El presidente estadounidense Donald Trump anunció la tarde de este jueves que Estados Unidos abandona el Acuerdo de París que lucha contra el cambio climático.
Tal como prometió en su campaña electoral Trump sacó a Estados Unidos, el segundo mayor emisor de gases contaminantes, del pacto firmado por su antecesor, Barack Obama.
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El Acuerdo Climático de París, sellado en diciembre de 2015 por 195 países, establece un calendario de reducción de las emisiones para paliar los efectos del cambio climático.
De esta manera, Estados Unidos se suma a Nicaragua y Siria como los únicos tres países que no respaldan el tratado ambiental.
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El Acuerdo de París es considerado por muchos como el logro ambiental más importante de la historia por su alcance global y sus objetivos a largo plazo.
El mandatario aseguró, en rueda de prensa desde la Casa Blanca, que el Acuerdo de París es “un ejemplo de un trato desventajoso para Estados Unidos” y por eso “cesará todas las implementaciones” de los compromisos climáticos.
Bloqueo de Obama
La salida del pacto global no será en ningún caso inmediata, ya que Barack Obama se ocupó de que se incluyera un artículo en el mismo acuerdo que salvaguardara a Estados Unidos de un posible intento de salida, estando el país bajo una administración republicana.
De este modo, el punto 28 del Acuerdo de París indica que cualquier país que haya ratificado el acuerdo sólo podrá solicitar su salida del mismo tres años después de su entrada en vigor, esto es, el 4 de noviembre de 2019.
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Trump dijo querer que su país siga siendo un “líder” global en la protección del medioambiente, pero de manera “justa”, y denunció que el Acuerdo de París no es lo suficientemente duro para países como China o India.
Una vez hecha esa petición, la salida “surtirá efecto al cabo de un año contado desde la fecha en que el depositario haya recibido la notificación correspondiente”, por lo que Estados Unidos no tendría más remedio que seguir perteneciendo al mismo hasta el 4 de noviembre de 2020, curiosamente, un día después de las siguientes elecciones presidenciales norteamericanas.
Dejar Convención
La opción más rápida para un presidente que ha calificado de “un mal acuerdo” el pacto de París, es salirse de la “casa madre del acuerdo”: La Convención de Cambio Climático de las Naciones Unidas, a cuya creación y entrada de Estados Unidos como parte, en 1992, contribuyó precisamente un presidente republicano, George Bush padre.
Dejar la convención llevaría un año desde la fecha en la que se notifique, y con ello Estados Unidos perdería su silla en el foro donde se toman las decisiones sobre todo tipo de asuntos relacionados con el clima, como la captura y secuestro de carbono, que tanto interesa a la industria del carbón y que Trump utiliza como argumento para rechazar el Acuerdo de París.
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Estados Unidos perderá ahora todo el capital construido por Obama en decenas de acuerdos bilaterales —sólo con China hay media docena— relacionados con la transición hacia un mundo bajo en carbono, y cedería influencia estratégica a otras potencias que están esperando a asumir el liderazgo en la materia: la propia China, India y la UE, explicó Lara Lázaro, portavoz de cambio climático del Instituto Elcano.
Algunos de los principales intelectuales estadounidenses refieren que esta salida es como “pegarse un tiro en el pie” o como “convertir a Estados Unidos en un paria del cambio climático”.
“Aislacionismo”
Expertos consideran que Estados Unidos “no tiene absolutamente nada que ganar y sí mucho que perder” al salirse del Acuerdo de París, que, entre otras cosas, es de cumplimiento voluntario y sus compromisos de reducción de emisiones no arrancan hasta 2020.
Además, de las pérdidas en los puestos de trabajo que más crecen (los asociados a las renovables y las tecnologías limpias) y en competitividad, Estados Unidos se sumiría en el “aislacionismo” frente al multilateralismo existente desde la segunda Guerra Mundial, subrayó la directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales, Teresa Ribera.
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Si a Trump no le gusta el Acuerdo de París le bastaría con no preparar el terreno para cumplir con el objetivo al que Estados Unidos se había comprometido para 2025: una reducción de las emisiones de entre el 26 por ciento y el 28 por ciento en relación a las cifras de 2005.
Obama se lamenta
Independientemente de la salida de Estados Unidos, 37 estados y más de 400 ciudades norteamericanas cuentan con una regulación propia para impulsar las energías renovables y con metas de reducción de emisiones por lo que el impacto a corto plazo no sería notable en materia de mitigación, sí en la financiación climática que la Casa Blanca aporta a los países en desarrollo.
El expresidente estadounidense Barack Obama lamentó este jueves que con la retirada del Acuerdo de París anunciada por su sucesor, Donald Trump, Estados Unidos se sitúa en “el pequeño puñado de países que rechazan el futuro”.
“Aunque este Gobierno se une a un pequeño puñado de países que rechazan el futuro, confío en que nuestros estados, empresas y ciudades darán un paso al frente y harán aún más para liderar el camino” en la lucha contra el cambio climático, indicó Obama en un comunicado minutos después del anuncio de Trump.
Unión Europea: Pacto perdurará
La Unión Europea (UE) lamentó “profundamente” la decisión del presidente Trump de retirar a su país del Acuerdo de París, y garantizó que ese pacto “perdurará” y que Europa seguirá liderando la lucha contra el cambio climático.
“Hoy es un día triste para la comunidad global, ya que un socio clave vuelve la espalda a la lucha contra el cambio climático”, indicó el comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, en un comunicado, tras el anuncio de Trump de que su país buscará un pacto “mejor”.