El 18 de diciembre de 1974, el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal publicó en LA PRENSA un editorial en el cual resumió su discurso pronunciado en el mitin fundacional de la Unión Democrática de Liberación (UDEL), en la ciudad de Masaya, el 15 de diciembre de 1974.
La situación en la que se encontraba la oposición al somocismo en aquellos días era muy parecida a la que afronta hoy la oposición al orteguismo. Había mucha dispersión opositora, dudas y pugnas interminables.
El doctor Chamorro trazó entonces el camino que debía seguir la oposición para derrotar a la dictadura somocista. De eso hace 42 años, la dictadura somocista dejó de existir hace muchos años y ahora es la dictadura orteguista la que sojuzga a la nación, pero el camino a seguir es el mismo.
Señaló el doctor Chamorro Cardenal que un movimiento opositor abierto a todas las corrientes de opinión pública y que proclama el pluralismo ideológico (como era UDEL), es mal visto “por los extremistas de las ultra (…). De la ultraderecha se nos zahiere y se nos quiere poner estorbos, como también de la ultra extrema izquierda viene lo mismo”, dijo el director mártir de LA PRENSA.
“Buscamos un cambio ordenado y progresivo de las estructuras económicas, políticas y sociales —agregó el líder democrático—. Y aquí viene el problema, porque al parecer se nos han cerrado todas las puertas y entonces nos preguntan los escépticos: ¿Cómo van a lograrlo? ¿Qué método o táctica van a emplear?
“Para eso tenemos una sola respuesta: la resistencia cívica y organizada contra el régimen. La resistencia que significa decir NO a las presiones del absolutismo; que significa hacer acto de presencia y de trabajo en la organización de nuestros cuadros. La resistencia que significa estar siempre levantados, erguidos, de pie contra la imposición. Y ya lo hemos venido demostrando.
Dijimos NO a la mascarada electorera. Dijimos NO cuando los traidores de los pactos de ayer y hoy quisieron invitarnos a su mesa y arrastrarnos a su condición de siervos. Y estamos diciendo NO a la proclamación de este otro período de Somoza (ahora hay que decir Ortega), el cual no aceptamos como legítimo en ningún momento y bajo ninguna circunstancia.”
“Ese es el camino, la resistencia cívica en los tribunales, en las tribunas y en las calles. La resistencia cívica en toda tarea diaria. En los talleres, en las empresas, en el campo, en la ciudad, en las plazas y en las calles. Ese es el método”. Se trata de “un esfuerzo nuevo en pro de la liberación del nicaragüense. No va dirigido a un objetivo electorero. Y eso está claro desde el mismo momento en que estamos organizándonos precisamente cuando se acaba de terminar la mascarada electorera”.
El objetivo, proclamó el doctor Chamorro Cardenal, “no es medrar de lo antiguo, medrar del sistema, medrar del gobierno, sino cambiar el gobierno y transformar el sistema”. Somos “una alternativa diferente al paralelismo enfrascado en pactos y repartideras, porque nosotros buscamos la regeneración de la patria y el restablecimiento de la República”.
En la actualidad, ¿acaso no es eso mismo lo que debe decir y hacer la —verdadera— oposición?