La noche del seis de noviembre de 2011, el politólogo José Antonio Peraza, a solicitud de Edmundo Jarquín, compañero de fórmula de Fabio Gadea, había agrupado en una oficina de Managua a expertos en Estadísticas, Matemáticas, Cálculos, Informática y Ciencias Políticas, para analizar los resultados que fueran saliendo de las Juntas Receptoras de Votos (JRV).
Sin embargo, las actas de escrutinio, la materia prima con la que el grupo de expertos trabajaría, nunca llegó a sus manos.
“Nunca las tuvimos porque el PLI no pudo recogerlas y las que recogió nunca las proporcionó, por tanto no pudimos hacer nada; Ética y Transparencia (EyT) nos proporcionó la base de datos que ellos recogieron y con eso hicimos los cálculos que se pudieron hacer. El PLI no tuvo capacidad y tampoco se molestó mucho”, dijo Peraza cinco años después de aquellos comicios.
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Semanas después de esas elecciones en las que Gadea denunció un gran fraude y los observadores electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) precisaron graves irregularidades en el proceso, el director de EyT, Roberto Courtney, dijo que el PLI no tuvo el control en el 75 por ciento de las JRV. Muchos de sus fiscales fueron expulsados de las JRV.
Peraza es un politólogo nicaragüense graduado en la Universidad de Costa Rica, que se ha especializado en el sistema electoral y ha estudiado los que él considera fraudes electorales en las municipales de 2008 y las presidenciales de 2011, que favorecieron al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El fraude electoral de 2008 se hizo, según Peraza, en los Consejos Electorales Municipales (CEM). El de 2011, en cambio, fue más sofisticado y se fraguó desde las JRV, “en el control de las boletas: boleta única, código preestablecido, una sola firma, juntas con cuatrocientas o más boletas porque fueron pesadas no contadas”.
“Ellos (los sandinistas) propusieron boleta única, se veía bien pero facilitó el fraude y le faltó capacidad (a la oposición) porque no pudieron poner fiscales en todas las JRV; los atemorizaron en las JRV con los miembros del FSLN y los fiscales de los partidos zancudos como Apre y ALN. Fue un fraude planeado para el cual el PLI no estaba preparado; no tuvieron capacidad logística ni emocional”, concluyó el politólogo.
Por eso, según Peraza es que —a diferencia de 2008, cuando la alianza que encabezaba Eduardo Montealegre postulándose para alcalde en la casilla del PLC— pudo demostrar con actas el fraude, en el 2011 fue más difícil. Ese fue el motivo por el cual él y su equipo se quedaron sin la materia prima para hacer sus proyecciones aquella noche electoral.
PLANEADO DESDE TEMPRANO
Peraza resalta que el fraude del 2011 se comenzó a planear desde que el FSLN introdujo la figura del Coordinador de Centro de Votación, que no lo establece la ley y que se convirtió en el superpoderoso; “al controlar las boletas electorales pudieron duplicar el voto sin dejar rastro”.
El FSLN también utilizó a partidos pequeños, a quienes Peraza llama “Zancudos”, como Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y Alianza por la República (Apre). Con estos partidos el método fue sencillo: el partido de gobierno puso a sus fichas como fiscales y miembros de las JRV.
“Con este mecanismo alteraron la composición de las JRV para fiscalizarlas”, dijo Peraza.
Teniendo el control, los personeros del FSLN no contaron las boletas electorales ni al abrir ni al cerrar las JRV, crearon actas dobles para registrar diferentes resultados y valiéndose de la ventaja numérica y de tener a su lado a los policías electorales, expulsaron de aquellas JRV donde históricamente perdían a los fiscales del PLI.
Previo a eso habían introducido otro cambio: las actas de escrutinio podían ir firmadas por un solo miembro de las JRV, lo cual les garantizaba validarlas con la firma de su miembro, en aquellas JRV donde no lograran tener el control.
Según Peraza, en 2011 no se les permitió a los fiscales corroborar el número de boletas con el padrón electoral, “con las hojas anexas se permitió que votaran personas que no pertenecían a la circunscripción y se dieron casos de urnas con boletas llenas antes de iniciar la votación”.
Con todos esos cambios el FSLN se propuso “contar los votos solos y el PLI les facilitó las cosas”, dijo el politólogo.
“Una gran falta de visión del PLI —continúa Peraza— fue no darse cuenta que estaba perdiendo el control de las boletas: boleta única, código preestablecido, una sola firma, boletas con cuatrocientas o más boletas porque fueron pesadas y no contadas, no contrastar las boletas recibidas con el padrón electoral de mesa”, resaltó.
EL FRAUDE DEL 2008
Peraza detalla que el fraude de 2008, cuando Eduardo Montealegre ganó la Alcaldía de Managua pero se la arrebataron, se dio en tres niveles: en las JRV, los CEM y los Consejos Electorales Departamentales (CED), todas estas instancias eran manejadas por el FSLN.
