
Fila de los Maribios y Cerro Negro en primer término. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero)

Es frecuente observar la capucha o “gorro” de nubes en la cumbre del volcán Concepción, originado por la condensación del agua evaporada del Lago de Nicaragua. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero) LAPRENSA/Cortesía/Jaime Incer

Vista aérea del volcán Cosigüina con el enorme cráter abierto durante la gran erupción de 1835, hoy alojando una laguna en su fondo. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero). LA PRENSA/Cortesía/Jaime Incer

Vista de los conos Masaya y Nindirí, observados desde la carretera a Masaya. En medio de ambos se encuentra el activo cráter Santiago emitiendo una espesa fumarola que el viento descarga comúnmente hacia el suroeste. Ambos conos se levantan 325 y 260 metros sobre el terreno circundante. Todo el complejo ha sido declarado y manejado como Parque Nacional. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero) LA PRENSA/Cortesía/Jaime Incer

Vista del Mombacho desde la bahía de Asese en el Lago de Nicaragua. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero) LA PRENSA/Cortesía/Jaime Incer

La isla Momotombito en primer plano, con el fumante Momotombo al fondo. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero) LA PRENSA/Cortesía/Jaime Incer

El San Cristóbal, antiguamente llamado Volcán de El Viejo, se yergue como un cono truncado a 1750 metros sobre el nivel del mar, siendo el más alto entre los volcanes del país. (Libro Los Volcanes de Nicaragua, de Jaime Incer Barquero). LA PRENSA/Cortesía/Jaime Incer
