así lograrán retener a los cortadores, de lo contrario se les caerá la cosecha”, advierte Alex Castillo, secretario de capacitación de la ATC.
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Según cálculos realizados el año pasado por representantes del gabinete de producción, Nicaragua requiere de al menos trescientos mil jornaleros para recoger y procesar la cosecha de café.