En las JRV hubo expulsión de fiscales de la oposición, desaparición de actas, anulación de votos, “alteración de actas de escrutinio sumando una centena a los resultados en decenas que recibía el FSLN. Ejemplo, si el FSLN había sacado 57 votos, lo transformaban en 157 o en 257 votos”, recuerda.
El politólogo asegura que tampoco se publicaron los carteles con los resultados finales en cada JRV como estipula la Ley Electoral.
“Todas estas anomalías fueron realizadas, mayoritariamente, en las JRV donde el FSLN pierde con una diferencia mayor o igual al diez por ciento”, resalta.
Ya en los CEM el fraude, según Peraza, involucró directamente a funcionarios del CSE.
“Funcionarios del CSE desaparecieron expedientes electorales y actas de escrutinio, fiscales del FSLN y funcionarios del CSE cambiaron, alteraron, excluyeron y desaparecieron actas de escrutinio en los CEM, funcionarios del CSE omitieron actas de escrutinio en las actas sumatorias municipales y no se atendieron recursos de revisión aritmética en los CEM”, indica.
En los CED, detalla el experto, pasó lo mismo. “Omitieron actas de escrutinio en las actas sumatorias departamentales, no se atendieron recursos aritméticos… El CED resolvió impugnaciones a destiempo hechas por los fiscales FSLN en el CEM”, recuerda.
“El CED dio lugar a cualquier impugnación hecha por los fiscales del FSLN y no dio lugar a las impugnaciones hechas por fiscales del PLI, sin dar explicación con base a la Ley Electoral”, dijo Peraza.
¿QUÉ PUEDE ESPERARSE EN LAS ELECCIONES DE 2016?
Después de estudiar cuál fue el método de los fraudes de 2008 y 2011, Peraza estima que en las presidenciales de 2016 será diferente.
“Creo que no necesitan el fraude si las cosas continúan así en la elección presidencial; el problema está en los diputados (porque) ellos necesitan mayoría absoluta; no veo al FSLN asignándose menos de 62, creo que van por los setenta mas o menos; el fraude sería necesario para consolidar eso”, estima el experto.
Peraza cree que si el FSLN ve difícil el panorama en las elecciones seguro recurrirá al fraude.
“Creo que utilizarán los mismos métodos, pero tratarían de hacer maniobras que dejen menos rastros que en el 2008 o en el 2011”, prevé.
El experto cree que el CSE ya colapsó, que no puede dirigir otra elección y que el problema no son solos los magistrados que han avalado los fraudes, sino también los funcionarios intermedios en las áreas de cedulación, aritméticas y en los Consejos Electorales, Departamentales y Municipales.
¿QUE PUEDE HACER EL PLI ACEPTANDO UN CARGO EN EL CSE?
E l CSE sigue integrado por todos los funcionarios que han dirigido los últimos fraudes electorales. Pero en las últimas semanas dos magistrados orteguistas, Johny Tórrez (presidente del Consejo Electoral Municipal en 2008) y José Luis Villavicencio, renunciaron a su cargo. La oposición, encabezada por el PLI propuso seis candidatos para ocupar una de esas vacantes.
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Los candidatos de la oposición, propuestos por el PLI y el MRS son: Kitty Monterrey, Verona Gurdián, María José Zamora, Claudia Pineda, Félix Maradiaga y Dionisio Palacios.
Sobre la posibilidad de que el PLI acepte un cargo, Peraza señala que tiene dos opiniones. “Aceptar puesto siempre va bien. Pero si con eso legitimo algo que va en mi contra es un gran error”, señala.
“La gradualidad —según Peraza— no es posible con un partido como el FSLN; eso lo podía hacer el FSLN con Arnoldo (cuando se repartieron los cargos en todas las instituciones del Estado), pero no el PLI con el FSLN; además se verán como zancudos si las cosas salen mal”.
Peraza resalta que lo que queda claro en el panorama político es que el FSLN ve como interlocutor al PLI y ya no al PLC.
“Si en estas elecciones el PLI no pone un candidato que despierte la esperanza, la derrota será catastrófica y no hay magistrado que valga”, asegura el politólogo.
“El FSLN es un partido de vocación totalitaria, por tanto no veo apertura más allá de dar legitimidad al proceso de consolidación como única fuerza, partido único, donde nadie le dispute el poder real”, asegura.
GRUPO DE EXPERTOS
En Nicaragua existe El Grupo de Acción Democrática, integrado por expertos en Estadísticas, Matemáticas, Bases de Datos, Informática y Ciencias Políticas. A este grupo pertenece Peraza. Esta agrupación predijo antes de las municipales de 2008 que era imposible que el FSLN le ganara en Managua a la oposición unida, tomando como base para el análisis los resultados históricos desde 1990. Los expertos después se percataron de que el FSLN solo necesitó desaparecer la mitad de las actas de aquellas JRV donde históricamente había perdido, para hacer fraude en la capital, la plaza política más importante del país.