Elízabeth Romero
El presidente inconstitucional de Nicaragua, Daniel Ortega, reglamentó el 31 de julio la Ley 779 o Ley Contra la Violencia Hacia la Mujer, y a través del mismo desaparece el espíritu de la misma.
Con el reglamento, Ortega le da enfoque de ámbito privado a los temas de violencia contra las mujeres.
“Desnaturaliza la Ley”, dice Brenda Rojas, abogada del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). Para el director jurídico del Cenidh, Gonzalo Carrión, con el reglamento “la Ley desaparece”, por tanto “es inconstitucional”.
Rojas critica que así como lo plantea el reglamento, la mediación no será voluntaria y buscan que intervengan otras instituciones y organizaciones que no establece la Ley 779. A su vez, que para la reglamentación no fueron tomados en cuenta los planteamientos de la sociedad, quienes a su vez promovieron la creación de la Ley.