Pese a la inversión que anualmente se destina a ampliar la red vial pavimentada en Nicaragua, esta se satura cada vez más por el agigantado crecimiento del parque vehicular, aspecto que a juicio de especialistas influye en la accidentalidad, que ya cobra 39 víctimas en los primeros 15 días del 2017.
Las cifras oficiales evidencian la desproporción: entre 2012 y 2016 el número de vehículos aumentó en el país en un 56 por ciento.
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En ese período pasaron de 511,631 vehículos a 800,000, según registros de la Dirección de Seguridad de Tránsito de la Policía Nacional, lo que representó 288,369 unidades más en las vías. En ese mismo período la red vial pavimentada aumentó en un 25 por ciento, al pasar en 2012 de 3,282 kilómetros a 4,113 kilómetros en 2016, es decir 831 kilómetros nuevos.
“Nuestras vías no tienen la capacidad para el aumento del parque vehicular. En Nicaragua y a nivel mundial el aumento es exagerado. Eso causa que el nivel de servicio de una vía pueda saturarse más rápido y no preste las condiciones para el tráfico que alberga”, explicó Beatriz Tórrez, docente de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) en el área de Vías de Transporte.
Manifestó que debido a esta situación es que se genera la impaciencia frente al volante y que consciente o inconscientemente se termine cometiendo infracciones de tránsito que ponen en peligro la vida misma y de los demás en las vías.
Según las cifras oficiales, unos 57,674 nuevos vehículos circularon anualmente en los últimos cinco años y fueron pavimentados 166 kilómetros cada año, en este mismo período. Lo que significa que por cada kilómetro pavimentado en este período circularon 347 nuevos vehículos.
Alerta sonó en el 2005
El crecimiento exponencial de vehículos circulando en el país fue causa de alerta para las autoridades nacionales a mediados de la década del 2000, la que fue expresada mediante la Estrategia de Seguridad y Educación Vial, dada a conocer en 2005 por el Ministerio de Gobernación y encabezada por el Consejo Nacional de Seguridad y Educación Vial (Conasev).
“La flota vehicular en Nicaragua se desarrolla a un paso extremo, incrementándose en un 10 por ciento cada año”, rezaba el documento en el cual se destacaba que el número de vehículos circulando sería el doble en 2015.
Once años después, en 2016, la flota vehicular crecía a un ritmo de 14.28 por ciento, según las cifras de la Dirección de Seguridad y Tránsito Nacional (DSTN) que reportó a finales de diciembre de ese año que el parque vehicular del país aumentó en 100,000 vehículos, con lo que la cifra de vehículos circulando es de 800,000.
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“El incremento de la flota y del tráfico, significaría más conflictos y más accidentes porque todo lo demás queda igual. Para enfrentar esta situación, se necesita mejorar urgentemente las condiciones de nuestras carreteras, los medios de transporte y nuestras habilidades como usuarios, este es nuestro reto”, apuntaba la Estrategia Nacional de Seguridad y Educación Vial.
Medidas administrativas y caras
Ante este escenario, el arquitecto Gerald Pentzke expuso que hay dos medidas que puede tomar el Gobierno. Una, la más barata y práctica, es la administrativa. Consiste en prohibir la circulación de vehículos pesados en la hora pico matutina y variar el horario de ingreso de los colegios e instituciones públicas. “Es para dividir el volumen de tráfico”, añadió.
La segunda medida y más cara es construir más carreteras, mejorar el transporte público y creación de medios rápidos.
La solución de los diputados
Maximino Rodríguez, diputado designado del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y nuevo presidente de la Comisión de Gobernación de la Asamblea Nacional, va a impulsar una reforma a la Ley para el Régimen de Circulación Vehicular e Infracciones de Tránsito (Ley 431), para que se reduzca el monto de las multas porque el legislador considera que son usadas como mecanismo de recaudación pero no inciden en la reducción de la accidentalidad en el país.
“Voy a plantear una reforma en ese sentido, creo que lo que necesitamos es educar. No vemos en los medios de comunicación que se invierta en educar tanto al peatón como a los conductores. Lo que se ha pretendido es simple y llanamente multar a las personas para recaudar, y eso me parece que no se ajusta al nivel económico que tiene la población”, expresó Rodríguez.
Por su parte, Filiberto Rodríguez, diputado sandinista designado y vicepresidente de la Comisión de Gobernación, considera que reducir las multas no logrará que haya menos accidentes en las carreteras, y hasta cree que sería contraproducente porque mandaría el mensaje a los conductores de que tienen mayor libertad para conducir con temeridad.
Lo que propondrá el diputado sandinista en la Comisión de Gobernación es que la Jefatura de Tránsito Nacional presente un informe de evaluación sobre qué está causando tantos accidentes.
“La mayoría de los muertos son por accidentes causados por conducir en estado de ebriedad, y ahí están las multas, pero siguen los accidentes, entonces no es un problema de la multa. Debemos determinar, en base a un estudio, qué acciones se requieren para enfrentar lo que está pasando”, dijo Rodríguez, del FSLN. LUCÍA NAVAS