Cuando al pueblo nicaragüense se le ha dado la oportunidad de elegir, demuestra su conciencia ciudadana, aseguró el exdiplomático y experto en temas electorales, José Dávila, aludiendo las elecciones de 1990, cuando el pueblo votó por un cambio de gobierno cansado de una guerra civil o con la abstención que demostró el pasado 6 de noviembre. Pero la situación actual es diferente, valoró Dávila, porque “se vive bajo un régimen dictatorial que controla y atemorizaâ€.
Hay miedo
La encuesta de Latinobarómetro 2016 reportó que el 63 por ciento de los nicaragüenses teme hablar de polÃtica aún entre amigos, lo que es interpretado como miedo a represalia.
“Creo que el pueblo de Nicaragua es consciente de la situación polÃtica que vive. Puede aparentar conformismo, pero su conciencia siempre le dirá cuándo actuar como puebloâ€, opinó Dávila, citando como ejemplo la baja participación ciudadana en las votaciones del 6 de noviembre pasado, en que Ortega se reeligió para un tercer mandato consecutivo, desde 2007, esta vez con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta. Dávila calcula que la abstención fue de un sesenta por ciento.
La versión oficial
En contraste, el poder electoral, controlado por militantes del partido gobernante, declaró una participación de 68 por ciento y en consecuencia una abstención de 32 por ciento, aunque el dÃa de la votación fue evidente la rala afluencia de ciudadanos en los 4,308 centros de votación a nivel nacional.
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Los comicios pasados fueron considerados una farsa electoral por crÃticos, debido a que se excluyó a la oposición polÃtica del proceso electoral, no se invitó a los organismos de observación electoral internacional y la estructura electoral estaba controlada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El sociólogo Cirilo Otero opinó que la población lentamente está tomando conciencia de la situación sociopolÃtica del paÃs, por estar mejor informada. “La sociedad ha detectado que el sistema polÃtico ya no funciona. La ausencia social en las urnas electorales es un mensaje de rechazo, de repugnancia y de ausencia de credibilidad en el sistema electoral y polÃticoâ€, manifestó Otero. Para el sociólogo, la actual conciencia ciudadana no ha existido siempre, sino que “ha cambiadoâ€. “Hay familias enteras que han creÃdo en Daniel Ortega y hoy están expresando que la está paseandoâ€, dijo.
No hay eterna conciencia social
El sociólogo Cirilo Otero cree que lo más negativo del gobierno de Daniel Ortega es que no se da cuenta que la opinión pública es cambiante.
“Ortega apuesta a la eterna obediencia social, creyendo que la herencia de la resistencia popular sandinista es eterna. En los noventa la ciudadanÃa estaba desesperada con la guerra y por eso votó a favor de doña Violeta Barrios de Chamorro, rechazó el Servicio Militar Patrióticoâ€, asevera el sociólogo.
Por otra parte, José Dávila valoró que el año 2016 dejó la lección de que colaborar con el régimen de Daniel Ortega, como lo hicieron los cinco partidos que avalaron las pasadas elecciones, no condujo a nada democrático ni positivo.
Dávila agregó que si la verdadera oposición no se unifica en torno a una estrategia democrática y unitaria, el régimen seguirá inamovible y se mantendrá el sistema polÃtico de carácter autoritario y de partido hegemónico.